Afiladas y letales o
  anchas y curvadas, las garras de los dinosaurios les servían para atacar a
  sus presas o para defenderse de otros dinosaurios. Muchos dinosaurios tenían
  garras de uno u otro tipo. Algunos herbívoros, como los iguanodontes o los
  saurópodos, las usaban para mantener a raya a sus enemigos. Sus temibles
  zarpas entraban en acción cuando percibían algún peligro para ellos o sus
  crías. Muchos carnívoros tenían garras afiladas como navajas y con ellas
  mataban a sus presas. Algunos, de ellos, como veremos a continuación, quizá
  las utilizaran para sacar a los peces fuera del agua. Ahora veremos algunos
  tipos de garras más detenidamente.
      Los iguanodontes eran
  herbívoros, tenían espolones en los pulgares como mortíferas púas, en
  forma de cuerno y sobresaliendo perpendicularmente a los lados de las patas
  delanteras. ¡Ay del agresor cuando algunos de estos dinosaurios lo
  acuchillaba! La punta, aguda como un alfiler, atravesaba la piel y la blanda
  carne hasta que la ancha base de la pata la detenía. El espolón tenía esta
  forma para extraerlo y clavarlo con rapidez.
      La afilada garra que
  los saurópodos presentaban en cada pata delantera entraba en acción como un
  resorte siempre que estos animales sufrían el ataque de una manada de
  depredadores hambrientos. Ni la armadura más gruesa sería de defensa ante un
  fuerte y lacerante golpe con esta zarpa de aspecto torpe. Estaba diseñada
  pata aturdir al agresor y, al mismo tiempo, clavarse en sus carnes. Una patada
  bien dirigida con una de estas garras, propulsada por toda la potencia de los
  voluminosos cuerpos de estos dinosaurios, haría retroceder a cualquier
  atacante.
      Los barioníquidos, una
  familia de extraños carnosaurios, sólo incluía a un dinosaurio llamado Baryonyx.
  Este dinosaurio tenía unas largas garras como el antebrazo de una persona
  adulta. Se curvaban desde la base y terminaban como una punta de lanza; con
  ellas podía rasgar la carne de un instante. Cuando salían a relucir,
  rebanaban la piel y los músculos de sus presas. La parte inferior era curva
  como una cuchara, lo que permitía a este dinosaurio atrapar peces como lo
  hacen los osos actuales.
      Los dromeosáuridos y
  otros pequeños dinosaurios terópodos, eran depredadores de veloz carrera.
  Tenían una zarpa en el segundo dedo de cada pata trasera que parecía una
  guadaña levantada. Con ella podían desgarrar la carne de sus víctimas con
  la misma facilidad que una guadaña bien manejada. Cuando clavaban sus garras
  curvas en una presa, a ésta le resultaba imposible zafarse de él. La
  ensartaban con una garra y la desgarraban con la otra.