INTRODUCCIÓN
Piensa en dinosaurios realmente famosos:
Stegosaurus,
Diplodocus,
Triceratops, Tyrannosaurus...
Todos ellos vivieron en América del Norte. La mayoría de los dinosaurios que
has oído nombrar se han encontrado allí. ¿Por qué? Hay varias razones.
Cuando empezó la Era de los Dinosaurios el
clima era cálido y seco. Hacia el Jurásico se fue haciendo más húmedo y
crecieron muchas plantas, que servían de alimento a los dinosaurios. América
del Norte estuvo comunicada al resto del mundo durante millones de años, por
lo que los dinosaurios podían ir y venir y extenderse con facilidad.
Descubrimientos de desarrolladas especies sugieren que Norteamérica perdio el
contacto con Europa y Sudamérica, pero ganó una conexión de tierra cerca del
este de Asia al final de la Era Mesozoica.
Grandes manadas vagaron por las orillas de
los ríos del Jurásico y las tierras bajas del oeste hacia el mar dividieron en
el Cretácico superior América de norte a sur. En el oeste de Norteamérica, los
ríos se desbordaban a menudo, ahogando y enterrando a los animales que
sorprendían. Sus orillas son buenos lugares para buscar fósiles. En las
tierras yermas, es decir, áridas, del medio oeste, la lluvia y los vientos
erosionan las rocas y dejan al descubierto los fósiles. Hoy, los EE.UU. y
Canadá tienen dinero para montar excavaciones de dinosaurios y también gran
tradición como buscadores de fósiles.
América del Norte era el hogar de algunos
dinosaurios enormes, incluyendo el Ultrasauros
y el Seismosaurus. Los expertos creen
que este último quizá fuera el mayor animal que ha existido nunca, mayor
incluso que la ballena azul actual. El
Ultrasauros era un saurópodo, pariente cercano del
Brachiosaurus. Un solo hueso de brazo era mucho mayor que un adulto
humano. En vida, este increíble gigante probablemente medía más de 30 metros
de largo y más de 25 de alto. En América del Norte vivían muchos otros
saurópodos de cuello largo, incluyendo el Camarasaurus, el
Brachiosaurus, el Apatosaurus,
el Diplodocus y el
Supersaurus, otro gigante casi tan grande como el
Ultrasauros.
Uno de los dinosaurios medianos de América
del Norte fue el Stegosaurus. Se han
encontrado muchos de sus fósiles, lo que demuestra que fue muy común durante
10 millones de años, a pesar de su minúsculo cerebro, su pequeña cabeza, sus
dientes de aspecto inservible y las grandes placas del lomo.
En el otro extremo de la escala se
encuentran algunos de los dinosaurios más pequeños. El Segisaurus sólo
medía 1 metro de longitud, pero estaba adaptado para la carrera. Corría sobre
sus patas traseras, atrapando animales pequeños con sus dedos provistos de
garras. El Segisaurus era un primitivo terópodo carnívoro que vivió en
Arizona hace 180 millones de años. Se trata uno de los pocos dinosaurios como
las aves actuales.
Las rocas del Triásico y el Jurásico se
extienden por toda la costa occidental de América del Norte, desde Alaska
hasta Colorado. Esas rocas se levantaron para formar las montañas rocosas, y
han dejado al descubierto muchos fósiles de dinosaurios. El estado de Utah es
uno de los mejores para buscar fósiles de dinosaurios. Se han hallado más de
5.000 dinosaurios. En 1953 se fundó allí el Dinosaur National Monument, o
Monumento Nacional al Dinosaurio, donde los visitantes pueden contemplar a los
científicos extraer huesos lenta y cuidadosamente. El río Green discurre entre
rocas que se formaron hace 150 millones de años. En aquella época, un río
prehistórico arrastró dinosaurios muertos hasta las orillas arenosas y los
cubrió de lodo, gracias al cual se conservaron.
Los hipsilofondóntidos son herbívoros
bastante pequeños, del Jurásico y Cretácico. El
Dryosaurus, era uno emparentado con ellos, pero pertenecía a otra
familia. Medía casi 4 metros de longitud, del hocico a la cola, y era tan alto
como un adulto humano. Corría sobre sus patas traseras y con la cola en
horizontal. Buscaba las partes más sabrosas de las plantas, sirviéndose de los
cinco dedos de sus patas delanteras, provistos de garras.
Algunos dinosaurios primitivos eran
pequeños, del tamaño de perros de compañía. Uno de ellos, llamado
Scutellosaurus, vivió en América del Norte hace 190 millones de años. Sólo
medía 1.3 metros de longitud, y la mitad correspondía a la cola. Al igual que
sus primos de Europa, África y Asia, era un animal muy veloz. Dejaba atrás a
sus enemigos corriendo sobre sus patas traseras. Tenía la protección adicional
de pequeñas y duras placas óseas sobre las piel.
Los terribles Carnosaurios son dinosaurios
carnívoros que recorrieron América del Norte durante del Jurásico. Uno de los
primeros fue el Dilophosaurus. Tenía dos semicírculos de hueso de la
cabeza, como la mitad de un plato. Medía unos 6 metros de longitud. Quizá
fuera un carroñero o persiguiera a sus presas corriendo sobre sus patas
traseras para atraparlas con las delanteras. Los Carnosaurios se fueron
haciendo mayores y más terroríficos a medida que transcurría la Era de los
Dinosaurios. El Ceratosaurus
vivó hace 150 millones de años en Colorado. Era un poco mayor que el
Dilophosaurus y mucho más pesado. Sus patas traseras eran como troncos
de árbol y las patas delanteras, muy pequeñas. Su cabeza, enorme, presentaba
rebordes óseos sobre las órbitas, y tenía un cuerno en el hocico. El mayor
carnívoro del Jurásico fue el Allosaurus.
Sus mandíbulas eran más largas que sus brazos y estaban forradas de largos
dientes curvos. Pero el mayor asesino aún estaba por llegar. Al final del
Cretácico, hace 70 millones de años, apareció el
Tyrannosaurus rex.
Para los dinosaurios, América del Norte
era un lugar inmejorable donde vivir, y donde morir y fosilizarse. Durante el
Cretácico, estaba separada de Eurpoa y África. En ésta época, los dinosaurios
Norteamericanos se especializaron y se diferenciaron de sus parientes de otras
zonas del mundo.
Alberta está en Canadá. Hace 75 millones
de años era un hermoso paraíso subtropical, las plantas con flores exóticas
crecían entre marañas de helechos cicadáceas, musgos y equisetos, en el
lindero de los grandes bosques de coníferas. Alberta sigue siendo un lugar
hermoso, pero algunas de sus zonas se han encontrado en desapacibles llanuras
rocosas, a menudo cubiertas de nueve. Se trata uno de los mejores lugares para
encontrar dinosaurios, que vivieron y murieron allí en grandes cantidad
durante el Cretácico. En una zona de Alberta se han encontrado tantas especies
distintas de dinosaurios, que se ha convertido en un inmenso museo al aire.
Científicos de todo el mundo llegan al Dinosaur Provincial Park, o parque
provincial del Dinosaurio, para estudiarlos. El parque es tan importante, que
se ha declarado Patrimonio de la Humanidad, como las Pirámides de Egipto.
Pero otros lugares de América del Norte,
incluyendo muchos yacimientos de EE.UU., son terreno abonado para buscar
dinosaurios. Algunos de los carnívoros más terribles recorrían la frondosa
Norteamérica hace 70 millones de años. Los había de muchos tamaños y cazaban
de distintas maneras, El más pavoroso fue el gran
Tyrannosaurus rex, que tenía feroces parientes. El Daspletosaurus
medía 9 metros de longitud y todo él era enorme; la pesada cabeza, las
mandíbulas llenas de dientes como cuchillos de trinchar carne, las patas como
troncos de árbol y la gran cola bamboleante. El
Albertosaurus vivió en el mismo tiempo y lugar; probablemente era más
ligero y cazaba presas más pequeñas.
En América del Norte había peligrosos
dinosaurios, pequeños pero tan feroces como sus parientes gigantes. El
Stenonychosaurus medía 2 metros de longitud y sólo 1 de altura. Los
pequeños mamíferos parecidos a musarañas y los insectos de la época debieron
considerar a este animal un gigante espantoso. Algunos científicos creen que
se trata del mismísimo Troodon, uno de los
dinosaurios con el cerebro más voluminoso en relación con el cuerpo. Usaba sus
grandes ojos, que apuntaban hacia delante, para divisar animales pequeños.
En estos lugares, también hubo dinosaurios
avestruz. Eran altos, esbeltos y bípedos, como los avestruces actuales.
Incluían al Ornithomimus, el
Dromiceiomimus y el Struthiomimus.
Medían de 3 a 4 metros de largo y eran de constitución muy ligera, por lo que
podían moverse con agilidad. Probablemente se alimentaban de huevos, insectos
anfibios, reptiles y cualquier otro ser vivo que pudieran atrapar con su pico
sin dientes.
En las exuberantes selvas subtropicales de
América del Norte, durante el Cretácico, los herbívoros estaban a sus anchas,
pero vivían por miedo de ser atacaron, por los carnívoros, por lo que
desarrollaron todo tipo de escudos y armas.
Los ceratópsidos, o dinosaurios con
cuernos, sólo vivieron en Norteamérica. Desarrollaron cuernos de distintos
tamaños y en diferentes posiciones para ensartar al enemigo, y placas óseas
con el fin de protegerse el cuello. El Pentaceratops, que significa
cara con cinco cuernos, fue uno de ellos. Tenía un cuerno en el hocico y otro
sobre cada ojo. El cuarto y el quinto eran, en realidad, pómulos puntiagudos.
La larga placa ósea de su cuello, servía para defenderse y exhibirse.
Probablemente los ceratópsidos vivían en grupos, para mayor protección.
Algunos dinosaurios norteamericanos
desarrollaron una armadura de placas duras, protuberancias y púas; son los
nodosáuridos. Los anquilosáuridos también tenían una pesada armadura. El
Ankylosaurus era uno de ellos y presentaba protuberancias óseas en la
cabeza y en todo el cuerpo, además de una gran porra en la cola.
Hacia finales del Cretácico los
dinosaurios con pico de pato abundaban en este continente. Para eso tenían que
evitar con éxito a los carnívoros, pero os científicos no saben con seguridad
cómo lo conseguían. El Kritosaurus medía unos 9 metros de longitud.
Tenía grandes aberturas en las fosas nasales, que se elevaban formando un
reborde frente a cada ojo. Los hadrosáuridos, o dinosaurios con pico pato,
quizá utilizaran el hocico para emitir bramidos y trompeteos. Algunos de estos
dinosaurios desarrollaron extraños cuernos y crestas en la cabeza. Es probable
que actuaran como instrumentos de viento para emitir fueres sonidos. Imagina
que te acercas furtivamente a uno de estos dinosaurios y, de pronto, oyen un
ruido atronador, como de un cuerno de caza. Muchos depredadores habrían salido
corriendo. Los hadrosaurios vivieron hacia el final del Cretácico. Entre estos
hadrosaurios, además del Kritosaurus, se incluían el Prosaurolophus,
el Saurolophus, el Parasaurolophus,
el Corythosaurus, el Hypacrosaurus,
el Lambeosaurus, el Procheneosaurus y el Edmontosaurus.
Las pruebas sugieren que vivían en grandes rebaños, como las cebras actuales.
Ahora veamos cada país más detenidamente.
CANADÁ
Los dinosaurios de Canadá más antiguos
conocidos provienen de las rocas del Triásico superior de Nova Scotia, al lado
de la Bahía de Fundy. Aquí vivieron prosaurópodos y terópodos y, de hace unos
225 millones años, probablemente un ornistiquio muy primitivo conocido por
huellas del pie izquierda fosilizadas, el dinosaurio se le ha denominado
Atreipus
La mayor parte de los descubrimientos de
Canadá son más posteriores y en la parte más lejana del oeste, de rocas del
Cretácico superior donde colinas estériles y valles flanqueaban al sur de
Alberta el río Red Deer. Aquí, hace de 76 a 66 millones de años, terópodos tan
pesados como elefantes cazaban rebaños de dinosaurios cornudos y de pico de
pato que vagaban por lo que fueron unos claros pantanosos entre las laderas
rocosas y en tierra adentro del mar.
Los descubrimientos de dinosaurios en
Alberta empezaron en el 1880 con pioneros que incluyen a Joseph Tyrrell. Las
exploraciones empezaron a acelerarse a partir de 1910 cuando Barnum Brown
empezó a buscar fósiles para el Museo Americano de Historia Natural. Fue a
buscar huesos en los acantilados del río Red Deer, junto con varios otros
buscadores a bordo de la parte de abajo de una larga barcaza plana. Había una
competición de Charles Sternberg con sus hijos y Lawernce Lambe, todos
reunieron huesos para la Inspección Geológica Canadiense. Esta cosecha de
dinosaurios continuó hasta 1917.
El descubrimiento de dinosaurios
canadienses ganó nuevos hallazgos a medida que el siglo pasaba. En el 1.970
Dale Rissell encontró nuevamente un dinosaurio ornitomímido, y por el 1.980
Philliph Currie encontró otros dinosaurios cazadores que fueron encontrados en
hordas fósiles en Alberta, que extrajo difucultosamente por las tierras mal
erosionadas. Las rocas puntiagudas con fósiles de hadrosaurios y el cornudo
Eucentrosaurus sugieren que se ahogaron rebaños superiores a 10.000
mimbros en inundaciones, como prehistóricas versiones del bisonte que
oscurecían las praderas de Norteamérica hace un siglo. Por finales de 1980 el
Dinosaur Provincial Park de Alberta tenía ya 500 esqueletos de 50 especies de
dinosaurios, una comunidad completa de terópodos, dinosaurios cornudos,
hadrosaurios y otros del Cretácico superior. Los optimistas esperan aún para
más descubrimientos canadienses espectaculares. Los dinosaurios del Cretácico
inferior al ser encontrados estaban mezclados en general con una brea aceitosa
y la arena de Alberta.
Por finales de la década de 1980, en
Canadá era la cuarta nación con más ejemplares encontrados en la tabla de
hallazgos de dinosaurios, con 49 géneros, por delante del Reino Unido. Los
dinosaurios canadienses incluyen más o menos una docena de terópodos; un
dudoso prosaurópdo, el Antarctosaurus; un hipsilofodóntido, el
Parksosaurus; el único tescelosáurido conocido, el Thescelosaurus,
11 hadrosaurios, 4 paquicefalosaurios, 6 dinosaurios acorazados y 11
dinosaurios cornudos.
HONDURAS
Algunos Ornitópodos, probablemente
hipsilofodóntidos, son los únicos dinosaurios conocidos de América Central.
MÉXICO
En México se ha hallado los terópodos
Albertosaurus y Labocania, el saurópodo
Apatosaurus, los hadrosaurios
Hypacrosaurus,
Kritosaurus y Lambeosaurus, y el cornudo Monoclonius.
ESTADOS UNIDOS
Hasta principios de 1990, los Estados
Unidos encabezaba la lista de países con más descubrimientos de dinosaurios,
con más o menos 110 géneros, sin embargo China, según parece, contará dentro
de poco con más dinosaurios y sobrepasará ese límite. Las bestias
estadounidenses incluyen 31 terópodos, 3 prosaurópodos, 18 saurópodos, 2
frabrosáuridos, 6 hipsilofodóntidos, los Ornitópodos Thescelosaurus,
Camptosaurus e Iguanodon, 1
driosáurido, algo más de 10 pico de pato, 3 paquicefalosaurios, 3
escelidosáuridos, 9 dinosaurios acorazados y 15 dinosaurios cornudos.
Los primeros descubrimientos de
dinosaurios americanos datan probablemente de 1818 con un hallazgo en
Connecticut con los huesos identificados como Anchisaurus. En 1834
Edward Hitchcock encontró fósiles de huellas de un ave en Massachusetts. El
anatomista de Filadelfia Joseph Leidy dio nombre a tres dinosaurios por un
diente fósil en 1.856, y, en 1858 el Hadrosaurus era el primer
dinosaurio americano descrito a partir de un esqueleto parcial.
Los dinosaurios estadounidenses no
estuvieron muy tomados en cuenta hasta que a finales de la década de 1870
Othniel Charles Marsh y Edward Dinker Cope compitieron a desenterrar y nombrar
los mejores y más grandes dinosaurios. Buscadores tales como O. W. Lucas y
William H. Reed pudieron dar con los huesos del Salvaje Oeste de las rocas del
Triásico superior cerca de Canyon City y Morrison, Colorado, y de Como Bluff,
una roca crestada en el sur de Wyoming. Los hallazgos más famosos incluían los
saurópodos Apatosaurus y
Diplodocus, el dinosaurio con placas
Stegosaurus, y el, para algunos, temeroso carnosaurio
Allosaurus. Marsh llevaba unos 20 dinosaurios nombrados, mientras que
Copa sólo llevaba, probablemente, 3 nombres válidos.
Por el año 1900 aparecieron más
dinosaurios del Jurásico superior cuando los buscadores trabajaban para tratar
de llenar las salas de los museos. El Museo Americano de Historia Natural
tenía buenos descubrimientos en viejos sitios como la Cantera de Cabina de
Huesos en Wyoming; y Earl Douglass, un coleccionador para el Museo Carnegie de
Pittsburgh, encontraba huesos sueltos gigantes en la Cantera Carnegie de Utah,
actualemente una parte del Dinosaur National Monument.
Desde la década de 1.960 Peter Galton,
John Horner, James Jensen, Jonh Ostrom y otros, hicieron nuevos hallazgos para
la Era de los Dinosaurios en los Estados Unidos. Les parecieron terópodos,
prosaurópdos y ornistiquios que ya habitaban el sudoeste y este por los
períodos Triásico medio y superior. Todavía el Valle de Conecticut según cabe
suponer había dinosaurios del Triásico principalemente que resultaron ser
datos mal tomados de las rocas del Jurásico inferior. El
Supersaurus y otros saurópodos monstruosos se agregaron a las listas
de gigantes del Jurásico superior. El
Deinonychus con sus garras de borde aserrado podría haber aterrorizado
durante el Cretácico inferior de Montana. En el Cretácico superior del oeste
se hallaron intactas muestras de colmillos y terópodos de pocos dientes, picos
de pato, dinosaurios cornudos, dinosaurios acorazados, dinosaurios con cabezas
engrosadas y otros ornistiquios. Dos de los más extraordinarios de todos los
descubrimientos eran los nidos edificados en colonias y las crías de algunos
hadrosaurios, además de otros hadrosaurios, que vivieron en el norte de
Alaska, hasta entonces una fría región dentro del Círculo Ártico.