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Tras este inciso de intimismo, la banda vuelve a escena y Paul se sube al piano. Los únicos descansos que realiza el artista a lo largo de las casi tres horas son esas pequeñas idas y venidas al piano. Parece como si las energías las sacara de todos esos años de experiencia sobre un escenario. Carry That Weigh y The Fool On The Hill son los temas que interpreta al piano. Tras ellas llega uno de los momentos más emocionantes del concierto. Paul quiere dedicar Here Today a su amigo John, y apenado recuerda que no podemos dejar de decir lo que sentimos a la gente que queremos, pues luego puede ser demasiado tarde. El público rompe en una ovación a John; solo se escucha corear su nombre. Pequeñas luces de mecheros y la solitaria guitarra de Paul acompañan a Her Today. El homenaje a los ex – fab four no queda ahí. En ese ambiente, inundado por una cierta melancolía, quiere recordar también a Harrison. Un ukelele, uno de los instrumentos favoritos de George según Paul, le sirve para acompañar las notas de Something. La respuesta del graderío vuelve a ser la misma: la emoción se hace sentir.
Con el grupo al completo en el escenario el show prosigue en la aclamada Eleanor Rigby; Here, There And Everywhere y Calico Skies. Entonces, en su peculiar castellano, Paul nos invita a que le acompañemos a Francia: suenan los primeros acordes de Michelle, una de las favoritas del público a juzgar por su reacción. Tras este repertorio de baladas y canciones tranquilas, el ritmo parece que amenaza con apoderarse poco a poco del Palau con la interpretación de Band On The Run, uno de los mayores éxitos de Wings. Pero es Back In The USSR la que hace levantar a la audiencia de sus asientos. Seguidamente escuchamos Maybe I´m Amazed y Let ‘Em In. Tras esta inyección de energía, el romanticismo inunda el recinto. Un Paul al piano dedica My Love, la canción que compuso para su mujer, a todos los enamorados, en uno de los momentos más tiernos de todo el concierto. She´s living home, otro de esos temas que nunca antes habían sido interpretados en directo y acogido como tal rareza precede al comienzo del la última etapa del concierto. Can´t By Me Love hace que volvamos a vibrar de la misma forma en que lo hicimos con Back In the USSR. Live and Let Die es interpretada por McCartney y su banda con una fuerza increíble, dejando claro que estamos ante todo un rockero por el que los años no pasan. La pirotecnia que acompaña al tema ayuda a darle ese punto de espectáculo que todo gran show necesita. Por Guadalupe Gómez Salazar |
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