Por José Luis Anido (jlanido@redestb.es) - Publicado en Computing
(http://www.bpe.es/computing)
Además de un futuro NT para el mercado de consumo, Gates declaró, textualmente, que
"las empresas deberían esperar a NT 5.0" y que "Microsoft está
desarrollando ya una versión de Windows NT para el futuro chip Merced". Estas fueron
las declaraciones más importantes que Bill Gates pronunció el pasado 9 de septiembre,
durante el "Día del Honor de Microsoft", celebrado en la Expo 98 de Lisboa. El
texto y el contexto no pueden ser más elocuentes. Va en juego la honra del dimitido
presidente Gates.
Aquel Día del Honor, el honorable Gates anunció con total nitidez la sustitución
progresiva de Windows 98 por una gama de sistemas operativos de Windows NT que
competirían con ventaja en el mismo mercado de Windows 98, el mercado de consumo.
También auguró el nacimiento de una versión de Windows NT específica para un chip,
el Merced, que saltaría desde las actuales arquitecturas de 32 bits hasta los futuros
sistemas de 64 bits; verbigracia, desde los 32 bits del chip Pentium hasta los 64 bits del
futuro chip Merced, en fase de desarrollo. El salto de los 32 a los 64 bits es
trascendental, si se tiene en cuenta que uno de los avances más importantes de Windows 98
y el futuro Windows NT 5.0 es la unificación del modelo de controladores en la
especificación estándar Win32 Driver Model (WDM). La consecuencia lógica es que se
está creando un modelo de controladores de hardware "Win64" para el chip Merced
y, se supone, para otros chips de 64 bits. Pero sólo se supone. Haga el lector la prueba:
busque la palabra "Merced" en todos los artículos de Bill Gates que hay
almacenados en su propia Web. No encontrará ningún documento
Windows 2000
Este Windows de 64 bits significaría el tercer salto cualitativo de Windows a lo largo
de su historia. Recordemos que este entorno operativo comenzó a desvincularse del
veterano MS-DOS a partir de su versión 3.x, para PCs de 16 bits. Windows 3.11 ya
contenía parte de su arquitectura en 32 bits; por ejemplo, los accesos al disco duro del
PC. El salto definitivo a los 32 bits se produjo cuando Windows 95 se presentó como el
primer sistema operativo de la familia Windows, si recordamos que las primeras versiones
de Windows NT sólo eran un proyecto inmaduro. Windows 95 mantenía soporte para
aplicaciones heredadas de MS-DOS (16 bits). Pero la idea era abandonar cuanto antes la
dependencia de ese tipo de aplicaciones, poco potentes (aunque a veces muy eficaces), a
favor de las aplicaciones de 32 bits, propias de Windows 95, Windows NT 4.0 y, ahora,
Windows 98, sucesor directo de Windows 95. Todos ellos son sistemas operativos de 32 bits.
El éxito de Windows 98 y Windows NT 5.0 es que son sistemas operativos para los que se
está fabricando casi la totalidad de la plataforma de hardware del mercado PC. En el caso
de Windows 98, la plataforma natural es el PC Pentium II. La ventaja de Windows NT es que
no depende de la plataforma Intel PC. Más aún, uno de sus mejores entornos de hardware
es, desde hace años, el de las estaciones de Digital gobernadas por el chip Alpha, de 64
bits. Es decir, un sistema operativo de 32 bits (Windows NT), ejecutándose en una
estación con la envergadura de 64 bits. Mucho hardware para tan poco provecho.
El cambio a NT
Dicen quienes entienden que tanto Windows 95 como Windows 98 son infantiles,
impredecibles e inseguros. Que se colapsan con demasiada facilidad, y que no aprovechan ni
de lejos las capacidades actuales del hardware. Dicen que, para los sistemas clientes,
puestos a escoger, prefieren quedarse en DOS con Windows 3.11 para trabajo en grupo. Eso
es lo que Francisco Granero, responsable técnico de servicios profesionales de Fujitsu,
dice que dicen muchos de sus clientes. "Las empresas no se fían de Windows 98, y
Windows NT 4.0 se queda corto para los negocios". Granero lleva trabajando en esto de
las soluciones empresariales cotidianas, urgentes, desde hace más de una década. Algo
sabe de esto, sin duda. Y no es el único que opina así.
Basta echar una hojeada a las pantallas de presentación con que se "vende"
Windows 98 durante su instalación en el sistema. Parece dirigirse a las abuelas
interactivas, a la secretaria de dirección para que escriba cartas bonitas y no se
deteriore el esmalte de las uñas o a los padres de familia preocupados de que sus hijos
aprendan a moverse por Internet pero aterrorizados ante la posibilidad de que localicen
cierta información gráfica sobre las becarias de Clinton. Windows 98 es excelente para
los chicos de la ESO que quieren el PC para eso: para trabajos del Instituto, juegos
educativos, aventurillas inocuas de hackers principiantes... Windows 98 es recomendable
para centenares de millones de personas. Pero no es recomendable para la empresa.
"Las empresas deben esperar", aconseja Gates.
Pero lo cierto es que, por definición, las empresas no pueden esperar. Las empresas
tienen que competir, tienen siempre prisa y necesitan hoy las soluciones menos malas para
adelantarse a la competencia.
Windows, sin esperas
Decíamos que Windows 98 está bien. Incluso discrepamos del miedo de Francisco
Granero, de Fujitsu. Creemos que Windows 98 es algo que debería instalar casi todo el
mundo que ahora usa Windows 3.1. Es mejor que cualquier sistema operativo basado en DOS.
Es, de facto, un sistema operativo heredero directo de la mejor tradición del DOS. Hay
mucha gente que es más feliz desde que usa un PC con Windows 95, y que tendrá una vida
más plácida cuando utilice Windows 98.
Pero jamás recomendaríamos Windows 98 a un profesional liberal, a una pequeña
empresa con tres, cuatro, cinco empleados, a una mediana empresa con cincuenta, cien,
trescientos empleados, a una empresa de cierta envergadura con quinientos, mil o más
empleados, y menos al responsable de una firma del ramo que tiene que implantar
infraestructuras tecnológicas más o menos complejas. Desde luego, me consta que ni
siquiera IBM recomienda ya OS/2 en la inmensa mayoría de sus equipos destinados a la
empresa, sino OS/400 en sistemas servidores AS/400 y, también, NT Server o Workstation
4.0.
Descartada la posibilidad de esperar a NT 5.0 hasta mediados o finales de 1999 y casi
descartado Windows 98, sólo nos quedan dos opciones sensatas, recomendables para la
mayoría de los profesionales liberales, las pymes, los programadores, los vendedores de
equipos nuevos y los usuarios avanzados: el cambio inmediato a plataformas operativas de
32 bits y el salto directo, desde cualquier plataforma, a Windows NT 4.0.
El salto inmediato a plataformas operativas de 32 bits es un cambio costoso para muchas
empresas españolas, porque todavía hay una importante base tecnológica heredada que
está escrita para DOS, para DOS con Windows 3.11 y para otros entornos de 16 bits. Hay
muchas empresas que no saben cómo pasar sus bases de datos, a veces gigantescas, de un
sistema operativo anticuado a otro más moderno. No les ayudarán en este trabajo los
propietarios de tecnologías obsoletas que proporcionan a esas empresas soporte técnico
para sistemas anticuados. Pero ya no se venden máquinas de 16 bits. Hasta el Handheld PC,
apto para el bolsillo, gasta 32 bits. Es urgente que los usuarios de DOS y de Windows 3.1
se planteen en serio, cueste lo que cueste, el cambio inmediato a lo que sea, con tal que
eso sea de 32 bits. A partir de ahí, lo demás casi todo son matices. Incluso es
aceptable como solución transitoria el paso por Windows 98. Hagamos esta concesión a
este sistema operativo, por mal que nos caigan sus lujurias y melindres multimedia. Pero
hemos de considerar que los responsables de la imposición de Windows 9x como estándar
son decenas de millones de usuarios, centenares de miles de vendedores de PCs, decenas de
miles de programadores y fabricantes de ordenadores y componentes. A fin de cuentas, en el
caso de Windows 95, Microsoft hace su trabajo: lo vende, lo licencia, intenta mejorarlo y
aspira a mantener como clientes a la mayoría de quienes lo utilizan ahora: los usuarios
finales (o, si se quiere, "terminales").
La segunda recomendación ya quedó dicha: salto directo, si se puede, a la plataforma
Windows NT. Puesto que es necesario el salto de los 16 a los 32 bits en máquinas y
sistemas operativos; y como está claro que Windows 9x es insuficiente, la mejor solución
es adoptar hoy NT 4.0 Workstation en todos los sistemas clientes de una red y preparar las
máquinas y entornos de trabajo para actualizarnos a NT 5.0 a finales de este año. La
ventaja es que si hoy se implanta NT 4.0, la actualización a NT 5.0 será gratis (según
prometio a Computing, en Lisboa, Antonio García-Urgelés, director de marketing de MS
Ibérica).
De Unix a NT
El salto de Unix a NT es cada vez más frecuente. Pronto se quedará obsoleta la
tecnología de 32 bits para estaciones de trabajo, y ya está anunciado para finales de
1999 el chip Merced, de Intel, con las especificaciones EPIC de H-P y la arquitectura de
Intel IA-64. Será el chip que sustituirá poco a poco al Pentium Pro (instalado en
excelentes servidores multiproceso) y al Pentium II. Por otra parte, el mercado de
estaciones de trabajo está liderado por Compaq-Digital y H-P. El éxito de estas empresas
de basa en sus estaciones con NT 4.0 Workstation. Los analistas de Dataquest, con datos
publicados por esta consultora el pasado 14 de septiembre, auguran una larga alternancia
de Compaq y H-P en la cabeza del mercado de las estaciones. Entre estos dos fabricantes
vendieron durante el pasado 1997 medio millón de Pentium con NT Workstation, y se estima
que esta cifra ya fue superada a mediados de 1998. El precio medio de cada uno de estos
equipos oscila entre las 200.000 pesetas y los 4 millones de pesetas. Otros competidores
importantes en el mercado de estaciones basadas en NT 4.0 Workstation son IBM (qué
también produce una estación de trabajo Unix) y Dell. A ellos se suma Silicon Graphics,
que desde principios del año en curso vende máquinas basadas en NT 4.0 junto a sus
actuales equipos basados en Unix. Si SGI vende máquinas con NT, algo va a cambiar para
los usuarios de aplicaciones técnicas con alto contenido de gráficos.
Las cifras cantan: la tendencia hacia NT desde Unix es imparable en el mercado de
estaciones de trabajo. Nadie podría imaginarse que Compaq llegara a alcanzar a finales de
1997 el primer puesto en tres mercados en los que NT 5.0 tiene el campo abonado: el de los
portátiles (desde noviembre de 1997), el de los PCs (desde hace varios años, hasta que
fue desbancada por Dell poco antes del verano pasado) y el de las estaciones de trabajo
(desde el tercer trimestre de 1997, aunque H-P asegura ostentar actualmente el liderazgo).
Las disputas por los tres primeros puestos en estos mercados se producen entre tres o
cuatro fabricantes que venden casi todas sus máquinas con sistemas operativos de la
familia Windows.
De Windows 95 a NT 4.0
El cambio desde un entorno con terminales Windows 95 a otro de estaciones NT 4.0
Workstation y un administrador NT Server 4.0 no es la mejor de las soluciones que se nos
ocurren, pero puede preparar el terreno al futuro NT 5.0 Workstation, y tiene varias
ventajas.
La principal ventaja de NT Workstation frente a Windows 98 es que es un sistema
operativo más estable y predecible. Esta es la cualidad más importante para quienes el
ordenador es su principal herramienta de trabajo. Cualquier fallo inesperado, es tiempo y
dinero perdidos. Cualquier error en una aplicación crítica (pongamos una simple
transacción bancaria a través de la Web) es inaceptable. Por desgracia, NT tiene
todavía muchos fallos "inaceptables" en un sistema operativo recomendable para
la empresa. Pero lo "inaceptable" es, en el tema que nos ocupa, más
recomendable que lo "impresentable" para una empresa, es decir, la solución
Windows 98, con sus frecuentes colapsos y amnesias.
A pesar de sus deficiencias, NT 4.0 ofrece más estabilidad a cualquier nivel de uso.
Aunque se opere con aplicaciones de extraño comportamiento, de esas que no se sabe si van
o vienen, es difícil que el ordenador se quede colgado o que se planteen problemas
críticos e irreparables de colisión con otras aplicaciones. En caso de conflictos, NT
4.0 permite casi siempre guardar los datos, cerrar las aplicaciones que choquen con la
actividad principal y seguir trabajando. Eso no significa que, cuando se producen fallos,
el sistema responda con la recuperación total de los datos. Nada de eso. Todavía falta
tiempo para que las empresas grandes o medianas que confían en soluciones corporativas
seguras basadas en Unix se decidan a cambiar a algo tan voluble como Windows, aunque se
apellide "NT" y se incardine con el "4.0". Pero tal vez sea esa la
mejor solución para quienes confían en Windows y no quieren esperar a esa versión de
Windows 2000 para el chip Merced prometida por Gates.