Largos y amenazadores o
  sólo ornamentales, había cuernos de dinosaurio de todos los tamaños y
  formas.
      Armados con un
  inquietante despliegue de cuernos, los ceratópsidos, dinosaurios con cuernos,
  parecían guerreros prehistóricos, pero no eran los únicos dinosaurios con
  cuernos, ni estaban siempre buscando pelea.
      Los cuernos de los
  dinosaurios eran de hueso y estaban cubiertos de una capa córnea protectora.
  En el cráneo fósil de un dinosaurio con cuernos se ve sólo la parte ósea;
  el revestimiento del cuerno no se ha fosilizado.
      A primera vista,
  algunos ceratópsidos parecerían rinocerontes. Tenían largos cuernos en el
  morro y otros menores en la frente. Los cuernos del morro estaban situados
  para ensartar por el vientre a sus enemigos como los terribles tiranosáuridos.
      Sus impresionantes
  cuernos y su corpulencia convirtieron al ceratópsido más grande, el Triceratops,
  en uno de los herbívoros más poderosos. Si pusiéramos un hipopótamo y dos
  vacas en una balanza pesarían lo mismo que este animal. Pertenece al grupo de
  los que tenían cuernos en la frente, apuntando hacia delante y arriba; eran
  unas defensas extraordinarias, que dirigían al rostro o al cuello.
      Casi todos los
  dinosaurios con cuernos eran herbívoros que vivían pacíficamente en
  pequeños grupos. Aunque el antes mencionado Triceratops tenía cuernos
  dos veces más largos que una raqueta de squash, un poco más de 1 metro de
  largo, probablemente intentaba evitar las peleas antes de atacar y arriesgarse
  a ser herido de gravedad. Como un toro dispuesto a embestir, agachaba la
  cabeza, sacudiendo los cuernos para hacer huir al depredador. Los que tenían
  un sólo cuerno muy largo en la nariz, quizá se limitaban a mostrar su
  costado al agresor esperando asustarlo. Los cuernos largos tal vez atraían
  también a las hembras.
      Los ceratópsidos
  probablemente luchaban sólo si se veían obligados a defenderse o proteger a
  su grupo. En un mismo grupo se producían lugar entre machos rivales por
  obtener la jefatura o por aparearse con las hembras; entrechocaban las cabezas
  y los cuernos, como los carneros actuales.
      Los ceratópsidos no
  eran los únicos dinosaurios con cuernos. El Carnotaurus, entre algunos
  otros carnívoros, era un carnosaurio que tenía unos pequeños cuernos en la
  frente. Los del macho probablemente eran más largos de los de la hembra.
  Ello, seguramente era lo que los distinguía.