Protozoos

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      Los protozoos son un filo de protoctistas de pequeño tamaño, generalmente microscópicos, unicelulares en su mayoría, algunos formando colonias de individuos indiferenciados, con locomoción por pseudópodos, flagelos o cilios y, a veces, con caparazones protectores calizos, silíceos o constituidos por partículas exteriores aglutinadas.

      Son libres, comensales, simbióticos o parásitos; pueden enquistarse, para resistir a las condiciones adversas, en un estado de vida latente; se nutren de modos muy variados y su reproducción es preferentemente por bipartición, esporulación o gemación, aunque hay especies que presentan una forma sexual, por conjugación o fecundación.

      Muchos de ellos, al morir, se depositan en grandes cantidades en el fondo marino y, si poseen caparazones, originan rocas calizas o silíceas.

      Viven en todo tipo de medios acuosos, como aguas dulces, aguas saladas o líquidos internos de los organismos superiores. Su origen se remonta a los tiempos precámbricos y existen unas 30.000 especies.

      Se distribuyen en dos subfilos: el de los plasmódromos, clases de los flagelados, rizópodos y esporozoarios; y el de los cilióforos, clase de los ciliados o infusorios.