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Guía de Cine en Casa
5. ELECCIÓN DE LOS ALTAVOCES
ANATOMÍA DE UN ALTAVOZ
Antes de hablar qué criterios hay que
emplear a la hora de escoger unos buenos altavoces, es buena idea hablar
de cómo están construidos. Una información válida y fehaciente de este
tema nos salvará de adquirir productos vistosos a la vista pero con unas
prestaciones sonoras muy pobres.
Los altavoces se encargan de convertir
energía eléctrica en energía acústica, atravesando un estado intermedio
de energía mecánica. Las cajas disponen normalmente de dos, tres o más
transductores o drivers. Visualmente se ven como conos y cúpulas que se
mueven hacia delante y hacia detrás para crear el sonido. Los
transductores de mayor tamaño, llamados woofers, tienen normalmente
entre 6 y 12 pulgadas de diámetro, aunque los hay mayores, son los
encargados de radiar bajas frecuencias. Los de menor tamaño, los
tweeters, tienen alrededor de 1 pulgada y emiten altas frecuencias.
Hasta aquí los altavoces de dos vías. En caso de ser un tres vías, se
añade un squawker o midrange con un diámetro entre 2'' y 5'' (a veces
6'') que se encarga de radiar frecuencias medias. Ahora no
contaremos porqué, ya que sería muy extenso, pero que quede la idea que
cuanto mayor es la frecuencia a radiar más pequeño y ligero es el cono,
y viceversa. Los transductores son, a menudo, la parte más cara de un
altavoz. Es vital que tengan un origen bien conocido y que sean de gran
calidad.
En los altavoces pasivos, existe un
circuito en su interior, llamado filtro divisor de frecuencias o
crossover, que separa el espectro de frecuencias en tantas bandas como
vías haya. Por ejemplo, en un sistema de tres vías, envía las
frecuencias altas el tweeter, medias al squawker y graves al woofer. Y
en los de dos vías, las frecuencias medias y altas al midwoofer (un
woofer optimizado para también dar medios) y altas al tweeter.
Para saber el número de vías no basta con
contar el número de transductores que hay en el frontal. Muchas cajas
disponen, por ejemplo, de dos midwoofers colocados uno a cada lado del
tweeter (sin ir más lejos, la mayoría de canales centrales). Esto sigue
siendo un diseño de dos vías, puesto que ambos transductores emiten la
misma banda de frecuencias. Realmente el número de vías las da el número
de bandas en que divide el crossover el espectro de frecuencias, no el
de transductores. Otro ejemplo es, en un sistema de tres vías, poner dos
woofers en vez de uno solo más grande, un recurso muy empleado ya que
incrementa mucho la capacidad de admisión de potencia y la precisión en
bajas frecuencias.
Un transductor del tipo "electromagnético"
o "dinámico", del que disponen la mayoría de los altavoces, funciona
básicamente de este modo: constan de un cono o una cúpula, que están
adheridas fijamente a un núcleo con un cable arrollado formando una
bobina. Esta bobina está suspendida dentro de imán. El flujo de la señal
eléctrica que proviene del amplificador circula por la bobina creando
otro campo magnético que interactúa con el del propio imán del altavoz,
generando movimiento. En los semiciclos positivos, la bobina se moverá
hacia delante y en los negativos hacia detrás. Como el núcleo donde está
arrollada la bobina está fijada al cono, este se mueve acorde a todos
esos movimientos, produciendo así las variaciones de presión sonora que
constituyen el sonido. Un sistema de suspensiones doble, la que vemos en
el exterior y el centrador o araña interno, se encargan de que la bobina
esté centrada y colocada correctamente dentro del campo magnético, para
que el cono haga el movimiento lo más lineal y "pistónico" posible.
Este modo de funcionamiento lo tienen
tanto los woofers grandes como los medianos, así como los tweeters, solo
que a una escala mucho menor. Por supuesto, hay otros tipos de
transductores en cajas acústicas: electrostáticos, plano-magnéticos, de
cinta, AMT... (y piezoeléctricos, de plasma....) pero por ser menos
habituales no los comentaremos aquí.
Tanto los transductores o drivers como el
filtro divisor de frecuencias o crossover está montado en el "recinto"
del altavoz. Los materiales y la construcción de la caja juegan un papel
vital en la calidad del altavoz. Debe ser lo más rígida posible y exenta
de vibraciones. Cuando un transductor se mueve, genera dos ondas, la
delantera y la posterior. La energía de la onda posterior golpea las
paredes de la caja y la hace vibrar, haciendo que toda ella suene como si fuera
otro altavoz más. Desafortunadamente, estas vibraciones colorean y
degradan el sonido emitido por los conos. Por ello, todos los altavoces
de gran nivel emplean recintos pesados, paredes o bafles gruesos,
inertes y provistos de múltiples refuerzos internos.
El diseño y características del recinto
también juega un importante papel en el diseño del altavoz. Podemos
encontrar en el mundo del cine en casa 5 tipos principales:
- Cerradas, selladas o
"suspensión acústica". No disponen de ningún tipo de
abertura y suelen tener una cantidad de relleno grande o muy grande.
Esta caja trata de absorber totalmente la onda trasera generada por
el transductor, de tal modo que sólo aprovechan la delantera.
VENTAJAS: El grave gana en impacto, definición y admisión de
potencia, ya que el cono se ve muy sujeto por el volumen de aire
interno.
INCONVENIENTES: Es el tipo que menos baja en frecuencia
(radia menos subgraves profundos). En caso que queramos que baje,
necesitaríamos cajas excesivamente grandes.
-
Abiertas o "bass-reflex".
Estas disponen de un puerto o tubo que aprovecha parte de la onda
trasera. Concretamente, la cavidad y la masa de aire contenidas en
ésta, actúan como un "filtro paso banda", de tal modo que por él
solamente sale una frecuencia (llamada frecuencia de sintonización).
En el woofer justo esta frecuencia se ve atenuada ya que para él el
tubo actúa como un "filtro rechaza-banda" pero el resultado global
es una suma de ambos, de modo que radia hasta más bajas frecuencias
que la caja cerrada.
VENTAJAS: Se consigue de manera sencilla y efectiva una gran
extensión en bajas frecuencias, es decir, con unos graves más
profundos. Si el diseño es equilibrado, los graves conservan pegada
e impacto en las frecuencias superiores a la frecuencia de
sintonización del tubo (normalmente muy pequeña). Con pequeños
tamaños de recinto se pueden conseguir buenos graves.
INCONVENIENTES: Los graves pierden algo de definición y por
debajo de la frecuencia de sintonización del tubo el límite de
recorrido se dispara, por lo que en muy bajas frecuencias el woofer
pierde en capacidad de admisión de potencia. Además, el tubo puede
generar importantes turbulencias si el aire del interior de la caja
pasa a gran velocidad, así como frecuencias propias de resonancia,
razón principal por la que se pone mirando hacia abajo o hacia
detrás.
-
Radiador pasivo.
Similar al bass-reflex, pero se sustituye la masa de aire y la
cavidad del tubo o puerto por la masa del cono y una suspensión, es
decir, por un altavoz desprovisto de imán ni bobina. El volumen
interno, la suspensión y la masa del cono, se emplean para
sintonizar el radiador pasivo y decidir qué frecuencia se verá
reforzada.
VENTAJAS: Se consigue una extensión en bajas frecuencias
superior a la caja cerrada pero algo inferior al bass-reflex. Los
graves son definidos y de impacto, similares a los de la caja
cerrada. No hay problemas con turbulencias ni resonancias en el tubo
o puerto. Se están haciendo populares dentro de los subwoofers High-End,
debido precisamente a que evitan los problemas de un tubo. En
monitores o columnas son poco habituales.
INCONVENIENTES: Son algo más caros que los diseños bass-reflex,
ya que los radiadores pasivos (que recordemos que son woofers sin
bobina e imán) cuestan aproximadamente el 50% del precio de un
woofer normal.
-
Líneas de transmisión: El
recinto como tal no existe, sino es sustituido por un "túnel" de
longitud muy larga, de tal modo la onda trasera del transductor, que
en principio sale invertida respecto a la delantera, se desfasa lo
suficiente en la línea como para que, al salir por el final del
túnel, se aproveche la onda trasera sumándose a la delantera de
manera coherente y constructiva. El estrechamiento del túnel y
material absorbente puesto en el recorrido, es el encargado de que
por la salida únicamente tengamos información de baja frecuencia.
Estas líneas normalmente suelen ser extremadamente largas, por lo
que son plegadas dentro de la caja para que tengan un tamaño lo más
normal posible.
VENTAJAS: Se consigue una extensión en bajas frecuencias tan
buena como el bass-reflex, sin los problemas que supone el tubo. Se
conserva el sonido detallado y preciso de las cajas cerradas. Este
recinto es menos propenso a crear ondas estacionarias.
INCONVENIENTES: La respuesta de baja frecuencia que sale por
el extremo de la línea es ligeramente atenuada respecto a un recinto
bass-reflex por las resistencias acústicas debidas al plegamiento de
la línea y por el material absorbente para filtrar la información de
altas frecuencias que salen por ellas. Las cajas son a menudo muy
grandes, caras y son, con mucha diferencia, las más difíciles de
diseñar.
-
Cajas "paso banda": Constan de
dos volúmenes de aire interiores, uno para la onda delantera del
woofer y otro para la onda trasera. El sonido sale a través de un
tubo puesto en alguna de ellas. A menudo ambas cavidades disponen de
dicho tubo. Este tipo de cajas, únicamente reservado a algunos
subwoofers, se caracterizan porque desde fuera no se ve ningún
transductor, sino únicamente los puertos o tubos mencionados.
VENTAJAS: Es posible conseguir una extensión en bajas
frecuencias muy baja aunque se empleen transductores económicos, por
lo que están muy extendidos en los conjuntos de satélites+subwoofers
baratos y de ordenador.
INCONVENIENTES: Como el sonido del woofer sale a través de
los tubos, oímos únicamente las frecuencias a las que estén
sintonizados. Es decir, es como si oyéramos solo una nota de todo el
espectro de frecuencias graves. Es lógico que esto no es admisible
para ningún subwoofer Hi-Fi o High-End mínimamente decente, por lo
que su uso se reserva solamente a este de sistemas "baratos" donde
el bajo precio es una prioridad ante la calidad.
Un último detalle de los altavoces es el
tema del blindaje magnético. En los televisores de rayos catódicos, que
como vimos en Elección del dispositivo de
visualización están provistos de un haz de electrones que inciden en
los fósforos de la pantalla. La presencia de imanes en los transductores
de los altavoces, pueden desviar este haz y hacer que se distorsionen
los colores que vemos en pantalla, por lo que éstos deberían estar
blindados (cubiertos por una carcasa metálica que encierren en su
interior todo el campo magnético). Sin embargo, es importante tener en
cuenta que ni los paneles de plasma ni los televisores TFT se ven
afectados por este problema, así que si no tenemos un televisor de rayos
catódicos (CRT) no es necesario optar por altavoces con transductores no
blindados. De hecho, sus prestaciones a veces suelen ser algo inferiores
a las versiones no blindadas.
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