Spinosaurus
Spinosaurus: Significa
reptil espina. Era un carnívoro enorme de la longitud de dos elefantes o de
un remolque de camión, y el peso de tres coches, lo que le hacía uno de los
carnívoros más largos. Fue hallado en la misma zona del norte de África de
un herbívoro con pico de pato, el Ouranosaurus, un dinosaurio con una
alta vela a lo largo del lomo, y posiblemente el carnívoro lo cazaba. Al
igual que el herbívoro, el Spinosaurus tenía una gran vela en forma
de aleta que recorría su dorso. Estaba sostenida por una fila de espinas
rígidas. En el punto más alto de la vela, las espinas superaban los 2 metros
de altura, más, por tanto, que la estatura de una persona. Estas espinas
sostenían una capa de piel, y algunos científicos creen que la recorrían
numerosos capilares sanguíneos. Cuando avanzaba a grandes zancadas por su
soleado hábitat, llevaba a su espalda su propio sistema de calefacción y
refrigeración solar. Los científicos creen que quizá regulaba la
temperatura de su cuerpo mediante su vela; cuando quería calentarse o
refrescarse, simplemente se ponía en una dirección concreta. Colocándose
transversalmente al sol, absorbía el calor mediante su enorme vela de piel, y
su sangre se calentaba. La extensa superficie de la vela funcionaba como un
panel solar. El calor de los rayos se distribuía por el enorme cuerpo del
dinosaurio. Esto le permitía disponer de más energía. Otros reptiles
tardaban más en calentarse tras una fría noche en el desierto, y eran más
lentos comparados con el dinosaurio, por lo que, al calentarse rápidamente
por la mañana y entrar en actividad antes que otros animales, podían ser
presas fácil para este animal tan peculiar. Cuando te acaloras demasiado,
seguramente buscas la sombra o te tomas un refresco. El dinosaurio tenía su
manera particular de refrescarse. Cuando soplaba el viento permanecía con la
vela extendida transversalmente a éste, lo que servía para reducir su
temperatura corporal. Al enfriarse, la vela desprendía calor como un radiador
gigante. Algunos científicos creen que pudo haber adoptado vivos tonos
durante la estación de apareamiento par atraer a las hembras, o la usaba como
señal para impresionar y ahuyentar a los machos rivales. En cualquier caso,
la alta vela era digna de verse cuando este dinosaurio se pavoneaba por los
parajes del Cretácico. Como muchos otros dinosaurios carnívoros, tenía una
cabeza enorme, de más de 2 metros de longitud, unas poderosas mandíbulas y
un temible juego de dientes. La cabeza era bastante plana por arriba y formaba
una pendiente en dirección al hocico achatado. La mandíbula inferior era
larga y asimismo aplanada, como la de un cocodrilo, a la que era semejante, y
podía abrirse de par en par, y luego, gracias a sus potentes músculos,
cerrarse bruscamente de golpe, como una trampa, sobre la carne de su
infortunada víctima. Una amenazadora hilera de dientes afilados recubrían
sus mandíbulas. Los dientes tenían forma de cono y sus bordes eran lisos,
por lo que no resultaban muy útiles para masticar. Probablemente engullía a
sus víctimas enteras, como los cocodrilos actuales. La forma curva de sus
mandíbulas también garantizaba que los dientes encajaran unos con otros
cuando las mandíbulas se cerraba, impidiendo a la presa liberarse
forcejeando. También tenía el cuello muy largo y flexible, lo que le
permitía sacudir violentamente la cabeza de un lado a otro y arrancar así
pedazos de carne a su víctima. Un largo y musculoso cuerpo le convertía en
un formidable cazador. Era de constitución ligera, a pesar de su tamaño, por
lo que podía cazar una amplia variedad de presas. Se arrastraba entre los
tupidos matorrales o bien se precipitaba sobre su víctima a la carrera sobre
las patas traseras. Dos macizas y musculosas patas traseras sostenían la
mayor parte de su peso. Eran mucho mayores que las delanteras, a las que las
dejaba libres, y le permitían arremeter a gran velocidad contra su presa. Las
patas delanteras eran largas y fuertes, muy útiles para cazar. Sus dedos
estaban rematados por fuertes garras curvas. Un manotazo suyo habría acabado
con la vida de la mayor para de los dinosaurios. Al correr, mantenía elevada
su larga cola, ancha en la base y fina en la punta, para sostener el
equilibrio. Probablemente podía correr a gran velocidad en distancias cortas.
Cuando se descubrió a este dinosaurio en Egipto, sólo se encontraron unos
cuantos huesos, incluyendo una mandíbula inferior rota, varios dientes y
algunas vértebras. Por desgracia, estas importantes pruebas fueron destruidas
por las bombas arrojadas sobre Dresde, Alemania, durante la segunda guerra
mundial. Medía unos 12 metros de longitud, y pesaba unas 4 toneladas Vivió
hace 110 millones de años, a mediados del período Cretácico, en Egipto y
Níger, en el Norte de África.