La mayoría de las
sinapomorfias de las patas que aparecen en el Ornithosuchus, progresan
en Lagosuchus y alcanzan su pleno desarrollo en los dinosaurios, están
relacionados con la adquisición de la posición erecta, o una postura
totalmente vertical. Resulta importante destacar que una postura vertical o
erguida no siempre quiere decir bípeda. Las vacas y los caballos están
erguidos, igual que los humanos.
Los primeros
arcosaurios tenían las patas abiertas a los lados del cuerpo, como los
lagartos y las salamandras actuales. Las extremidades se separaban del cuerpo,
en sentido lateral, y los codos y las rodillas formaban ángulos rectos en
todo momento, a medida que el animal andaba. Incluso cuando avanzaba deprisa,
por lo general el lagarto hace oscilar las extremidades a los lados del
cuerpo, y se supone que, en el Triásico inferior, los arcosaurios se movían
de la misma forma. Durante el Triásico medio, la mayoría de los arcosaurios
adoptaron una postura semierecta, mediante la cual podían alzar el cuerpo del
suelo, con las extremidades anteriores y las posteriores situadas
relativamente por debajo, para una locomoción rápida.
Por último, durante el
Triásico medio y el superior, las dos familias de arcosaurios que hemos
mencionado, los cocodrílidos y los dinosaurios, adoptaron la posición
erguida, en la cual las extremidades están situadas en todo momento debajo
del cuerpo. Parece que esto ha ocurrido de forma independiente en cada línea.
Los etosaurios,
rauisuquios y los cocodrílidos primitivos desarrollaron una posición
vertical en la cual los acetábulos se colocaban debajo de los huesos de la
cadera y la cabeza del fémur encajaba en su interior, de forma vertical, como
las columnas de un edificio.
Los miembros de la
familia de los dinosaurios emplearon el sistema que aparece en los mamíferos;
los acetábulos se mantienen a los lados de los huesos de la cadera, pero los
fémures desarrollan una cabeza en ángulo recto que encaja desde los lados.
En este diseño, la relación entre el anillo pélvico y la pata se parece
más a la del contrafuerte situado en el lateral de una iglesia, que a una
columna colocada debajo del techo, aunque el resultado es el mismo. Las patas
de los dinosaurios y de los mamíferos se insertan por debajo del cuerpo y
este es un rasgo fundamental.