El principal punto a
favor del modelo gradual es que los climas estaban cambiando lentamente, tal
vez como consecuencia de la variación del nivel del mar, y la desaparición
de los dinosaurios se habría producido a causa de la pérdida de los
hábitats adecuados. Numerosos paleontólogos y geólogos aceptan esta
afirmación, de una manera u otra. La prueba fundamental es paleontológica;
los estudios detallados realizados en ciertas cuencas sedimentarias parecen
demostrar una decadencia de los dinosaurios a largo plazo, así como la de
muchos otros grupos que desaparecieron en la misma épocas (los pterosaurios y
algunos cocodrílidos, las aves y los mamíferos terrestres, y los
plesiosaurios, los ictiosaurios, los mosasaurios, los ammonites y los
belemnintes en el mar). También sustenta esta teoría la evidencia de que los
niveles del mar subieron durante el final del Cretácico, inundando las zonas
costeras, y parece que los climas se volvieron más templados en numerosos
hábitats de dinosaurios. Leigh Van Valen, de la Universidad de Chicago, y
Robert Sloan han señalado que la exuberante vegetación subtropical de la
época de los dinosaurios pareció dar paso a los bosques templados de
coníferas, en el transcurso de un período de 5 a 10 millones de años. Se
cree que esta alteración coincide exactamente con la decadencia de los
dinosaurios y la prosperidad de los mamíferos.