El accionamiento accidental de armas nucleares es improbable, pero los
"desperfectos previsibles" podrían impedir al presidente estadounidense
responder rápidamente a un alerta, según el autor del documento, Michael Kraig.
Podría darse el caso de que informaciones erróneas llegasen a la compleja red
estadounidense que controla el armamento nuclear, indicando por ejemplo que un ataque
nuclear ruso está en curso, según la misma fuente.
El síndrome, o "bug", del 2000 hace temer que al iniciarse ese año los
ordenadores no puedan identificar el nuevo año sino por sus dos últimas cifras, con lo
cual caerán en el año 1900 o simplemente se bloquearán.
El costo, a nivel mundial, de la adecuación de los sistemas informáticos está dando
lugar a cálculos sumamente diferentes, que van de 300 a 1.600 millardos de dólares.
"El problema no sería tan grave si el Pentágono tuviera un plan coherente",
declaró Kraig durante una conferencia de prensa. Mientras que altos funcionarios del
departamento de Defensa afirman que 95% de los sistemas que controlan las armas nucleares
han sido "ajustados" para neutralizar al virus, Kraig estima que esos ajustes no
han sido probados.