Las respuestas de la célula a los estímulos
Las respuestas son las reacciones de la célula ante los estímulos que se producen sobre ella. Las respuestas celulares pueden ser respuestas dinmámicas, cuando en la célula se produce movimiento, o respuestas estáticas, en caso de que la célula permanezca inmóvil. Las respuestas dinámicas se denominan taxias o tactismos, y pueden ser debidas a un estímulo térmico, el termotactismo o termotaxia; químico, quimiotactismo o quimiotaxia; eléctrico, galvanotactismo o galvanotaxia; luminoso, fototactismo o fototaxia; mecánico, tigmotactismo o tigmotaxia; de gravedad; geotactismo o geotaxia; y, finalmente, de presión osmótica, osmotactismo u osmotaxia. Las respuestas dinámicas implican movimiento celular, que puede ser de acercamiento al estímulo o respuesta positiva; o de alejamiento del estímulo o respuesta negativa.
Las distintas células tienen diversos mecanismos para moverse, como, por ejemplo, los cilios, los flagelos, la contracción, la emisión de seudópodos, etc.
Cilios. Son conjuntos de hilos cortos, muy numerosos, que vibran sincronizadamente y así permiten el movimiento de las células ciliadas. Flagelos. Son hilos muy largos, poco numerosos, uno o dos generalmente en cada célula, cuyo movimiento ondulatorio y giratorio permite el avance de las células flageladas. Seudópodos o falsos pies. Son prolongaciones citoplasmáticas que permiten el movimiento de las células. Este movimiento por seudópodos se llama también movimiento ameboide. La palabra ameboide proviene de una célula o protozoo con seudópodos denominada ameba.
Las respuestas estáticas son todas aquellas respuestas en las que no se produce movimiento alguno.
Un ejemplo de respuesta estática es la secreción de diversas sustancias, con las que se forman capas protectores cuando el estímulo afecta negativamente a la célula. Así ocurre en el caso del enquistamiento. Cuando las condiciones externas varían negativamente, como aumento excesivo del calor, sequedad, falta de alimento, etc., ciertas células segregan sustancias que forman una cubierta dura y resistente que las aísla por completo del medio externo. Dentro del quiste, la célula mantiene una vida latente a la espera de que las condiciones se tornen favorables. Llegado este momento, la célula rompe la cubierta y sale al exterior.
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