Abril 98 |
El gigantosaurio era mucho más temible de lo que se
suponía. Fósiles en Argentina ayudan a estudiar la conducta social de
estos animales
El hallazgo de un conjunto de fósiles en el desierto de la Patagonia,
en el sur de Argentina, demuestra que el mayor de los dinosaurios
carnívoros era más temible de lo que jamás se supuso y sabía bien
que la unión hace la fuerza. Los restos de un grupo de cuatro o cinco
dinosaurios, que pesaban cerca de ocho toneladas cada uno, datan de la
era Cretácea, hace 90 millones de años, y fueron encontrados en lo que
es actualmente la provincia de Neuquén.
Los paleontólogos comentaron que el hallazgo es muy importante porque
comprueba que los grandes dinosaurios carnívoros cooperaban entre sí
para la caza, como una versión gigante de los leones de la actualidad. "Aquí
hay animales de diferentes tamaños. Dos de ellos eran muy grandes, pero
los otros eran más pequeños y el encontrar animales grandes y
pequeños juntos nos sugiere algún tipo de conducta social",
explicó el doctor Philip Currie, un experto canadiense en dinosaurios
carnívoros.
Las pruebas de que los enormes dinosaurios carnívoros cazaban y vivían
en manadas sugieren que no eran tan estúpidos como popularmente se
cree. "Cerebro pequeño no quiere decir necesariamente conducta
simple", comentó Currie.
Aproximadamente a una media hora de viaje en automóvil desde el pueblo
petrolero de Plaza Huincul, hay una salida que lleva al profundo lecho
de un río seco que alguna vez estuvo lleno a causa de los deshielos
provenientes de las distantes montañas andinas. Tras conducir a través
de un laberinto de grietas y hendiduras, se llega al lugar donde Currie
y el paleontólogo argentino Rodolfo Coria han instalado su base.
Currie, delgado y quemado por el sol, escarba en la tierra para exponer
los enormes huesos, que es necesario cubrir con yeso para transportarlos
al museo de Plaza Huincul. Currie y Coria consideran que los fósiles
pertenecieron a la clase mayor de dinosaurio carnívoro conocida, los
gigantosaurios, que medían hasta 14 metros de longitud y pesaban cerca
de ocho toneladas.
La Patagonia que los gigantosaurios habitaban era similar a las pampas
de nuestros días: un territorio de un clima templado y lluvioso con
pastizales bajos y algunas araucarias, un tipo de árbol de la familia
de las coníferas, que aún crece en Sudamérica.
Gigantosaurios vs. Tiranosaurios Rex
Los científicos solían preguntarse por qué los Tiranosaurios Rex
jamás vagaron por Sudamérica hasta que descubrieron en 1993 en
Argentina que una especie ligeramente más grande, el gigantosaurio,
habitaba la región. El choque entre los dos grandes carnívoros de la
Era Cretácea finalizó en un empate. Mientras grandes herbívoros y
carnívoros de menor talla podían viajar entre el norte y el sur de
América, los Tiranosaurios Rex impedían el acceso de los
gigantosaurios en el norte y los Gigantosaurios reinaban en el sur del
continente. Pero ambas especies, aunque ocupaban el mismo lugar en la
cima de la cadena alimenticia, presentaban hábitos alimentarios muy
diferentes.
El tiranosaurio norteamericano era muy directo, empleaba sus poderosas y
grandes mandíbulas y poderosos dientes para aplastar y destrozar los
huesos de sus víctimas en ataques frontales. Los gigantosaurios, con
cráneos más grandes y dientes como cuchillos, probablemente herían y
arrancaban grandes pedazos de las partes más carnosas de los otros
dinosaurios. Coria dijo que los hábitos alimentarios de los
gigantosaurios podrían parecerse a los del dragón de Komodo, un
lagarto de cuatro metros de longitud que se encuentra en peligro de
extinción y habita en Indonesia. "La técnica que tiene el
dragón de Komodo es morder profundamente a sus presas y dejarlas ir. El
animal así herido muere por desangramiento o infección", dijo
Coria. |
26/3/98 |
Una cría de dinosaurio de 113 millones de años de
antigüedad, hallada en el sur de Italia, es, además del primer fósil
de dinosaurio encontrado en Italia, probablemente el mejor conservado
del mundo, según los dos investigadores italianos que lo han estudiado.
Scipionyx samniticus contiene restos de tejidos blandos, entre
los que se incluyen músculos y partes del sistema digestivo que muy
raramente se conservan en el proceso de fosilización. Se pueden
observar fibras musculares, la mayor parte del intestino y posiblemente
partes del hígado.
Los restos del dinosaurio fueron encontrados en 1.993, pero las
pruebas de que existían restos de tejidos blandos emergieron mucho
después, tras su estudio detallado por Cristiano del Sasso, del Museo
Cívico de Historia Natural de Milán, y Marco Signore, de la
Universidad de Nápoles. Su análisis se publicará en la revista Nature.
"Es una primicia, la primera vez que se encuentran tejidos
blandos", ha dicho Signore a Reuters. "Y no sólo eso, es la
primera vez que se encuentra un dinosaurio en Italia. Marcará una nueva
etapa para la geología italiana". Según Signore, el hallazgo
puede corresponder a un nuevo género y quizás a una nueva familia de
dinosaurios.
El dinosaurio hallado es un terópodo (carnívoro) de sólo 25 cm. de
largo. Le falta la cola, pero "sus proporciones indican que este
animal es poco más que una cría", indican los autores. Está
relacionado de lejos con el tiranosaurio rex y ha recibido el nombre del
legendario guerrero Escipión el Africano. La conservación de los
tejidos blandos del organismo se ha visto indudablemente favorecida por
la piedra caliza en la que ha sido encontrado el dinosaurio, y
seguramente porque durante su fosilización hubo periodos durante los
que se registraron niveles bajos de oxígeno.
El descubrimiento permitirá a los científicos nuevas pistas en el
campo de la paleobiología en relación al desarrollo de las crías y al
tipo de cuidados que recibián de los adultos. |