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Guía de Cine en Casa
4. ELECCIÓN DE LA ELECTRÓNICA DE
PROCESADO Y AMPLIFICACIÓN
RECEPTOR
A/V: SECCIÓN
ETAPAS DE
POTENCIA
Las señales
de audio que
circulan por
el interior
del lector
del DVD y
receptor A/V
(hasta
llegar al
preamplificador
de audio,
incluido) es
del orden de
unos cuantos
mV, pero,
para poder
mover un
altavoz, es
necesaria
una señal
del orden de
unos pocos
voltios. Es
por ello por
lo que
necesita ser
amplificada.
Se requiere
un
amplificador
o una etapa
de potencia
por cada
canal, es
decir, para
cada
altavoz. En
el caso de
un receptor
A/V, todos
están
integrados
en el mismo
chasis del
aparato.
ANALIZANDO
UNA
ESPECIFICACIÓN
TÉCNICA DE
POTENCIA
Ahora
aprovecharemos
para
comentar una
serie de
aspectos
importantes.
Cuando los
fabricantes
hacen la
transición
de un
amplificador
integrado
estéreo de
dos canales
a un
receptor A/V
de entre 5 y
7 canales,
en un chasis
y fuente de
alimentación
de un tamaño
no mucho más
grandes,
tienen el
compromiso
de tener que
ofrecer los
mismos
niveles de
potencia que
daban antes
para sólo 2
canales. Es
decir, si
antes
teníamos
unos 80 o
100W por
canal en el
estéreo,
ahora
necesitamos
lo mismo
pero por 7
canales. Por
ello, para
evitar que
los
receptores
A/V
aparenten
una menor
potencia, se
suele
recurrir a
ciertos
trucos en
las
especificaciones
técnicas y
realizar las
medidas bajo
ciertas
condiciones
para que los
receptores
A/V parezcan
más potentes
de lo que
realmente
son.
Dentro de
los
receptores
A/V esto
algo muy
común, de
hecho, los
fabricantes
están
obligados a
hacerlo ya
que basta
que exista
uno honrado
para que sea
considerado
como
inferior por
muchos
clientes
finales al
no ofrecer
valores
numéricos
tan altos de
potencia de
salida.
Cuánta
potencia
puede
ofrecer un
receptor
depende de
las
condiciones
en que se
haya
realizado la
medida.
Éstas se ven
en la jerga
que viene
detrás del
número de W.
Por ejemplo,
100W
continuos RMS a 8
ohmios de 20
Hz a 20 kHz
con no más
de 0,1% de
THD en todos
los canales.
Esto sería
un dato
claro y
fiable, y
que puede
servir para
comparar
unos
receptores
A/V con
otros.
Para
comprender
bien el
número de
watios que
se indica,
es
importante
entender la
jerga.
Primero, la
palabra
"continuos"
indica que
el
amplificador
puede
ofrecer ese
nivel de
potencia de
forma
continuada,
no durante
un espacio
corto de
tiempo.
Segundo, las
letras RMS
indican el
valor eficaz
de una
señal. Por
ejemplo, la
señal de
220v que
llega a
nuestra
casa,
realmente es
una señal
senoidal de
50 Hz de
frecuencia
que oscila
entre 311 y
-311
voltios. 220
es el valor
eficaz, que
en caso de
una señal
senoidal es
fácil de
calcular
311/raíz(2)
= 220. El
valor eficaz
es,
realmente,
el que más
interesa.
Algunos
fabricantes
dan el valor
"pico" en
vez del RMS,
que en el
ejemplo
puesto sería
311v, por lo
que quedaría
exajerado.
La
impedancia,
es decir,
una
resistencia
de carga
puesta a la
salida para
medir la
potencia, es
también muy
importante.
Un receptor
A/V o
cualquier
amplificador
en general,
entregará
más
corriente
(dará más
potencia)
cuanto menor
sea esta
resistencia
de carga.
Por ello,
los valores
de potencia
a 4 ohmios
son mayores
que a 6 y, a
su vez,
mayores que
a 8. Es muy
típico dar
las
potencias a
6 ohmios. Es
otra técnica
de hacer
parecer al
amplificador
más potente
de lo que es
realmente.
La siguiente
parte habla
del ancho de
banda (rango
de las
frecuencias
de audio) en
las que el
amplificador
es capaz de
ofrecer esta
potencia.
Una dato
técnico
honesto nos
tendría que
decir la
potencia del
amplificador
desde 20 Hz
(el umbral
de audición)
hasta 20000
Hz ó 20 kHz
(el valor
típico que
se da
correspondiente
a la
frecuencia
límite
audible, que
en este
caso, dicho
sea de paso,
correspondería
al máximo de
una persona
joven,
aunque eso
ya es otro
tema).
Cuidado con
las
mediciones
de potencia
"a 1 kHz",
que son
típicas.
Obviamente,
un
amplificador
que puede
ofrecer su
potencia
especificada
sobre un
rango de
frecuencias
más amplio,
es más
potente que
otro que lo
ofrezca en
un rango más
estrecho.
Atento a si
la
especificación
dice algo
como
"40Hz-20
kHz), ya que
parecerá que
la potencia
es mayor al
librarse del
grave bajo
(20-40Hz).
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Ejemplo
de
onda
recordada,
debido
a un
proceso
de "clipping". |
El penúltimo
dato
correspondería
a la
cantidad de
THD
(distorsión
armónica
total) que
el receptor
produce a su
potencia de
salida
especificada.
Un bajo
valor de THD
en la
especificación
(para que
sirva de
valor
orientativo,
académicamente
se dice que
por debajo
del 1% se
sobrepasa el
umbral de
percepción)
no indica
que el
reeptor A/V
vaya a tener
un sonido
más claro.
Simplemente
que el
receptor no
ha sido
forzado a la
hora de
medir la
potencia. El
THD, según
nos vamos
acercando a
los límites
que es capaz
de
suministrar
un
amplificador,
va
aumentando,
ya que, por
ejemplo, una
onda
sinusoidal
empieza a
variar su
forma (hasta
llegar a
"recortarse"
o
"cuadrarse"
en un caso
muy extremo)
cuando un
transistor
se aproxima
a los
límites de
su zona
activa y se
acerca
peligrosamente
a la zona de
corte o
saturación.
Esto se
denomina
vulgarmente
como clipear
o hacer "clipping".
El último
dato de la
especificación
hace
referencia a
cuántos
canales a la
vez
están
funcionando
en la medida.
Algo que se
ve a simple
vista y que
no hace
falta tener
la menor
idea de
electrónica
para
entenderlo,
es que
muchos
receptores
A/V con, por
ejemplo,
150W a 6
ohmios por
canal, viene
por detrás
una
indicación
de 500W de
consumo
máximo. Si
multiplicamos
150W por 5 y
comparamos,
es evidente
que el
amplificador
no podrá
suministrar
150W
simultáneamente
a 5 cargas
de 6 ohmios.
Además,
teniendo en
cuenta que
las etapas
de potencia
clase AB que
hay en la
mayoría de
los
receptores
no tienen
más de un
50% de
eficiencia.
Esto quiere
decir que
muchos
receptores
A/V con
5x200W
teóricos,
pueden que
den 5x80W ó
5x100W
reales
simultáneos
en todos los
canales,
puesto que
la medida de
los 200W se
hizo con
sólo 1 canal
funcionando
a la vez. En
circunstancias
normales no
funcionan
todos los
canales a la
vez durante
el visionado
de una
película,
pero basta alguna
secuencia de
acción
importante
para que la
fuente de
alimentación
se quede sin
"chicha"
para
entregar la
suficiente
corriente a
todos los
canales. La
solución a
este
problema es
adquirir
etapas de
potencia
independientes
de mayor
calidad
conectadas a
las salidas
PRE-OUT,
prescindiendo
así de la
sección de
amplificación
del receptor
A/V,
La moraleja
de todo esto
es que, la
próxima vez
que mires un
dato de
potencia,
prestes
mucha
atención a
las
condiciones
en que se ha
hecho la
medida.
¿CUÁNTA
POTENCIA SE
NECESITA?
La potencia
de salida es
un factor
muy
frecuente
(en muchas
ocasiones
decisivo)
para un
consumidor a
la hora de
elegir un
receptor de
A/V. Pero la
potencia es
sólo uno de
tantos
factores que
puede
influir en
la calidad
de un
producto. De
hecho, la
potencia de
salida sólo
indica cuán
alto es
capaz de
llegar a
sonar un
equipo de
Cine en casa
sin una
distorsión
aparente.
Hay otros
factores,
concretamente
las
características
de los
altavoces
conectados
al receptor
A/V, que
tienen una
mayor
influencia a
la hora de
establecer
el volumen
máximo de un
amplificador.
Concretamente,
los
altavoces
disponen de
un parámetro
denominado
sensibilidad
o
eficiencia.
Esto es una
medida de
cómo de alto
puede sonar
un altavoz
para una
señal de
entrada
dada.
Concretamente
se le
introduce 1W
(que, si es
una carga de
8 ohmios,
corresponde
a 2'83
voltios,
pues P = V2/R
= 2'832/8
= 1 W), y
así se
obtiene el
SPL (Nivel
de presión
sonora). El
SPL viene
especificado
en
decibelios o
dB. Por
ejemplo, un
altavoz
típico puede
tener de
sensibilidad
entre 85 y
92 dB (por
debajo del
primer dato
se considera
como "poco
eficiente" y
por encima
del secundo
como "muy
eficiente").
¿Qué
significa
esto en el
mundo real?
Pues que por
cada 3 dB
que se
decremente
la
sensibilidad
de un
altavoz, se
requerirá el
doble de
potencia
para
conseguir el
mismo
volumen. Eso
significa
que un
altavoz de
86 dB de
eficiencia
necesitará 4
veces más de
potencia que
un altavoz
de 92 dB
para
conseguir el
mismo
volumen. Es
decir, que
suena igual
de alto un
amplificador
de 40W con
un altavoz
de 92 dB que
un
amplificador
de 160W con
un altavoz
de 86 dB.
Si se
analiza este
dato, la
verdad da
que pensar.
El
incremento
de volumen
que se
consigue al
pasar de un
amplificador
de 40W a 80W
(3 dB) es
exactamente
el mismo que
el
conseguido
al cambiar
un
amplificador
de 500W por
otro de
1000W (3 dB).
Ahora, la
pregunta que
rápidamente
surge es...
¿porque no
se hacen
todos los
altavoces
con
sensibilidades
superiores a
93 dB? Los
valores
altos
(mayores a
100 dB) es
frecuente
verlos en
altavoces de
sonorización
de
exteriores o
discotecas,
especialmente
en
transductores
basados en
drivers de
compresión
combinados
con bobinas
exponenciales.
Pero en alta
fidelidad
doméstica no
son
habituales.
La respuesta
es que,
normalmente,
las curvas
planas y
lineales
para
conseguir un
sonido más
transparente,
equilibrado
y libre de
resonancias,
es más fácil
de conseguir
cuando menos
sensible es
el altavoz.
Así que la
eficiencia
está
comprometida
con la
calidad de
sonido. Y
por supuesto
que existen
woofers y
tweeters
lineales y
con
eficiencias
relativamente
altas, pero
suelen ser
transductores
muy
costosos, y
por ello no
se ven en
las cajas
acústicas
que se
tratan
habitualmente,
tan sólo en
algunas muy
caras.
Hay otros
factores muy
importantes
a la hora de
determinar
la potencia
del
amplificador.
Estos son,
entre otros,
el tamaño de
la
habitación,
sus
características
acústicas y,
uno muy
evidente,
cómo de alto
nos gusta
oír nuestras
películas.
Cuanto más
grande sea
la
habitación y
más
elementos
absorbentes
haya en la
sala
(cortinas,
alfombras,
sofás,
personas,
ventanas
abiertas,
arcos en vez
de
puertas...)
más volumen
y potencia
necesitaremos.
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