Hasta el presente momento el bus PCI se ha ido convirtiendo en la piedra fundamental
para la conexión de tarjetas, dejando cada vez más de lado al obsoleto ISA. Peor la
historia se volvía a repetir, al igual que el ISA se quedó pequeño para la potencia de
los chips allá por los primordios de los 90, ahora los 66 o 100- megahercios se
quedan cortos para la potencia de los últimos desarrollos en tecnología X86. En
respuesta a esto, ha surgido el PCI-X, un desarrollo de estas tres empresas
estadounidenses capaz de operar a 133 MHz, el doble que los PCI normales actuales.
Como se trata de un desarrollo que toma como base el PCI de Intel, el nuevo diseño ha
sido presentado a la productora de chips y al Comité Estándar de tecnología de
Procesadores para que lo aprueben y pueda ser comercializado. De no ser así, las tres
empresas tiene pensado implementarlo en sus ordenadores, con independencia de Intel, ni
tener que pagar royalties.
Para Intel, la aprobación de este nuevo diseño como estándar de la industria
supondría la pérdida del monopolio sobre la tecnología PCI. Pero no sólo esto le
haría daño: el nuevo PCI-X sería un estándar completamente abierto y utilizable por
cualquier fabricante del sector desde que no se estandarice-.