En España, el índice de penetración de la Red aumentará a una media anual del 50%
en los años venideros, bastante más que el 30% que arroja la media mundial. Con estos
índices, se duplicará el número de internautas españoles llegando a los 2,5 millones,
todo un logro, pero lejos de los 75 previsto en Estados Unidos o los 12 en Japón.
Este espectacular crecimiento se debe a que actualmente España sufre un considerable
retraso internáutico en relación a los países más avanzados. Por ejemplo, el grado de
penetración de Internet entre la población sólo alcanza el 3,4% frente al 20 o 30 por
ciento que arrojan los países nórdicos o Estados Unidos.
Según Cap Gemini, la demanda de servicios, aunque con variantes motivadas por el
avance tecnológico, no será muy diferentes de las actuales. Continuará la navegación,
el envío de e-mails y la banca online como los servicios más utilizados. A continuación
se situará la videoconferencia, la telefonía a larga distancia y el comercio
electrónico, este último impulsado por el incremento de seguridad en la Red. La mayor
diferencia se originará por la mayor demanda de aplicaciones multimedia que supondrá la
necesidad de un mayor ancho de banda para soportarlas.
En este cuadro, la competencia por hacerse con el negocio IP repercutirá acusadamente
en la industria de las telecomunicaciones. Los más beneficiados, sin embargo, serán los
usuarios de la Red, ya que la fuerte presión de la competencia repercutirá en un
descenso de los precios y, previsiblemente, en una mejora del servicio.