El paleontólogo
estudia los huesos de a uno por vez, para establecer su estructura exacta y su
relación con los demás. Si el hueso se ha estropeado o deformado, se intenta
restaurar la forma original. Para ello se puede utilizar arcilla, o la
imaginación para representarlo en dos dimensiones en papel. Se hacen dibujos
detallados de cada hueso, visto desde ángulos diferentes. Las
representaciones habituales se realizan desde arriba y abajo (dorsal y
ventral), desde la parte delantera y la trasera (anterior y posterior) y desde
los lados (laterales). Estos dibujos presentan algunas características del
dibujo técnico, ya que tienen que ser sumamente precisos en cuanto a trazados
y orientación. Cuando se trata de huesos muy grandes, se suele hacer una
ilustración a escala, a un tamaño más fácil de manipular.
Algunos rasgos de los
dibujos son menos técnicos y apuntan al aspecto artístico e interpretativo.
Se aplican sombras para indicar una forma tridimensional del hueso, bien por
medio de puntos (que están más próximos entre sí en las partes más
profundas del ejemplar), o bien por medio de líneas estrechas (sombreado).
Además, se presentan con toda claridad los rasgos especiales, como los
orificios de los vasos sanguíneos y las cicatrices de los músculos. El
ejemplar completo recibe un nombre adecuado, con el fin de identificar cada
una de sus partes y características.
A menudo se hacen
series de fotografías en el curso del estudio de los huesos de los
dinosaurios, que se pueden utilizar como base para realizar los dibujos, ya
que brindan las proporciones adecuadas. En algunos casos, las descripciones
científicas se acompañan con fotografías, pero por lo general se prefieren
los dibujos, porque en ellos se puede agregar una cierta dosis de
interpretación. Esto podría sonar como "algo malo", una posible
fuente de esbozos imaginarios que no sean exactos. Sin embargo, se pueden
omitir de este modo los pequeños daños y las grietas superficiales de los
huesos; el brillo superficial del hueso también provoca a veces un resplandor
en la fotografía, que se omite en el dibujo. Además, los detalles
importantes se pueden resaltar en un dibujo, en cierta medida, por medio del
sombreado.