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Guía de Cine en Casa
2. ELECCIÓN DEL DISPOSITIVO
DE VISUALIZACIÓN ADECUADO A NUESTRAS NECESIDADES
PROYECTORES CRT (TUBOS DE RAYOS
CATÓDICOS)
Hasta hace sólo unos pocos años, todos los
proyectores para Cine en Casa estaban basados en tubos de rayos
catódicos (CRT), que es el mismo tubo de cristal que se puede encontrar
en las TV convencionales. Realmente hay tres pequeños CRTs (uno por cada
color primario: rojo, verde y azul) que, ayudados de una lente óptica,
se proyecta una imagen a color en una pantalla de una habitación
oscurecida. Su tamaño puede ser entre 6'' y 9'', siendo estos últimos
los que forman parte de los mejores proyectores.
Ventajas proyectores CRT
- Con la circuitería de procesado de
vídeo adecuada y la combinación de CRT y la lente, se proyector
puede producir excelentes imágenes de alta resolución.
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Barco Reality 909
300 lúmenes ANSI y 1250 de
pico. Capaz de mostrar imágenes equivalentes a 3,200 x 2,560,
tubos de 9'', óptica reemplazable, refrigeración líquida... El
control de ajuste de convergencias y enfoque se realiza mediante
un complejo algoritmo que funciona de manera automática,
simplificando mucho la vida al usuario. |
- La imagen de un proyector CRT es
explorada por un haces de electrones, como en una televisión normal.
Esto significa que un proyector CRT no está limitado a una matriz
fija de píxeles, como es el caso de los otros tipos, los proyectores
LCD y DLP. Esto hace que los CRT sean la mejor opción en lo que
concierne a flexibilidad para mostrar diferentes resoluciones de
pantalla.
- Además, los proyectores CRT son
únicos capaces de producir verdaderos negros profundos de entre
todos los tipos de proyectores, así como toda la gama completa de
colores, siendo así los que proyectan las imágenes más fieles y
precisas.
- Otra ventaja es que se caracterizan
por su larga vida, la imagen no comienza a degradarse hasta pasadas
20.000 horas antes del reemplazo de los tubos. Los proyectores LCD y
DLP llevan en su interior una lámpara que ha de ser reemplazada cada
1.000 y 4.000 horas (las de algunos proyectores duran un poco más)
para mantener un contraste y brillo óptimos, lo cual supone un gasto
extra en todos los reemplazos de lámpara. Sin mencionar que los LCD
y DLP en cierto modo nos obligan a cambiarles la lámpara,
dado que deja de proyectar en cuanto detecta que la lámpara está
gastada, mientras que los CRT siguen ofreciendo imagen aunque los
tubos estén comenzándose a gastar.
- Y finalmente, otro punto a favor es
que los proyectores LCD y DLP requieren estar conectados
permanentemente a la corriente eléctrica, ya que emplean un
ventilador que enfría la lámpara y otros elementos del proyector que
sigue en funcionamiento incluso unos minutos después de haberlos
desconectado, para asegurarse que incluso después siguen bien
refrigerados. En caso que haya una caída del suministro eléctrico o
los desconectemos de manera inadecuada, puede quemarse o
deteriorarse la lámpara y las matrices LCD o DLP, teniendo que ser
reemplazadas en un servicio técnico. Esto no ocurre con los
proyectores CRT, que necesitan menos refrigeración y, cuando se
desconectan, esto incluye también a la ventilación, por lo que no se
pueden averiar si se va la luz súbitamente.
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Sony VPH-G90U
Capaz de mostrar imágenes
equivalentes a 2560x1600 píxeles. Tubos de 9'', ajuste de
convergencias y enfoque automático. 350 lúmenes ANSI de brillo,
110 Kg de peso |
Inconvenientes proyectores CRT
- Para poder aprovechar todo el ancho
de banda de los mejores proyectores de tres cañones, es necesario
añadir duplicadores, cuadruplicadores e interpoladores de líneas
para introducir nuevas líneas de exploración y obtener imágenes más
nítidas y fieles (equivale a escalar una imagen interpolando en el
mund digital). No hemos hablado de ellos, dado que los proyectores
CRT están cayendo en desuso y, junto con ellos, los duplicadores y
cuadruplicadores, pero se podrían escribir páginas enteras sobre
ellos. De todas formas, es imprescindible combinar un proyector CRT
de alta gama con uno de esos sistemas para aprovecharlo al máximo.
Hace unos años, un buen cuadruplicador y un buen interpolador,
costaban, respectivamente, 20.000 y 25.000 euros.
- No todo iba a ser tan perfecto. En
comparación con los proyectores LCD y DLP, los proyectores CRT son
realmente voluminosos y pesados. Los de más alta gama exceden los 80
y 100 Kg de peso, lo que los hace totalmente no transportables,
reservándolos únicamente a instalaciones fijas. Además, el consumo
de los modelos más altos de gama es espectacularmente alto, rondando
los 800W.
- Los proyectores CRT no ofrecen tanto
brillo como los LCD o DLP y requieren una oscuridad totalmente
absoluta y, recomendablemente, una sala pintada de negro, para los
mejores resultados.
- Tienen que ser meticulosamente
ajustados para ofrecer la mejor calidad de imagen. Los tres tubos o
"cañones" (rojo, verde y azul) necesitan ser correctamente alineados
de tal modo que los colores se mezclen de manera idónea. La cantidad
de ajustes de trapecio, convergencia, enfoque... de los primeros
modelos asustaban a más de uno (a pesar que todo el proceso se
seguía siguiendo indicaciones de un menú en pantalla OSD), siendo
necesario, incluso, abrir el proyector destornillador en mano para
alinear los tubos rojos y azul respecto al verde, que se empleaba de
referencia por estar colocado en el centro. No obstante, los últimos
modelos realizan estos ajustes ayudados por procesos automáticos, lo
que simplifica bastante todo.
- El peor inconveniente es que si uno
de los tubos falla y se estropea necesitan ser reemplazados los
tres, con el fin de ofrecer un balance correcto de brillo y color.
Esto supone un gran gastos.
- Un proyector de vídeo CRT es
realmente caro, de un precio nunca menor a unos 15.000-20.000€.
Además, son caros de fabricar, mucho menos que un competidor LCD o
DLP. Actualmente (Julio 2007) están prácticamente fuera de
producción, siendo muy codiciados en el mundo de la venta de segunda
mano, ya que, como hemos dicho antes, son los que mejor calidad de
imagen poseen y los únicos capaces de mostrar negros realmente
profundos.
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