Cinodontos
Los cinodontos, también llamados dientes de perro, fueron un suborden de reptiles terápsidos. Fue el último grupo de reptiles semejantes a mamíferos. Eran animales que movimientos rápidos, que vivieron hace 200 millones de años. Sus maxilas y dentición presentan notables semejanzas con las de los mamíferos. - Cynognathus: También llamado dientes de perro. Era un terápsido que vivió justo antes de que los primeros dinosaurios poblaban la Tierra. Los reptiles de su grupo vivieron en el período Triásico, y en muchos sentidos se parecían a los mamíferos. Los mamíferos modernos, como gatos y perros, tienen bigotes que les ayudan a captar el movimiento del aire y a palpar los objetos. Cada bigote tiene un pequeño vaso sanguíneo y un nervio. Las raíces de ambos y los bigotes se insertan en unos huecos especiales de los huesos de su hocico. En el cráneo de este animal se han encontrado unos orificios parecidos. Los expertos creen que también tenía bigotes, un tipo de pelo sensible, y si eso es cierto, quizá tuviera también una fina capa de pelo sobre su correosa piel. Los animales de sangre caliente necesitan que circule aire en sus pulmones constantemente: no pueden dejar de respirar ni siquiera cuando comen. Pero los reptiles suelen aspirar gran bocanadas de aire entre bocado y bocado, como harías tú si no tuvieras nariz. Este reptil tenía dos conductos respiratorios separados, uno procedente del hocico y otro de la boca, de modo que podía respirar y comer al mismo tiempo, como los mamíferos. Como el lobo moderno, era un activo depredador. Cuando cazaba, podía moverse con rapidez. A diferencia de otros reptiles más lentos, sus miembros no se extendían hacia los lados, sino que los mantenía flexionados bajo su cuerpo. Sus codos se doblaban hacia atrás, y las rodillas hacia delante, como las patas de un perro. Aunque era bastante ágil, tenía las patas cortas y no podía competir con el grácil perro alsaciano actual. Los perros modernos corren apoyándose en los dedos, pero las patas de este cinodonto, provistas de garras, se apoyaban planas en el suelo. Tenía un largo cráneo, unido a las mandíbulas por fuertes músculos. Cuando cerraba la boca sobre su presa, podía sujetarla firmemente, por mucho que se retorciera. Sus potentes mandíbulas también eran útiles para separar la carne de los huesos de la víctima. En el interior de sus mandíbulas, tenía varios tipos de dientes, como los mamíferos, con incisivos en la parte delantera para cortar y morder. Justo detrás de los incisivos, tenía un par de afilados dientes caninos, o colmillos, que perforaban la carne de su presa. Una pequeña abertura separaba los colmillos de una hilera de grandes dientes irregulares, parecidos a muelas. Podía engullir la comida rápidamente sin que se le indigestase, no como tú. Gracias a los dientes irregulares de sus carrillos, desgarraba la comida en pequeñas porciones y la masticaba rápidamente. Así, podía digerirla rápida y fácilmente. Cuando algunos reptiles, emprendieron el vuelo o volvieron al mar, hace 200 millones de años, este reptil sobrevivió en tierra firme. Este animal de sangre caliente era pariente cercano de los verdaderos mamíferos. Medía hasta 2 metros de longitud, pero no habría llegado a la rodilla de una persona adulta. Vivió hace unos 230 millones de años, a principios y mediados del período Triásico, probablemente en todo el mundo, pero sus mejores fósiles se han encontrado en las antiguas rocas de Argentina y Sudáfrica. | |
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