Según el director general de Intel en Holanda, Peter van Haendel, con el precio
del modelo de 266 MHz cada vez más cerca del de la versión de 300 MHz, debe dejar de ser
producido. Pero lo más curioso es que la empresa se encontrará en una
incongruencia que pretende solucionar atendiendo los pedidos hechos hasta la fecha con la
nueva tecnología de 0,25 micras, pero descartando las nuevas.
La situación actual es la siguiente: a principios de este semestre, Intel pensaba que
podría atender los pedidos de los fabricantes de ordenadores, pero calculó mal el
número de chips necesarios para atender esta demanda. Intel espera normalizar esta
situación a finales de octubre y no cree que llegue a afectar sus beneficios, pero de
momento el ansia por vender sólo lo más caro puede llevar a más de uno a quedarse sin
el procesador que necesita y tener que pagar más por una versión más potente que
seguramente no exprimirá.