Dromiceiomimus
Dromiceiomimus: Significa
imitador de emúes. Recibió el nombre porque se parecía al emú actual, un
gran ave Australia incapaz de volar, pero este dinosaurio no tenía ni alas ni
plumas. Alcanzaba la longitud de un coche mediano. Aunque pesaba casi tanto
como un panda gigante, podía correr a mayor velocidad que los depredadores
más pesados. Como sus parientes ornitomímidos, tenía los ojos muy grandes
para el tamaño de su cabeza, Su aguda visión mantenía este ágil dinosaurio
a salvo del peligro. Podía divisar un enemigo acercándose a gran distancia y
escapar velozmente. Sus penetrantes ojos también resultaban muy útiles para
localizar pequeños mamíferos e insectos de movimientos rápidos, y
abalanzarse sobre ellos. Si todos los dinosaurios fueran del mismo tamaño,
este sería el que tendría los ojos más grandes. Tenía un largo pico sin
dientes. Atrapaba los insectos voladores en pleno aire y a los pequeños
animales terrestres que correteaban por el sotobosque, creyéndose a salvo.
Podía comer una gran cantidad de alimentos distintos, incluyendo plantas.
Utilizaba los bordes córneos de su pico para mordisquear bayas, semillas y
frutos secos. También comía pequeños mamíferos, lagartos e insectos
voladores. Las patas delanteras eran cortas y finas, y estaban provistas de
tres largos dedos. Probablemente sujetaba las ramas colgantes con sus garras y
tiraba de ellas para acercárselas al pico. Con sus largas mandíbulas
acabadas en punta podía arrancar los brotes más tiernos. A pesar de sus
finas patas traseras, podía correr muy deprisa. Los expertos han estudiado
sus huellas y creen que a veces alcanzaba los 72 kilómetros por hora, lo que
lo convierte en uno de los dinosaurios más veloces. Las garras de las patas
traseras se afianzaban al terreno como los tacones de unas zapatillas de
deporte. Al correr, la larga cola se mantenía rígida para equilibrar el
cuerpo, de reducidas dimensiones. Tenía un cuello largo y flexible que
sostenía su pequeña cabeza, y su cráneo era ligero, por lo que podía
volver la cabeza con gran rapidez. Esto le proporcionaba una buena visión de
lo que ocurría a su alrededor. Tenía el cerebro extraordinariamente grande
para un dinosaurio, lo que significa que sus reacciones eran muy rápidas.
Esto lo convertía en un formidable cazador. Combinaba las ventajas de su
aguda visión, una rápida carrera y unas patas delanteras prensiles para
sujetar a su presa con un solo movimiento mortífero. Algunos dinosaurios se
camuflaban para protegerse. El color y las manchas de muchos animales les
ayudan a confundirse con los alrededores. Las liebres árticas son blandas
cuando nieva, y las franjas de las cebras desorientan a los depredadores. El
camuflaje puede ser útil para los cazadores, como los tigres, a fin de
ocultarse de sus presas. Es posible que un dinosaurio desarmado como éste
tuviera algún tipo de camuflaje que le ayudara a sobrevivir. Medía 3 metros
y medio de largo, poco más de 2 de alto y pesaba unos 100 kilogramos. Pudo
alcanzar los 72 kilómetros por hora. Perteneció a los ornitomímidos. Vivió
desde hace 80 hasta 60 millones de años, en el Cretácico superior de
Canadá, en Norteamérica.