El diario neoyorquino habla de un laboratorio tipo Silicon Valley en medio de
Castelletto Ticinom en el interior milanés (norte de Italia), y de su jefe, el ingeniero
Murari, de 62 años, responsable del laboratorio de investigación sobre semiconductores
de la 87 Microelectorio de investigación sobre semiconductores de la ST Microelectronics.
Murari está considerado como un líder en proyectos de circuitos analógicos, una
tecnología que puede cambiar el futuro de la informática, unos chips capaces de traducir
fenómenos del mundo real como movimiento, sonidos, temperaturas, presión y luminosidad
en modelos electrónicos.
Comparados con los tradicionales chips digitales, capaces de distinguir sólo el
código binario, es decir, de operar según una lógica en "blanco y negro",
"pasa corriente" o "no pasa corriente", los chips analógicos pueden
interpretar una vasta gama de matices y variaciones. De este modo, su funcionamiento se
aproxima bastante al de los oídos, ojos y músculos de un ser humano.
"Proyectar chips digitales es como construir con ladrillos de Lego -explicó
Richard Chesson, un ingeniero canadiense que trabajó con Murari en el laboratorio de
Castelletto- diseñar circuitos analógicos es más semejantes a esculpir la madera. Y en
este arte Murari es un gran maestro, ya que en 37 años de carrera se ocupó de proyectar
los diez chips analógicos más importantes, y supervisó al menos otros 1.000.
Gracias a su trabajo, la ST Microelectronics (http://www.st.com) es hoy la primera
compañía del mundo en el sector de los chips analógicos, con una facturación de más
de 4.000 millones de dólares. ST Microelectronics es proveedor también de
Hewlett-Packard, el líder mundial de las impresoras a chorro de tinta; justamente gracias
a la tecnología analógica los pigmentos pueden ser dirigidos con precisión
infinitesimal hacia el papel, para formar caracteres y dibujos.
Ahora Bruno Murari está preparando su laboratorio para el último compromiso de su
larga carrera: a fines de este año la ST Microelectronics anunciará sus planes para
entrar de modo decisivo en el sector emergente de los MEMS, sistemas
microelectromecánicos, unos dispositivos sensibles ya hoy usados en los airbags de los
automóviles. El desafío se realizará en Italia, Murari rechazó siempre las ofertas que
lo llevaban a Estados Unidos "Mi equipo está aquí", afirma.