Reptiles
Los reptiles son una clase de animales vertebrados poiquilotermos, de respiración pulmonar, circulación doble e incompleta, corazón casi siempre con tres cavidades puesto que el ventrículo no suele estar totalmente dividido; con cloaca; la piel cubierta de escamas epidérmicas, que a veces forman escudos o placas, y con pocas glándulas superficiales. Su esqueleto está totalmente osificado, y la articulación del cráneo por un solo cóndilo occipital. El cuello está, a veces, bien marcado, y el tronco posee dos pares de miembros, típicamente pentadáctilos y provistos de garras, dispuestos para marchar o ayudarse en la reptación; algunos reptiles carecen totalmente de extremidades, como las serpientes, o las tienen adaptadas a la natación, como las tortugas marinas. La fecundación es interna, por medio de órganos copuladores; ponen huevos telolecitos con cáscara coriácea caliza y, a veces, la incubación se realiza en el cuerpo de la madre. El desarrollo embrionario tiene lugar con formación de amnios y alantoides, y el postembrionario, sin metamorfosis. Son fundamentalmente carnívoros y su tamaño varía desde el de algunos lacértidos de 5 centímetros de longitud hasta el de los pitones, de 10 o más metros, y el de ciertas tortugas que superan los 100 kilos de peso. Su desarrollo se inició en los períodos carbonífero y pérmico a partir de los anfibios y alcanzó su máximo esplendor durante la era Mesozoica, dominando la Tierra durante 150 millones de años con una enorme cantidad de formas y tamaño, algunos dinosaurios medían hasta 30 metros de longitud y 6 ó 7 metros de altura. Vivieron en todos los hábitats y se adaptaros a todos los modos de existencia, como marchadores, acuáticos, voladores, etc. Las 6.000 especies que existen en la actualidad, propias de climas cálidos y templados, son sólo un pequeño resto de la típica fauna herpetológica secundaria. Los reptiles se dividen hoy atendiendo a la estructura del hueso temporal del cráneo en las subclases siguientes: anápsidos, como los cotilosaurios y quelonios; sinápsidos, los mesosaurios, pelicosaurios, etc.; euriápsidos, como los plesiosaurios, elasmosaurios y ictiosaurios; diápsidos, los rincocéfalos, saurios, ofidios, tecodontos, cocodrílidos, dinosaurios y pterosaurios. |