Los dinosaurios
necesitaban mantener los ojos bien abiertos. Tenían que evitar el peligro,
encontrar comida y reconocer a los de su propia especie o a su pareja. Como
las aves y los reptiles actuales, los dinosaurios eran animales con buena
vista.
La familia de los
carnívoros troodóntidos incluía al Troodon, el cual probablemente
era el dinosaurio con la vista más aguda. Sus ojos eran muy grandes. No sólo
veía perfectamente a la luz del día, sino que probablemente también veía
muy bien de noche.
Las pupilas de tus ojos
son redondas. Cuando oscurece, se agrandan para dejar pasar más luz. Cuando
luce un sol radiante, se encogen. Los gatos y muchos reptiles actuales, como
el geko nocturno, tienen la pupila alargada. Un dinosaurio que pudiera ver
bien en la oscuridad también podía haber tenido las pupilas alargadas.
Algunos dinosaurios
tenían unas prominencias óseas circulares alrededor de los ojos que
soportaban los globos oculares y ayudaban a enfocar la vista.
Los científicos creen
que es bastante posible que algunos de los dinosaurios cazadores de grandes
ojos tuvieran una vista parecía a las modernas aves rapaces. El halcón
peregrino, una rapaz actual, tiene una vista tan buena que puede distinguir
una paloma a 8 kilómetros de distancia.
Los reptiles y muchas
aves modernas ven en colores. Quizá los dinosaurios también. Tal vez
cambiaban de color para atraer a su pareja o para camuflarse. Si así fuera,
eso significaría que los dinosaurios podían distinguir los colores.
Los depredadores como,
por ejemplo, los felinos, las lechuzas y los seres humanos tienen los ojos
situados en la parte delantera de la cara, mirando hacia delante y un poco a
los lados. Las presas, como los conejos, tienen los ojos en los lados de la
cara. Pueden ver en casi todas direcciones, y a menudo se dan cuenta del
peligro. Los ojos de los dinosaurios herbívoros estaban situados a ambos
lados de la cabeza para descubrir los peligros, pero los de los depredadores
carnívoros, apuntaban hacia delante para divisar a sus presas con facilidad.