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Guía de Cine en Casa

Guía de Cine en Casa
  1. Elementos de un equipo de cine en casa
  2. Elección del dispositivo de visualización
  3. Elección de la fuente de vídeo
  4. Elección de la electrónica de procesado y amplificación
  5. Elección de los altavoces
  6. Tipos de cables y modos de conexión
  7. Acústica y colocación de altavoces, oyente y otros elementos
  8. Decoración e iluminación

Publicado en Julio 2007

 

4. ELECCIÓN DE LA ELECTRÓNICA DE PROCESADO Y AMPLIFICACIÓN

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RECEPTOR A/V: SECCIÓN ETAPAS DE POTENCIA

Las señales de audio que circulan por el interior del lector del DVD y receptor A/V (hasta llegar al preamplificador de audio, incluido) es del orden de unos cuantos mV, pero, para poder mover un altavoz, es necesaria una señal del orden de unos pocos voltios. Es por ello por lo que necesita ser amplificada.

Se requiere un amplificador o una etapa de potencia por cada canal, es decir, para cada altavoz. En el caso de un receptor A/V, todos están integrados en el mismo chasis del aparato.

ANALIZANDO UNA ESPECIFICACIÓN TÉCNICA DE POTENCIA

Ahora aprovecharemos para comentar una serie de aspectos importantes. Cuando los fabricantes hacen la transición de un amplificador integrado estéreo de dos canales a un receptor A/V de entre 5 y 7 canales, en un chasis y fuente de alimentación de un tamaño no mucho más grandes, tienen el compromiso de tener que ofrecer los mismos niveles de potencia que daban antes para sólo 2 canales. Es decir, si antes teníamos unos 80 o 100W por canal en el estéreo, ahora necesitamos lo mismo pero por 7 canales. Por ello, para evitar que los receptores A/V aparenten una menor potencia, se suele recurrir a ciertos trucos en las especificaciones técnicas y realizar las medidas bajo ciertas condiciones para que los receptores A/V parezcan más potentes de lo que realmente son. Dentro de los receptores A/V esto algo muy común, de hecho, los fabricantes están obligados a hacerlo ya que basta que exista uno honrado para que sea considerado como inferior por muchos clientes finales al no ofrecer valores numéricos tan altos de potencia de salida.

Cuánta potencia puede ofrecer un receptor depende de las condiciones en que se haya realizado la medida. Éstas se ven en la jerga que viene detrás del número de W. Por ejemplo, 100W continuos RMS a 8 ohmios de 20 Hz a 20 kHz con no más de 0,1% de THD en todos los canales. Esto sería un dato claro y fiable, y que puede servir para comparar unos receptores A/V con otros.

Para comprender bien el número de watios que se indica, es importante entender la jerga. Primero, la palabra "continuos" indica que el amplificador puede ofrecer ese nivel de potencia de forma continuada, no durante un espacio corto de tiempo. Segundo, las letras RMS indican el valor eficaz de una señal. Por ejemplo, la señal de 220v que llega a nuestra casa, realmente es una señal senoidal de 50 Hz de frecuencia que oscila entre 311 y -311 voltios. 220 es el valor eficaz, que en caso de una señal senoidal es fácil de calcular 311/raíz(2) = 220. El valor eficaz es, realmente, el que más interesa. Algunos fabricantes dan el valor "pico" en vez del RMS, que en el ejemplo puesto sería 311v, por lo que quedaría exajerado.

La impedancia, es decir, una resistencia de carga puesta a la  salida para medir la potencia, es también muy importante. Un receptor A/V o cualquier amplificador en general, entregará más corriente (dará más potencia) cuanto menor sea esta resistencia de carga. Por ello, los valores de potencia a 4 ohmios son mayores que a 6 y, a su vez, mayores que a 8. Es muy típico dar las potencias a 6 ohmios. Es otra técnica de hacer parecer al amplificador más potente de lo que es realmente.

La siguiente parte habla del ancho de banda (rango de las frecuencias de audio) en las que el amplificador es capaz de ofrecer esta potencia. Una dato técnico honesto nos tendría que decir la potencia del amplificador desde 20 Hz (el umbral de audición) hasta 20000 Hz ó 20 kHz (el valor típico que se da correspondiente a la frecuencia límite audible, que en este caso, dicho sea de paso, correspondería al máximo de una persona joven, aunque eso ya es otro tema). Cuidado con las mediciones de potencia "a 1 kHz", que son típicas. Obviamente, un amplificador que puede ofrecer su potencia especificada sobre un rango de frecuencias más amplio, es más potente que otro que lo ofrezca en un rango más estrecho. Atento a si la especificación dice algo como "40Hz-20 kHz), ya que parecerá que la potencia es mayor al librarse del grave bajo (20-40Hz).

Ejemplo de onda recordada, debido a un proceso de "clipping".

El penúltimo dato correspondería a la cantidad de THD (distorsión armónica total) que el receptor produce a su potencia de salida especificada. Un bajo valor de THD en la especificación (para que sirva de valor orientativo, académicamente se dice que por debajo del 1% se sobrepasa el umbral de percepción) no indica que el reeptor A/V vaya a tener un sonido más claro. Simplemente que el receptor no ha sido forzado a la hora de medir la potencia. El THD, según nos vamos acercando a los límites que es capaz de suministrar un amplificador, va aumentando, ya que, por ejemplo, una onda sinusoidal empieza a variar su forma (hasta llegar a "recortarse" o "cuadrarse" en un caso muy extremo) cuando un transistor se aproxima a los límites de su zona activa y se acerca peligrosamente a la zona de corte o saturación. Esto se denomina vulgarmente como clipear o hacer "clipping".

El último dato de la especificación hace referencia a cuántos canales a la vez están funcionando en la medida. Algo que se ve a simple vista y que no hace falta tener la menor idea de electrónica para entenderlo, es que muchos receptores A/V con, por ejemplo, 150W a 6 ohmios por canal, viene por detrás una indicación de 500W de consumo máximo. Si multiplicamos 150W por 5 y comparamos, es evidente que el amplificador no podrá suministrar 150W simultáneamente a 5 cargas de 6 ohmios. Además, teniendo en cuenta que las etapas de potencia clase AB que hay en la mayoría de los receptores no tienen más de un 50% de eficiencia.

Esto quiere decir que muchos receptores A/V con 5x200W teóricos, pueden que den 5x80W ó 5x100W reales simultáneos en todos los canales, puesto que la medida de los 200W se hizo con sólo 1 canal funcionando a la vez. En circunstancias normales no funcionan todos los canales a la vez durante el visionado de una película, pero basta alguna secuencia de acción importante para que la fuente de alimentación se quede sin "chicha" para entregar la suficiente corriente a todos los canales. La solución a este problema es adquirir etapas de potencia independientes de mayor calidad conectadas a las salidas PRE-OUT, prescindiendo así de la sección de amplificación del receptor A/V,

La moraleja de todo esto es que, la próxima vez que mires un dato de potencia, prestes mucha atención a las condiciones en que se ha hecho la medida.

¿CUÁNTA POTENCIA SE NECESITA?

La potencia de salida es un factor muy frecuente (en muchas ocasiones decisivo) para un consumidor a la hora de elegir un receptor de A/V. Pero la potencia es sólo uno de tantos factores que puede influir en la calidad de un producto. De hecho, la potencia de salida sólo indica cuán alto es capaz de llegar a sonar un equipo de Cine en casa sin una distorsión aparente. Hay otros factores, concretamente las características de los altavoces conectados al receptor A/V, que tienen una mayor influencia a la hora de establecer el volumen máximo de un amplificador.

Concretamente, los altavoces disponen de un parámetro denominado sensibilidad o eficiencia. Esto es una medida de cómo de alto puede sonar un altavoz para una señal de entrada dada. Concretamente se le introduce 1W (que, si es una carga de 8 ohmios, corresponde a 2'83 voltios, pues P = V2/R = 2'832/8 = 1 W), y así se obtiene el SPL (Nivel de presión sonora). El SPL viene especificado en decibelios o dB. Por ejemplo, un altavoz típico puede tener de sensibilidad entre 85 y 92 dB (por debajo del primer dato se considera como "poco eficiente" y por encima del secundo como "muy eficiente").

¿Qué significa esto en el mundo real? Pues que por cada 3 dB que se decremente la sensibilidad de un altavoz, se requerirá el doble de potencia para conseguir el mismo volumen. Eso significa que un altavoz de 86 dB de eficiencia necesitará 4 veces más de potencia que un altavoz de 92 dB para conseguir el mismo volumen. Es decir, que suena igual de alto un amplificador de 40W con un altavoz de 92 dB que un amplificador de 160W con un altavoz de 86 dB.

Si se analiza este dato, la verdad da que pensar. El incremento de volumen que se consigue al pasar de un amplificador de 40W a 80W (3 dB) es exactamente el mismo que el conseguido al cambiar un amplificador de 500W por otro de 1000W (3 dB). Ahora, la pregunta que rápidamente surge es... ¿porque no se hacen todos los altavoces con sensibilidades superiores a 93 dB? Los valores altos (mayores a 100 dB) es frecuente verlos en altavoces de sonorización de exteriores o discotecas, especialmente en transductores basados en drivers de compresión combinados con bobinas exponenciales. Pero en alta fidelidad doméstica no son habituales. La respuesta es que, normalmente, las curvas planas y lineales para conseguir un sonido más transparente, equilibrado y libre de resonancias, es más fácil de conseguir cuando menos sensible es el altavoz. Así que la eficiencia está comprometida con la calidad de sonido. Y por supuesto que existen woofers y tweeters lineales y con eficiencias relativamente altas, pero suelen ser transductores muy costosos, y por ello no se ven en las cajas acústicas que se tratan habitualmente, tan sólo en algunas muy caras.

Hay otros factores muy importantes a la hora de determinar la potencia del amplificador. Estos son, entre otros, el tamaño de la habitación, sus características acústicas y, uno muy evidente, cómo de alto nos gusta oír nuestras películas. Cuanto más grande sea la habitación y más elementos absorbentes haya en la sala (cortinas, alfombras, sofás, personas, ventanas abiertas, arcos en vez de puertas...) más volumen y potencia necesitaremos.

     
 

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