La extinción de los dinosaurios es la pregunta clave que todo el mundo se
hace. Aunque parezca sorprendente, se desconoce la respuesta, por más que
tantos científicos hayan procurado abordarla. En la actualidad, alrededor de
quinientos paleontólogos, geólogos, geoquímicos y astrofísicos están
trabajando en ello. Cada año se publican cientos de informes sobre el tema, y
se llevan a cabo docenas de congresos, pero no parece que estemos mucho más
cerca de la verdad que hace diez años. Todavía no podemos afirmar con
certeza si los dinosaurios tardaron diez millones de año, o un minuto en
extinguirse, ni tampoco si murieron de forma simultánea.
Los estudios sobre la
diversidad de los dinosaurios demuestran, a grandes rasgos, que durante la
segunda mitad de su historia, en todo momento existieron entre veinte y
treinta familias, y la diversidad global de la especie (por lo que sabemos)
era de 50-100. Es posible que estas cifras disten de la realidad, debido al
carácter incompleto del registro fósil y los problemas de datar las rocas
con exactitud; pero es probable que la imprecisión se mantenga para cada
período. De este modo, se obtiene una estimación cualitativa de la
situación, ya que no una cuantitativa.
En 1984, el doctor Dale
Russell, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Ottawa, en Canadá,
calculó en cifras globales a diversidad de los dinosaurios a través del
tiempo, con la intención de demostrar que su desaparición fue un
acontecimiento repentino. La diversidad se mantuvo hasta el final, sin la
menor señal de disminución que cabría esperar en una desaparición más
gradual. Por el contrario, el doctor Robert Sloan, de la Universidad de
Minnesota, Minneapolis, y sus colegas publicaron en 1986 un informe que
sugería lo contrario. Su estudio se basaba en las décadas de recolección de
huesos de dinosaurios y mamíferos en la Formación Hell Creek, en Montana.
Sus gráficos, realizados a partir de cientos de huesos y de una datación de
mejor calidad, parecían demostrar una lenta decadencia de los dinosaurios, a
lo largo de ocho millones de años, aproximadamente, y una consiguiente
expansión de los mamíferos. Un estudio realizado en 1987 por el doctor Bob
Sullivan, del Museo del Condado de Los Angeles, en California, pareció
confirmarlo a escala global. Descubrió que la diversidad de los dinosaurios
decayó de dieciséis familias a nueve, durante los diez últimos millones de
años del Cretácico. Los "últimos" dinosaurios comprenden doce
especies, que se conocen a partir de una docena escasa de ejemplares en todo
el mundo. Sin embargo, su análisis ha sido criticado, debido a los problemas
para establecer una correlación mundial de las rocas en que se encontraron
los dinosaurios (en realidad, no se puede realizar una datación tan exacta
como sugería Sullivan) y a las dificultades para determinar la cantidad real
de especies que estaban presentes.
Estos debates se
refieren a la forma de extinción, y los puntos de vista contrastantes han
quedado representados en la siguiente pregunta: ¿los dinosaurios
desaparecieron de golpe (como dice Rusell) o a través de un dilatado período
de lamentable decadencia (como sostienen Sloan y Sullivan)? Si ni siquiera se
puede determinar la forma de extinción, en primer lugar, ¿cómo van a hacer
los científicos para comenzar siguiera a estudiar el proceso que motivó esta
extinción? Cada postulado cuando un número aproximadamente similar de
científicos que lo apoyan, y cada una de las dos teorías suele designarse
con el nombre de la explicación que propone: "gradual" (la
plañidera) y "catastrofista" (la repentina).