En un mapa o en una
esfera terrestre, el Ártico se representa como una zona blanca con el Polo
Norte en el centro. Pero no es tierra firme, sino un inmenso casquete de 5-10
metros de espesor que flota en el océano Ártico. En el Polo Norte no hay
tierra firme, al contrario que en el Polo Sur.
La Tierra gira
alrededor del Sol un poco inclinada, lo que significa que el Ártico queda
más alejado del Sol en invierno, y recibe muy escasa luz del día durante
muchas semanas. En esta época, el Ártico es un lugar de frío intenso, con
vientos glaciales y una noche interminable. Sobre el océano casi congelado
flotan los icebergs y el hielo compacto. ¿Cómo podían vivir allí los
dinosaurios o cualquier otro ser?
Los dinosaurios
vivieron en las tierras que rodean al Ártico. Incluían herbívoros como el Parasaurolophus,
carnívoros parecidos al Tyrannosaurus y al Troodon, y muchos
otros animales y plantas.
En el Ártico hay un
poco de tierra firme. El norte de Europa, Alaska, Canadá, Groenlandia,
Islandia y la Federación Rusa se internan en el círculo Polar Ártico.
Durante la Era de los
Dinosaurios, estas tierras no tenían la forma actual. Durante millones de
años se han desplazado por el planeta. Cuando aparecieron los primeros
dinosaurios, toda Norteamérica estaba mucho más al Sur, lejos del Círculo
Ártico.
En tiempos de los
dinosaurios, el clima del mundo era, en general, más cálido. En el Polo
Norte no había una inmensa capa de hielo, pero la Tierra giraba alrededor del
Sol con la misma inclinación que hoy en día. Por eso, en el extremo Norte
había semanas de oscuridad invernal y el clima era, probablemente, casi
gracias.
Los científicos han
encontrado fósiles de dinosaurios en la Norteamérica central, pero no
sabían hasta qué latitud al Norte llegarían los restos de dinosaurios.
Estos animales habrían tenido dificultades para soportar las bajas
temperaturas y las largas semanas de oscuridad.
En 1.985, Bill Clemens
y su equipo de la universidad de California fueron de expedición a Alaska.
Excavaron buscando fósiles en la costa Norte, cerca del río Coleville.
Tuvieron suerte y encontraron restos de dinosaurios. Pertenecían a los
hadrosaurios con pico de pato Parasaurolophus y Edmontosaurus, y
estaban encajados en rocas.
La expedición de Bill
Clemens encontró también dientes fósiles de dinosaurios carnívoros,
parecidos al Tyrannosaurus y al Troodon. Finalmente se habían
descubierto dinosaurios árticos, pero los hallazgos plantearon nuevas
preguntas. ¿Podían vivir allí los dinosaurios todo el año o migran de
Norte a Sur y viceversa cada año?
En Alaska se han
encontrado muchos animales y plantas fósiles de la Era de los Dinosaurios.
Las plantas eran las mismas que se encuentran hoy en el norte de Europa. Esta
rica vegetación suponía un festín para los dinosaurios herbívoros durante
el verano.
Pero las plantas como
las cicadáceas eran casi todas caducifolias. Perdían las hojas durante el
largo y oscuro invierno y dejaban de crecer. Sin plantas verdes habría habido
poco alimento para los dinosaurios y otros animales. Entonces, ¿qué hacían
ellos en invierno?
Allí se han encontrado
fósiles de Parasaurolophus, tanto de adultos como de crías. Algunos
científicos creen que pasaban toda su vida en la región ártica. Lo sugieren
los fósiles de dinosaurios más jóvenes, demasiado pequeños para ir muy
lejos andando. Quizá sobrevivían en invierno permaneciendo fríos e
inactivos en una especie de hibernación o sueño invernal, como muchos
lagartos, serpientes y otros reptiles de hoy en día. Otros dinosaurios
habían intentado ir hacia el Sur durante el invierno, alimentándose de
raíces y tallos de plantas.
Cuando la temperatura
desciende y escasea el alimento, algunos mamíferos como los lirones se
sumergen en un profundo sueño invernal llamado hibernación. Su cuerpo se
enfría y su respiración y el latido del corazón se vuelve muy lento. Los
reptiles también se vuelven más lentos en el frío invierno, cuando sus
cuerpos están demasiado fríos para moverse con rapidez. Si el frío es
excesivo, estos animales no pueden moverse en absoluto.
Otros científicos
creen que los dinosaurios podían sobrevivir a un largo y frío invierno, por
lo que deberían efectuar largas migraciones anuales. Migración es un viaje a
larga distancia. Los animales migran para encontrar mejor alimento o mejores
lugares para sus crías, o para evitar las condiciones adversas. Muchas
migraciones son viajes estacionales regulares. Los animales migratorios
actuales incluyen al alce, al caribú, los ciervos, mariposas entre los
terrestres; las ballenas y las focas, entre los marinos; y los gansos y muchas
otras aves, entre los voladores. Todos éstos van al Norte en verano y pasan
esta breve época alimentándose. En otoño vuelven hacia el Sur para evitar
los oscuros y fríos meses de invierno.
Los huesos fósiles y
las huellas de otros lugares indican que los hadrosaurios como el Parasaurolophus
o el Edmontosaurus probablemente vivían en rebaños. Los primeros
encontrarían la seguridad en su gran número durante los prolongados viajes.
Quizá lo hacían lo mismo que los caribús actuales; viajar hacia el Norte en
primavera, alimentarse de las plantas árticas en verano y regresar hacia el
Sur en otoño. Los dinosaurios tiranosáuridos los habrían seguido como los
lobos siguen a los caribús, sorprendiendo a los extraviados, los enfermos,
los más jóvenes y también a los más viejos.
Los animales
migratorios tienen más oportunidades de sobrevivir si se mantienen en
contacto. Los Parasaurolophus usaban sus crestas huecas para llamarse
unos a otros.
¿Cómo se explica que
se encuentren juntos fósiles de dinosaurios jóvenes y adultos? Los jóvenes
quizá salían del huevo en el Norte, se alimentaban de plantas veraniegas y
crecían lo suficiente como para emigrar hacia el Sur, o quizá salían ya del
huevo en el Sur, donde el clima era más cálido. En Alaska no se han
encontrado nidos de dinosaurios. Nuevos descubrimientos pueden solucionar los
misterios de los dinosaurios árticos.