El consenso actual, si
es que existe algo así, es que se produjo un impacto, de un asteroide o de
una lluvia de cometas, en el límite entre el Cretácico y e Terciario, pero
que esta no fue la única causa de la extinción. No cabe duda de que los
belemnites y los ictiosaurios habían desaparecido mucho antes de este
límite, y que la mayoría de los grupos estaban en decadencia. No obstante,
parece probable que la extinción definitiva coincidiera con el impacto,
aunque todavía no se puede determinar algo así a escala global.
La saga de las
extinciones va mucho más allá del acontecimiento que se produjo entre las
dos eras, ya que hubo muchas otras antes y después de este momento. Los
demás sucesos han despertado mucha menos atención que este límite, puesto
que no implican la desaparición de los dinosaurios, y además las rocas
limítrofes reales no son tan fáciles de estudiar.
Estos diversos
acontecimientos se han unido a través de un nuevo debate sobre la
periodicidad de las extinciones: ¿siguen un patrón cíclico regular y son
predecibles? De ser así (y son muchos los que en la actualidad aceptan la
periodicidad de las extinciones), ¿qué provoca esta periodicidad? Se ha
ampliado el modelo extraterrestre para dar una explicación. Cada 26 millones
de años; es posible que se relacione con una inclinación de todo el plano
galáctico; o incluso puede tratarse de un "planeta X", invisible,
situado más allá de Plutón, que se aproxima al extremo del sistema solar,
perturbándolo, cada 26 millones de años. Ahora los astrofísicos dan
conferencias sobre estos modelos, y todo comenzó con los dinosaurios.
Como si esto no fuera
suficiente, el modelo de los efectos del impacto de los asteroides ha tenido
una enorme influencia a lo largo de la última década. Los patrones
informatizados demostraron que la gran nube de polvo que se elevó en el aire
durante el límite entre el Cretácico y el Terciario oscureció el Sol e
interrumpió la llegada de los rayos infrarrojos que calientan la superficie
de la Tierra. Los especialistas atmosféricos calcularon que la nube de polvo
hizo descender las temperaturas de la superficie del globo alrededor de 20ºC,
o más, produciendo un "invierno global" que acabó con la vida de
los dinosaurios, que apreciaban el clima cálido (¿y los cocodrilos y los
lagartos?). Estas estimaciones condujeron directamente a la certeza de que una
guerra nuclear, hoy en día, produciría exactamente el mismo efecto: el
famoso "invierno nuclear". Una vez más, este vasto campo de
especulación científica tuvo su origen, alrededor del año 1982, con la
investigación sobre los dinosaurios.