Pentaceratops
Pentaceratops: Significa
rostro con cinco cuernos. Como queda demostrado en su nombre, tenía cinco
cuernos, pero sólo tres eran cuernos propiamente dichos. Poseía un cuerno
situado sobre el morro apuntando hacia arriba, era corto y rechoncho pero
bastante afilado; mientras que los otros dos cuernos que estaban situados
sobre los rebordes óseos de las órbitas de los ojos, uno en cada una, eran
muy largos, gruesos al principio y afilados al final, dirigidos hacia el
frente. Parece que los otros dos cuernos eran como púas gruesas implantadas
en los carrillos, pero que realidad estaban situadas en las bases laterales de
su larga placa ósea. Otros ceratópsidos presentaban también púas similares
en los carrillos, aunque más pequeñas. Tenía una placa ósea muy decorativa
en el cuello. Como sus parientes de placa ósea larga tenía grandes orificios
o ventanas en el hueso de su placa del cuello. Las ventanas aligeraban el peso
de la placa y la hacían más soportable. El borde lo jalonaba una hilera de
protuberancias óseas muy vistosas. La placa en cuestión proporcionaba al
este dinosaurio un atractivo más durante la estación de apareamiento, y el
borde irregular probablemente le brindaba una defensa adicional contra los
depredadores. Cuando bajaba la cabeza, la placa quedaba en posición vertical,
y el animal parecía aún más amenazador. A veces, usaba la asombrosa placa
ósea del cuello para advertir a otros dinosaurios. Una rótula articulada
unía la cabeza al cuello, lo que le permitía moverla con gran facilidad.
Mirar de frente al dinosaurio ya resultaba amenazador, pero cuando movía de
lado a lado la gran placa ósea del cuello, tenía que ser realmente
terrorífico. Cabeceando arriba y abajo y de lado a lado, probablemente
ahuyentaba a todos sus rivales, excepto a los más osados. Si contendía con
un congénere, probablemente entrelazaba los cuernos con los de su rival.
Separando un poco las patas delanteras para aumentar su estabilidad, ambos
dinosaurios empujaban y tiraban hasta que el más débil de rendía. Estaba
bien dotado para enfrentarse a los grandes depredadores. Tenía unas patas
musculosas muy fuertes, iguales a las de los rinocerontes actuales. Podía
hundir los tres mortíferos cuernos de la frente y del hocico en el blando
vientre de un Carnosaurio, mucho más corpulento, e infligirle heridas
profundas e incluso mortales. Tenía un estómago de gran capacidad, sostenido
por fuertes costillas. Pastaba entre las plantas bajas, metiendo su larga
cabeza entre el follaje. Con el afilado pico óseo, partía frondas de palmera
de tallo largo. Utilizaba la lengua y los carrillos para empujar el alimento
vegetal contra los dientes una y otra vez, hasta que quedaba bien molido y
podía digerirlo con facilidad. Todos sus fósiles han aparecido en La Cuenca
de San Juan, en Nuevo México, EE.UU. Pudo alcanzar los 7 metros de largo, los
3 de alto y de peso 3 toneladas y media. Vivió hace 75 millones de años,
durante finales del período Cretácico.