Boyles es una de las coordinadoras de este proyecto -liderado por diversas
universidades de EEUU- que algún día sucederá a la actual Internet. Para la experta la
cuestión del ancho de banda de la nueva red no es su principal característica, sino la
mejora de calidad que aporta frente a los servicios que hoy se prestan.
En este sentido, Boyles expresó la necesidad de perfeccionar los sistemas de
videoconferencia, llegado al extremo de que un "profesor simplemente pulse un
botón" para dialogar a distancia con sus alumnos, en vez de tener "a tres
ingenieros a su alrededor para que funcione la conexión". Entre las nuevas
aplicaciones que se propone desarrollar Internet 2, Boyles citó los "laboratorios
virtuales", una nueva forma de evitar el traslado "al laboratorio físico"
para utilizar sus equipos de alta tecnología. Por ejemplo, añadió, un colegial o
científico podrá observar y controlar a su antojo el funcionamiento de un microscopio
electrónico, un aparato que por su elevado coste no está al alcance de la mano de muchas
personas.
Otro de las posibilidades que la experta destacó de la nueva red es la
"teleinmersión", es decir, la posibilidad de que varias personas se comuniquen
en un mismo espacio virtual. Para Boyles, esta característica podría revolucionar áreas
como la enseñanza e investigación, ya que "esta realidad virtual compartida en la
red posibilita que dos médicos examinen al mismo tiempo una imagen en tres dimensiones y
trabajen conjuntamente" sobre una parte del organismo humano.
En su opinión, se hace necesaria una mayor interactividad en las páginas presentes en
Internet, aunque "las estáticas también son importantes", y también
"menos demoras" en la autopista de la información; "una mejora
cuantitativa y cualitativa en cómo puede hacerse investigación y enseñanza en este
entorno", resumió Boyles.