La antigüedad de la
Tierra se calcula en unos 4.600 millones de años. Respecto a los primeros mil
millones de años, más o menos, no tenemos de que haya habido ningún tipo de
vida. En un principio, las condiciones de la Tierra no eran demasiado
adecuadas para la vida; la superficie estaba en ebullición, y los volcanes
despedían nubes de gasas venenosos y torrentes de lava y residuos explosivos.
No había océanos, ni tampoco atmósfera.
La primera prueba de la
vida apareció hace unos 3.500 millones de años atrás: hacia esa época
pueden datarse, en el registro geológico, los fósiles de unos montículos de
algas llamados estromatolitos. Los estromatolitos todavía existen hoy en
día, formados por capas delgadas de algas de color verde azulado y barro
aprisionado. Las algas de color verde azulado se encuentran entre los
organismos vivos más simples, son unicelulares y carecen de un núcleo o un
centro de control celular. Los primeros fósiles en los que se puede apreciar
formas celulares están preservados en una especie de cuarzo que tiene
alrededor de 3.100 millones de años. Los únicos seres vivos sobre la tierra,
durante varios millones de años, fueron organismos microscópicos como estas
algas azules verdosas, y también bacterias.
Hace unos mil millones
de años, aparecieron unos organismos unicelulares más complejos. Poseían un
núcleo y otras organelas especializadas, en el interior de cada célula. Los
vegetales y los animales multicelulares aparecieron en escena hace unos 700
millones de años. Es posible que tuvieran el aspecto de algas marinas,
esponjas y medusas. Hace 570 millones de años, surgieron con bastante rapidez
unos grupos de animales más complejos; con esa datación se han encontrado
fosilizadas las primeras formas dotadas de esqueleto. Entre estas podemos
mencionar los braquiópodos y los moluscos, con sus caparazones calizos, los
artrópodos, con sus esqueletos externos móviles y, un poco más adelante,
los corales, los erizos de mar y los primeros peces.
Se considera que la
aparición de los primeros animales dotados de esqueleto marca una división
fundamental en la escala del tiempo geológico. Esta escala es internacional,
y se fijó por primera vez a comienzos del siglo XIX con el fin de dividir la
historia de la Tierra en unidades fáciles de manejar. Por lo general, los
límites entre las unidades coinciden con algún acontecimiento decisivo en la
historia de la vida, de tal modo que los primeros cuatro mil millones de años
de la historia de la Tierra se denominan Precámbrico, y los últimos 570
millones de años se llaman Fanerozoico, que quiere decir vida en abundancia.
La aparición de los animales con esqueleto determina el límite.
El Fanerozoico, a pesar
de comprender tan sólo una octava parte de la vida estimada de la Tierra, ha
sido el período más estudiado, porque en él se pueden detectar muchas fases
de nuestra propia evolución, y porque el registro de rocas suele mejorar a
medida que nos acercamos al presente. Mientras que no resulta fácil
subdividir el Precámbrico en unidades temporales más leves, esto es lo que
ha ocurrido con el Fanerozoico, sobre todo en relación con los últimos cien
millones de años. La ciencia que determina y comprende el tiempo geológico,
la estratigrafía, se encuentra en la actualidad muy avanzada.
El Fanerozoico se
divide en tres eras principales: el Paleozoico o vida antigua, de 570 a 249
millones de años atrás; el Mesozoico o vida intermedia, de 248 a 66 millones
de años atrás; y el Cenozoico o vida reciente, que comprende los últimos 65
millones de años. Los dinosaurios dominaron la Tierra durante el Mesozoico, y
en realidad el límite entre el Mesozoico y el Cenozoico corresponde a su
desaparición. Los vertebrados aparecieron hace alrededor de 520 millones de
años; las primeras formas fueron los peces primitivos. En esa época, la vida
se limitaba al mar, casi de forma exclusiva. Distintos vegetales y animales se
aventuraron en el agua dulce, y a continuación sobre la tierra, hace unos 420
millones de años. Los primeros vertebrados que aprovecharon la tierra fueron
los anfibios, que aparecieron hace 370 millones de años.
La era Mesozoica se
divide en tres períodos: el Triásico, hace entre 248 a 208 millones de
años; el Jurásico, de 207 a 144 millones; y el Cretácico, de 143 a 66. El
Triásico se produjo después de una extinción masiva, al final de la era
Paleozoica, y es posible que esto haya permitido la expansión inicial de los
tecodontos, rincosaurios y otros animales. Como ya hemos visto, los
dinosaurios y muchos grupos importantes surgieron en el Triásico superior,
mientras que la extinción masiva que tuvo lugar en el límite entre el
Triásico y el Jurásico marcó la segunda fase de la expansión de los
dinosaurios.