La parte final del
  trabajo del paleontólogo (al menos durante algún tiempo) consiste en
  preparar la descripción, los dibujos y las interpretaciones del dinosaurio
  como un manuscrito, para ser publicado en algún periódico científico. Este
  es un ejercicio fundamental, por dos motivos. En primer lugar, otros dos o
  tres expertos en el tema escudriñarán el trabajo con todo cuidado, y
  determinarán su calidad y si resulta adecuado para publicar. Estos árbitros
  científicos, como se les denomina, a veces hacen una variedad de sugerencias
  para mejorar el manuscrito, que van desde errores fundamentales de
  interpretación u omisión, hasta cambios de ortografía y puntuación. El
  segundo motivo importante para publicar la descripción es, simplemente,
  registrarla, ponerla a disposición de los científicos de todo el mundo. No
  cabe duda de que las descripciones de los dinosaurios que se hicieron hace
  más de un siglo se siguen utilizando constantemente en la actualidad, porque
  resumen la información que se necesita en los estudios modernos sobre
  dinosaurios, y suelen hacerlo bastante bien.