La avidez por robarle mercado a los chips RISC presentes en las estaciones de trabajo y
servidores críticos ha llevado Intel más allá de lo que nunca había llegado. Lanzando
el Xeon en las condiciones que está, el mismísimo bug del coprocesador de los Pentium
empalidece. Intel ha colocado en el mercado un procesador fratricida, incapaz de funcionar
de otra manera que no sea en solitario.
Con la llegada del nuevo chip también queda perfectamente definida la estrategia en
torno a la tecnología Pentium II. Intel trata de cubrir cuatro segmentos: los
portátiles, los PCs básicos, los servidores y las máquinas con elevadas necesidades de
proceso (servidores incluido). En cada uno de ellos hay un Pentium II destinado a
desbancar a la anterior generación y a la competencia, forzando como ya es natural
en la compañía- el mercado hacia adelante. Entre los PCs básicos la intención de Intel
es sustituir los Pentium MMX por los Celeron, es decir, no se trata de añadir potencia
(ya que los Celeron no son más potentes que los Pentium) sino de imponer una tecnología.
En los servidores y estaciones de trabajo, los actuales Pentium más potentes por Pentium
II. Y finalmente entre los servidores avanzados -los poco Pentium Pro que existen-, por
los nuevos Xeon.
Sobre el papel todo está claro, pero la parte más importante de la estrategia para
los Xeon ha hecho aguas. Al no funcionar el chip en configuraciones de más de un
procesador, los fabricantes no pueden crear máquinas capaces de competir con los
productos RISC servidores principalmente-, cuando resulta que ésta es una de las
parcelas de mercado que precisamente pretendía atacar Intel. Este hecho sin duda
ensombrece sobremanera el lanzamiento de esta nueva creación.
Por el momento Intel ha lanzado a los cuatro vientos que sabe dónde está el fallo,
que ya está probando soluciones, y que el problema sólo afecta a la nueva creación de
la familia Pentium II, quedando exentos los Celeron y Pentium II.
Por el momento, IBM,
Dell, HP y Compaq ya han anunciado que crearán nuevos productos en
torno al nuevo procesador, que según fuentes de Intel deberían estar en el mercado antes
del mes de agosto, cuando se celebra la prestigiosa Comdex.