El período Devónico debe su nombre a un condado. En la década de 1.830, los
geólogos Adam Sedgwick y Roderik Murchison estudiaron las capas de roca
arenisca, caliza y pizarra del condado de Devon, Inglaterra. Estas capas se
formaron hace unos 400 millones de años. En 1.839, sugirieron la adopción
del nombre Devónico para este período geológico.
El Devónico
transcurrió hace entre 407 y 362 millones de años de antigüedad. Los
océanos estaban poblados por grandes peces depredadores. Los animales y las
plantas empezaron a extenderse por tierra firme.
Si pudieras retroceder
en el tiempo hasta el Devónico, verías un mundo muy distinto al actual.
Sólo había dos masas de tierra importantes. Una era Laurasia, que estaba
compuesta por las actuales América del Norte, Europa y casi toda Asia. La
otra era Gondwana, compuesta por América del Sur, África, Australia, la
India y la Antártida. Grandes zonas de Laurasia y algunas de Gondwana estaban
cubiertas por mares poco profundos. Durante este período, los dos grandes
continentes se fueron acercando hasta formar el supercontinente llamado Pangea.
Los fósiles indican
que las aguas del Devónico bullían de vida. Había alas, lirios de mar y
arrecifes de coral. Los gusanos y los trilobites excavaban en el fango del
fondo de lagos y océanos, aunque estos últimos llevaban en la Tierra más de
200 millones de años, pero fueron perdiendo su población. Sobre ellos,
nadaban los moluscos y crustáceos. A los primeros peces sin mandíbulas se
unieron pronto los peces con espinas, con una coraza ósea o con aletas
carnosas, que utilizaban para impulsarse fuera del agua.
Durante este período,
las plantas evolucionaron y surgieron tipos mayores y más variados, como los
licopodios, los equisetos y los helechos. Se extendieron por los pantanos y
las orillas de los lagos hasta formar los primeros bosques terrestres. Esta
alfombra verde empezó a poblarse con los parientes primitivos de los
milpiés, ciempiés, insectos, ácaros y arañas.
En el Devónico,
vivieron muchos peces extraños y desconcertantes. También había plantas
acuáticas y animales más pequeños, que servían de alimento a los peces. Se
multiplicaron algas como: Fucus, una alga arbustiva parda; Ulva,
una lechuga de mar; y Ceratium, un alga filosa roja. Hoy pueden verse
todavía algas parecidas.
Los peces sin
mandíbulas, seguían viviendo en este período. El terror de los mares
devónicos era el Dunkleosteus, que pertenecía a un grupo de peces que
por entonces estaba muy diversificado, los placodermos. También un grupo otro
grupo de peces, los tiburones, aparecieron en este período. Los tiburones
apenas han cambiado desde entonces. Los peces de aletas radiadas son muy
comunes actualmente, pero aparecieron en el Devónico. No faltaban los peces
de aletas lobuladas, que tenían pulmones para respirar. Sólo había un corto
paso de los peces con aletas lobuladas a los animales terrestres de cuatro
patas. Estos peces desarrollaron patas y dieron origen al Ichthyostega,
el primer anfibio que caminó fuera del agua.
Este anfibio no
caminaba por un paisaje desierto. Nuevos tipos de plantas estaban
evolucionando. Eran plantas vasculares, lo que significan que tenían un
sistema para transportar los líquidos por sus tallos, como la sangre circula
por nuestro cuerpo. La Rhynia medía unos 50 centímetros de
altura. Tenía un tallo central y pequeñas ramas laterales. Las primeras
plantas terrestres incluían también a los licopodios, como Asteroxylon,
que alcanzaba casi 1 metro de altura y se parecía a un cacto con hojas.
Tenía un grueso tallo y pequeñas ramificaciones laterales. Durante el
período Devónico las plantas se hicieron aún más altas. Había equisetos
de 10 metros de altura, como Archaeocalamites, con sus hojas parecidas
a sombrillas. Hizo su aparición otro grupo de plantas, los helechos. A
finales de este período, helechos gigantescos, como Archaeopteris,
dominaban la tierra con sus 20 metros de altura.
El Ichthyostega
no era el único animal terrestre. Entre la jungla en miniatura de licopodios,
se arrastraba una serie de minúsculos animales. Arrastrándose entre las
frondas, había ciempiés y milpiés, como Archidermus, ácaros y los
primeros insectos. El Rhyniella, al igual que muchos insectos
primitivos, no tenía alas. El Anurida era un colémbolo del Devónico.
Los escorpiones, como Palaeophonus, clavaban su aguijón en sus presas
y la despedazaban con sus pinzas.