Sauropelta
Sauropelta: Significa
reptil escudo. Era más largo que un elefante y suficientemente alto como para
mirar de frente a una persona. Mientras pastaba entre helechos y arbustos, no
se preocupaba demasiado por esconderse de los depredadores. Este herbívoro
era protegido por una notable coraza blindada. Placas óseas, espinas y púas
le cubrías la parte superior del cuerpo, dejando sólo su abdomen vulnerable
al ataque. Un mosaico de grandes placas óseas y pequeñas protuberancias
rugosas no dejaba ningún resquicio en su armadura. Su dura coraza continuaba
a lo largo de su cola. Una larga hilera de mortíferas púas apuntaba hacia
fuera y hacia atrás, a lo largo de los costados. Si algún depredador
intentaba traspasar con sus dientes la armadura, podía perder varios de
aquéllos. El depredador sólo tenía una manera de derrotarle. Si lograba
darle la vuelta y ponerle sobre el lomo, ya no tenía posibilidad alguna de
escapar. Su enemigo podía devorar tranquilamente la única parte desprotegida
de su cuerpo. Pero el Sauropelta sabía cómo evitar este riesgo.
Cuando el depredador se acercaba, probablemente se dejaba caer al suelo.
Utilizando los flexibles músculos de sus hombros, podía recoger las patas
delanteras casi como una tortuga actual. Entonces clavaba las garras en la
tierra y resistía el ataque anclado en el suelo. Ya que las patas delanteras
eran pequeñas y débiles, los Carnosaurios tenían que usar sus quijadas y
sus patas posteriores para tratar de darle la vuelta. Pero el abanico de púas
de sus costados evitaba que un depredador pudiera hacer presa de él.
Resultaba difícil poner patas arriba el ancho y pesado cuerpo que recordaría
un carro de combate. Es posible que no siempre permitiera a su agresor
rendirse y marcharse. Utilizaba su pesado cuerpo para defenderse. Tenía
fuertes músculos en los codos, que le permitían arremeter hacia delantera o
desplazarse a un lado. Un poderoso latigazo con su pesada y espinosa cola
podía causar heridas graves. Este imponente herbívoro era capaz, incluso, de
derribar por sí mismo a un dinosaurio cazador, lo que le daría la
oportunidad de escapar. Con sus cortas y anchas patas y su cuerpo pesado,
tenía las mismas ventajas que un luchador de sumo. Su bajo centro de gravedad
hacía difícil desplazarlo. Aunque la mayoría de los depredadores corrían
con más rapidez que en largas distancias, probablemente él era capaz de
emprender breves carreras. También de detenerse en seco y clavar sus espinas
en la carne de su enemigo. Tenía la cabeza más estrecha que otros
nodosáuridos. Sus dientes, pequeños y en forma de hoja, eran demasiado
débiles para morder las ramas, pero el afilado pico le servía para cortar
los tallos de las plantas bajas. Podía alcanzar los 8 metros de largo y era
tan alto como un hipopótamo. Es, hasta la fecha, el dinosaurio nodosáurido
más grande de todos. Vivió hace unos 110 millones de años, en el Cretácico
inferior de Estados Unidos.
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