A lo largo de los
últimos 170 años, desde que recibió su nombre el primer dinosaurio, los
paleontólogos han registrado unas mil especies, o algo más. Cada especie se
coloca en un grupo más amplio, el género, que puede estar formado por varias
especies. Cada género y cada especie poseen un nombre científico, que en
general comprende voces griegas o latinas, y tal nombre científico siempre se
presenta en letra cursiva o subrayado. El nombre genérico comienza con una
mayúsculo, el nombre específico con minúsculas. Por lo tanto, el Tyrannosaurus
rex es la especie rex del género Tyrannosaurus; es posible
que existan otras especies dentro del mismo género.
Las alrededor de mil
especies de dinosaurios en unos 400 géneros. Estos, a su vez, se clasifican
en familias, infraórdenes y subórdenes, según como parecen estas
relacionados, y esto se establece a través del análisis cladístico. Tal vez
un ejemplo moderno conocido sirva para explicar estos términos taxonómicos,
es decir, los términos que se utilizan en la clasificación. Todos los perros
domésticos pertenecen a la especie Canis familiaris, que quiere decir
perro común. El lobo es otra especie del mismo género, Canis lupus.
El género Canis pertenece a la familia Cánidos, junto con los zorros
del género Vulpes, el zorro polar del género Alopex, y otros
más. La familia Cánidos, los perros en general, pertenece a su vez, junto
con los osos, los gatos y las comadrejas, al suborden fisípedos, y al Orden
Carnívoros, junto con las focas y morsas.
La filogenia de los
dinosaurios, según se establece en el análisis cladístico, muestra la
diversidad del grupo y cómo siguieron apareciendo familias nuevas a lo largo
de los 165 millones de años en los que ocuparon este planeta. La filogenia se
puede interpretar a través de una clasificación.