Leisure suit Larry V
Éstos eran los pensamientos que rondaban por la
"cabecita" de nuestros protagonistas mientras su helicóptero les conducía
hacia un fin de semana de película. Las cosas no habían sido fáciles, pero la
recompensa merecía la pena..., al menos eso pensaba Larry.
SEXO, MENTIRAS Y CINTAS DE VÍDEO
Vistas las opiniones de nuestros dos
"enamorados", vamos a contarte cómo se desarrollaron los hechos hasta llegar a
una situación de tanta "altura" como la del helicóptero en el que volaban a su
destino.
Fue el azar el que provocó este singular encuentro que
señalaba un final feliz para una complicada historia. Nuestros dos héroes habían vivido
una aventura independiente, pero ambos, luchaban, sin saberlo, contra los mismos villanos.
Por aquellos días, la cúpula de la Mafia y el crimen
organizado andaba bastante revuelta. Los, en otro tiempo, pingües beneficios aportados
por dos "negocios" tan prósperos como las drogas y la pornografía, estaban
cayendo en picado de manera alarmante.
El Jefe Supremo de la organización había convocado una
reunión urgente con sus máximos responsables. Se hacía del todo imprescindible aplicar,
con la mayor diligencia posible, todas las "técnicas" que desde siempre habían
potenciado el consumo de ambos negocios.
De lo contrario, podía comenzar a producirse una fuerte
regresión que acabase por destruir la maquinaria de hacer dinero fácil. Y el Sr. Julius
Bigg, máximo capo de la Mafia, no estaba dispuesto a renunciar a ello de ninguna manera.
Había que tomar medidas cuanto antes.
Seis meses después de que tuviese lugar la citada reunión
de la Mafia, el consejo de Administración de PornProdCorp, una cadena de televisión de
fuerte implantación, se reunió. Al frente del mismo, Silas Scruemall estaba perfilando
los detalles para llevar a cabo un nuevo concurso: La Elección de la Mujer más Sexy de
América. Después de una complicada preselección las candidatas se habían reducido a
tres, y en la siguiente fase del concurso se iban a invitar a las chicas por todo lo alto,
para que vinieran a Los Ángeles a la final. Cuando todo estaba casi decidido, el señor
Scruemall cambió de opinión de manera repentina.
Cualquier mujer rodeada de lujo, joyas y en un ambiente de
ensueño puede parecer sexy. La mujer que resultase elegida como la más sexy de América
tendría que serlo en cualquier momento, desde que se levantase hasta la última hora del
día. Así que la solución estaba en hacer unas grabaciones de cada una de las chicas sin
que ellas llegasen a enterarse, y a ser posible, mientras se encontrasen con un hombre
absolutamente corriente, ante el cual se comportasen con total naturalidad.
En ese momento de la reunión Larry Laffer entraba para
servir café a la concurrencia. Su elegancia al caminar, su estilo al servir, y su
impresionante "fachada" convencieron al Sr.Scruemall de que era el hombre
adecuado para llevar a cabo el trabajo. Dieron a Larry una "Camcorder", una
maravilla de la técnica, capaz de grabar en vídeo sin que nadie advierta su existencia,
y le pasaron instrucciones precisas sobre su trabajo.
Podía decirse sin temor a equivocarse, que nuestra
heroína había conocido tiempos mejores. No parecía muy prometedor dejarse la piel
cantando cada noche en un pub mugriento como el Piano Pit. Aquella tarde el local había
estado especialmente vacío, y los tres o cuatro sujetos sentados en las mesas, estaban
bastante ocupados rebuscando en el fondo de sus bolsillos algunos centavos para llenar la
copa, como para apreciar el arte de la chica que cantaba.
Al final de la actuación, Andy, el encargado del local,
avisó a Patti para que pasara por su oficina. Como es normal, Andy era un animal bien
cebado que parecía despedir grasa a cada paso que daba. Con pocas palabras -tampoco
conocía demasiadas-, Andy informó a Patti que el dueño, un tal Julius, no estaba
demasiado contento con su forma de animar el local, y que por ello había decidido
prescindir indefinidamente de sus servicios. El tipo de música que hacía no parecía
incitar a la gente al consumo, y eso no podía permitirse.
Para colmo, el grasiento encargado no estaba dispuesto a
soltar ni un duro del sueldo correspondiente al tiempo trabajado. Así que nuestra chica
se ve de pronto de patitas en la calle y sin ningún medio para subsistir hasta encontrar
otro trabajo.
A la salida, una figura parecía estar esperando a Patti en
el callejón. Nuestra chica no se cortaba ante nada y se dirigió resuelta hacia el hombre
de la gabardina. La sensación de preocupación desapareció cuando el desconocido se
acercó y se presentó como el Inspector Desmond del F.B.I., solicitando unos minutos para
hablar de un tema que promete ser interesante. Hay que decir que el chico era bastante
atractivo, por lo que Patti se mostró enormemente atraída por cualquier
"asunto" que él quisiera proponerle.
Desmond le contó que estaba iniciando una investigación a
nivel nacional, para infiltrarse en el crimen organizado, dentro de la industria del
espectáculo.
"Necesitamos a alguien como tú. Alguien sin ataduras,
que sepa tocar bien un instrumento, (¿?) para adentrarse en el mundillo y buscar las
pruebas necesarias. El F.B.I. se encargará de que estés en el sitio y a la hora
adecuados para llevar a cabo tu labor."
Le informó que existían dos frentes de interés para
abrir la investigación. El primero lo constituían los mensajes subliminales en la
música pop, que parecían estar provocando un aumento en la delincuencia. Un estudio de
grabaciones de Baltimore llamado Rever Records parecía ser el centro del problema. Al
frente del mismo estaba un tal Reverse Biaz, al que tendría que hacer una visita.
Por otro lado, se estaba produciendo una auténtica
inundación de grabaciones de rap que destacaban por unas letras obscenas que podían
llegar a minar la moral de los jóvenes. K-Rap Radio era la sede del grupo "2 Live 2
Screw" que de manera extraña, no paraba de acumular éxitos de un tiempo a esa
parte. Tenía que localizar a un tal P.C.Hammer, quien llevaba el control de este asunto.
Las investigaciones efectuadas, indicaban que se barajaba
el nombre de un tal Julius detrás de todo el cotarro. Había que obtener todas las
pruebas posibles acerca de Julius, K-Rap y Rever Records.
De entrada, el trabajo no parecía fácil, pero la
situación personal y económica de Patti no era demasiado boyante, y además, los ojos
del inspector Desmond tenían un algo que convencía.
Por otro lado, nuestra chica tenía ganas de demostrar a
toda la impresentable gentuza que manejaba el negocio de la música, que ya estaba bien de
mafias y de juego sucio, así que, sin pensárselo dos veces, aceptó decidida el trabajo.
Pocas veces Larry había recibido un encargo tan tentador
como ir a grabar a tres chicas hermosas en los momentos en que ellas no lo esperasen.
Nuestro intrépido protagonista decidió completar todo el equipo que iba a necesitar.
En el cuarto donde se almacenaban los vídeos que sirvieron
para la preselección, encontró cintas adecuadas para la "Camcorder", pero
existía un problema. Estaban grabadas, y el pequeño tamaño de la cámara portátil,
impedía que hubiesen podido incorporarle un cabezal para borrar. Tuvo que ingeniárselas
para conseguir limpiarlas. Además, comprobó que la batería de la cámara estaba a cero,
y buscó la manera de solucionarlo.
Por último, antes de poner manos a la obra, fue a recoger
los expedientes de las tres chicas finalistas y la tarjeta de crédito ilimitado Aerogold,
que le había sido asignada por su jefe. Con todo ello, salió a buscar el vehículo que
le llevaría al aeropuerto, hacia su primer destino.
Una gran sorpresa le esperaba, pues en lugar del taxi que
imaginaba, una hermosa limosina, que haría palidecer de envidia a las de Falcon Crest,
estaba preparada para recibirle.
Dentro del coche aprovechó el tiempo para ir viendo los
expedientes de las chicas, en cada uno de los cuales encontró algún objeto de interés.
Una vez en el aeropuerto, comenzó a comprobar las excelencias de la tarjeta Aerogold en
la ATM (Automatic Ticket Machine), cuando compró el billete para New York City.
Para pasar la puerta de embarque, volvió a utilizar la
tarjeta de viajes y la de embarque que había recogido antes en el ATM.
Desmond acompañó a Patti al cuartel general del
Departamento Federal de Investigación Criminal, donde se presentó al Comandante Twit,
Jefe de la Sección que lleva el caso. Después de asignarle unas cuantas claves de
identificación, la chica tuvo que pasar la correspondiente "revisión" médica,
efectuada por el Doctor Conejo. Este doctor solía hacer bien su trabajo, y demostró a
Patti que hacía todos los estudios "en profundidad". Luego, como si de James
Bond se tratase, le entregó el último modelo de arma secreta especial para mujeres, y
unos CD-ROMs, junto con un lector para los mismos. En ellos estaban todos los datos
conocidos de los sujetos a los que habría que vigilar.
Su primer destino sería Filadelfia, a ver qué se estaba
cociendo en K-Rap Radio. Para llegar hasta allí pusieron a su disposición una limusina
fantástica que por un momento le hizo sentirse como James Bond. Le indicó al chófer
dónde quería ir con ayuda del DataMan y los CD-ROMs.
Después de un vuelo plácido lleno de sueños románticos
en los que aparecía Patti, aterrizó en La Guardia. Para llegar a la ciudad necesitaba
algún medio de transporte. En un cartel vio un número de teléfono para alquiler de
limusinas, y gracias a la caridad consiguió una moneda para llamar.
Ya motorizado, mostró al chófer una servilleta del Hard
Disk Café, donde pensaba encontrar a Michelle, la primera de las tres chicas. Durante el
trayecto, algo en el asiento llamó su atención, y lo recogió con la intención de
devolverlo. Luego, cuando vio el contenido, cambió de idea.
La entrada al Hard Disk Café estaba reservada a socios, y
obtener el pase del maitre no era fácil, aunque hablando se entiende la gente. Ya dentro,
comprobó que se habían sentado en el gallinero, y cuando vio pasar a Michelle al
interior, volvió a hablar con el maitre. Le "untó" un poco, y consiguió que
le arreglase el pase.
La chica resultó más asequible de lo que imaginaba.
Después de una animada charla, y a la vista de su cartera, se volvió tan dulce, que
apenas tuvo tiempo de activar la cámara antes de que comenzase la sesión en el
reservado. Fue un trabajo realmente agradable para Larry.
Con una grabación de infarto, volvió al aeropuerto, y
tomó un billete a Atlantic City, en busca de su segundo objetivo.
El edificio que albergaba los turbios manejos del Grupo
"2 Live 2 Screw" era impresionante. Patti se adentró en él sin vacilar, y
descubrió que la recepcionista no se encontraba en su lugar, lo que le facilitó el
trabajo. La puerta de entrada tenía una placa con el nombre de un tal Krapper, quien al
parecer era el Presidente de la compañía, pero el acceso a su despacho estaba controlado
mediante una cerradura de claves. Nuestra intrépida heroína recordaba que en algún
sitio llevaba anotada una clave de acceso, y la utilizó con éxito. Mientras se colaba en
el despacho, oyó los pasos de la secretaria acercándose, así que cerró suavemente tras
de sí.
El despacho tenía un mobiliario de vanguardia, y había
que reconocer que estaba decorado con un gusto exquisito. Patti se puso a registrarlo con
paciencia y observó que el escritorio estaba cerrado. En su registro, comprobó que el
hierro era muy bueno para las plantas, y gracias a ello consiguió desbloquear la
cerradura. Los cajones del escritorio guardaban algo muy importante. Anotó una clave que
localizó sobre un trozo de papel y descubrió una carpeta que prometía. Después de un
breve vistazo, comprobó que era una serie de instrucciones que componían un plan de
actuación para revitalizar el mercado de las drogas y la pornografía. Además, firmaba
los documentos un tal Julius, nombre que coincidía con las informaciones sobre el mafioso
que le dio Desmond. Como la chica no tenía buena memoria, y llevarse la carpeta podría
advertir a Krapper de que alguien había estado tocando sus documentos, buscó la forma de
hacer unas copias y los colocó en su lugar.
Un pequeño incidente le hizo cambiar de color, así que
decidió asearse un poco en la ducha más próxima.
Parece que los agentes secretos tienen que acostumbrarse a
las sorpresas, y allí se presentó la primera. Cuando estaba desnuda e intentaba abrir el
grifo, notó que el suelo se hundía bajo sus pies, y descubrió que en realidad estaba en
un ascensor. Para colmo, resultó que era panorámico y tuvo que pegarse un paseo como
mamá le trajo al mundo. Por fortuna no había moros en la costa, y todo quedó resuelto
de una manera "discreta".
El ascensor tenía un mecanismo que impedía la subida sin
una clave concreta, y aunque Patti lo intentó con la que había encontrado en el despacho
de Krapper, no pareció funcionar.
Desnuda no podía entrar de nuevo por las escaleras sin
llamar la atención, y era imprescindible que recuperase las copias de todos los
documentos y recogiese sus ropas, ya que éstas evidenciaban que alguien había estado
allí.
Utilizó una especie de chandal que encontró cerca y
decidió investigar por la planta baja. Por allí se encontraban todos los estudios de
grabación, en los que iba probando la clave que encontró arriba. Finalmente, consiguió
abrir la puerta de la habitación de control del estudio B, donde se coló.
Desde allí, comprobó que P. C. Hammer estaba discutiendo
acaloradamente, en un estudio contiguo, con "2 Live 2 Screw" una serie de
turbios y oscuros negocios. Manipulando los controles logró grabar una parte suculenta de
su conversación, pero no pudo evitar que Hammer advirtiera su presencia al otro lado.
El tipo puso obstáculos en la puerta del control para
impedirle la salida y subió por el ascensor. Desde el cristal vio la clave que marcaba y
la memorizó. Tenía que darse prisa para salir de allí, así que puso a trabajar su
mente.
Recordó de pronto un anuncio de televisión en el que una
soprano rompía una copa dando una nota muy aguda. Como Patti no era precisamente ninguna
Caballé, utilizó la técnica para potenciar su voz y consiguió un efecto sorprendente.
Escapó a toda prisa tomando de nuevo el ascensor y
recuperó las copias de los documentos, con lo que dio por terminada su primera misión.
Tomó de nuevo la impresionante limosina, y para celebrar
lo bien que iba todo, se tomó una botella de sidra achampanada El Gaitero que debía
llevar algún tiempo en el bar del coche.
Un vuelo agradable le llevó hasta su nuevo destino. En el
aeropuerto, volvió a necesitar monedas para el teléfono. Su aventura con Michelle le
había dejado "seco", así que tuvo que buscar por la sala de espera hasta
encontrar una moneda.
Aprovechó para recargar las baterías de la
"Camcorder" y cambiar la cinta grabada por otra virgen, mientras esperaba la
limosina. Se encaminó al casino, tras mostrar al chófer otro de los objetos hallados en
los expedientes.
Llegados al casino, aunque iba sin un duro, una amable
chica le cedió unas monedas. Con ellas y algunos trucos como aquellos de "save"
y "restore", consiguió un montón de dólares de plata.
Harto del ambiente cargado, salió al muelle, donde
encontró una tienda de alquiler de patines. Larry nunca ha sido demasiado bueno en eso,
pero al menos no se solía caer, así que decidió alquilar un par. Cuando estaba más
entretenido, reconoció a Lana, la segunda chica que buscaba, quien también paseaba con
patines.
Después de un ratito de charla, y de comprender el porqué
había sido preseleccionada, le invitó a que fuese a verla al casino, donde actuaba en el
espectáculo especial de "lucha en el barro". Viendo los gestitos que le hacía
con la nariz mientras hablaba, Larry no pudo resistirse, así que aceptó y quedaron en
verse. Devolvió los patines y se encaminó al casino.
La sala de luchas estaba atestada, y tras dar una buena
propina al acomodador, consiguió un asiento en primera fila. La sorpresa de Larry fue
mayúscula al ver aparecer a Lana, con un pequeño traje de baño y un aspecto imponente.
Pero todavía fue mayor al ver que le invitaba a subir al ring.
Por lo que pudiera pasar, conectó disimuladamente la
cámara y decidió echarle valor al asunto. Lo cierto es que la chica era una auténtica
leona, y pronto se vio obligado a responder a sus "ataques". Cada vez que
intentaba agarrarla por algún sitio, soltaba un suspirito que le ponía a Larry la carne
de gallina.
Al final, lo que comenzó como un simple combate tomó un
rumbo bastante diferente, y se olvidaron de que estaban ante tanto público. O al menos
eso es lo que él creía, pues el asunto no funcionó. Pasó una vergüenza terrible
cuando comenzaron a sonar silbidos que le castigaban por no haber estado a la altura de
las circunstancias.
Como pudo, hizo mutis y salió de allí a escape. El
portero del casino, muy amable, le pidió un vehículo para dirigirse al aeropuerto.
A Patti le resultó mucho más fácil infiltrarse en esta
ocasión, ya que Desmond le había conseguido una prueba como teclista en los estudios. El
ascensor no parecía funcionar, pero mostrándole al portero el motivo de su visita,
consiguió que lo llamese. Ya en el estudio de grabación, antes de dirigirse al control
donde se encontraba Reverse, investigó un poco por aquí y por allá, hasta encontrar
algo escalofriante en un disco.
Al reproducirlo hacia atrás pudo oír un claro mensaje
subliminal fomentando el consumo de drogas. Lo guardó y entró a ver a Reverse Biaz. La
prueba de teclados resultó un éxito, gracias a las nuevas tecnologías, pues no se
podía decir que Patti fuera una virtuosa. Reverse se puso muy contento a la vista de los
"méritos" de nuestra bella heroína. Cuando se animó un poco con el Gaitero,
cantó por bulerías, dándole todas las pruebas que necesitaba. Tomó de nuevo la
limosina y volvió al cuartel general del F.B.I. para entregarle a Desmond el material
conseguido. El inspector se quedó atónito ante los resultados de su trabajo, y prometió
invitarle a una velada en la Casa Blanca, con el mismísimo presidente como anfitrión.
Pese a los últimos acontecimientos en el Tramp's Casino,
Larry estaba contento de tener dos tercios del trabajo realizados. Tomó el avión en
cuanto le fue posible, y aterrizó en Miami después de otro vuelo lleno de sueños
bastante subiditos de tono.
Consiguió unas monedas buscando en las máquinas del
aeropuerto, y tomó unos teléfonos de los carteles. El primero debía estar mal, pues ni
llegó a enterarse de lo que querían decirle. Iban a dejarle algo junto al ATM del
aeropuerto.
Cuando contactó con las limusinas, y mientras salía al
exterior para cogerla cuanto antes, localizó en una papelera un paquetito con su nombre.
En su interior encontró una especie de documentación para extranjeros que guardó por si
le era útil en cualquier momento.
Al conductor le mostró una tarjeta de un dentista, donde
Chi Chi, la tercera chica elegida como finalista en el concurso, trabajaba algunos ratos.
Después de una charla con la enfermera que concedía las
citas, y tras un pequeño camuflaje previo con algo de tela que localizó, consiguió
convencerla de su situación de urgencia.
Le hicieron pasar y sentarse en un sillón donde comenzaron
a temblarle las piernas. Pero pronto los temblores dieron paso a otras sensaciones más
gratas, cuando descubrió quién era la dentista. Chi Chi estaba impresionante, con un
vestido muy ceñido, al que sólo parecía sobrarle un botón.
La chica le contó que estaba muy preocupada porque su
situación en el país no estaba completamente legalizada, y si no lo arreglaba de una vez
por todas, tendría que marcharse apresuradamente y olvidar su nueva vida. Larry recordó
de pronto los documentos que recogió en el aeropuerto. Él no los necesitaba para nada y
le pareció correcto dárselos a ella, para que pudiera solucionar todos sus problemas.
Nunca había visto a nadie más contento, y en prueba de su
agradecimiento, Chi Chi le invitó a una sesión en el gimnasio que estaba justo debajo de
la clínica.
Aceptó encantado, y por si acaso se llevaba una sorpresa,
conectó discretamente la "Camcorder". Los numeritos gimnásticos que efectuaron
fueron como para batir cualquier récord, y quedaron debidamente registrados en la cinta
de vídeo.
Con el trabajo terminado, y sabiendo que eso le supondría
un ascenso seguro, se encaminó al aeropuerto, para tomar el vuelo de vuelta, después de
una llamada desde la consulta del dentista. Cuando se las prometía más felices, el vuelo
se vio interrumpido por un cambio brusco de rumbo.
En lugar de seguir rumbo Oeste, viraron bruscamente al Sur.
Pero al Sur de hacia abajo. El piloto había tenido una indisposición y el avión había
perdido el control cayendo bruscamente en picado. Por los altavoces, las azafatas pedían
alguien con conocimientos, y Larry una vez había leído una revista de aviación, así
que se presentó voluntario.
Después de tocar casi todos los botones y palancas que
tenía el avión, alguno conectó el piloto automático, y les libró de una catástrofe
segura. ¡Larry lo había conseguido!
La llegada a Los Ángeles fue apoteósica. El público le
aclamaba como a un héroe, e incluso el mismo presidente tuvo el detalle de llamarle por
teléfono y hasta invitarle a una cena en la Casa Blanca. Él no podría asistir, pero lo
haría en su lugar el Vicepresidente.
Larry esperaba encontrarse a mucha gente importante, pero
nunca a Patti. Verla le produjo tanta alegría como disgusto comprobar que le acompañaba
un petimetre que atendía por Desmond. Se abrazaron después del largo tiempo sin verse, y
se sentaron -ellos dos y Desmond- junto al vicepresidente.
En medio de la velada, el invitado que estaba junto a
Patti, -un gordo con cara de pocos amigos-, comenzó a tirarle los tejos. Le contó que a
la mañana siguiente asistiría al Congreso para votar a favor de una ley antipornografía
en los canales de televisión. Entre párrafo y párrafo silbaba una canción que a Patti
le resultaba familiar. Luego, intentó convencerla de que aceptara un puesto para el que
llevaba tiempo buscando a la mujer adecuada: Ser la azafata del programa " Los
Vídeos más sexies de America". Por último, el gordo le dijo a Patti que le llamase
"Julius", y eso fue la gota que colmó el vaso.
De pronto, Patti ató cabos y comprendió que el sujeto era
el hombre que la contrató para componer la música del LARRY IV, y que luego destruyó
las masters. Y que era el mismo Julius que estaba tras K-Rap y Rever Records. Su juego
consistía en crear un programa de máxima audiencia como el de los vídeos más sexies
que acaparara la atención del público. Promover después en el Congreso una ley contra
la relajación de costumbres que eliminara la pornografía de la televisión. A
continuación, comenzar a distribuirla clandestinamente, y obtener los beneficios que en
otro tiempo le supuso este negocio. De camino, fomentar el consumo de drogas mediante la
publicidad subliminal en discos.
Patti advirtió a Desmond de su descubrimiento, y cuando
iban a arrestar a Julius Bigg, éste sacó un arma del bolsillo y amenazó con matar a la
chica. Larry se lanzó valientemente en dirección contraria para proteger al
vicepresidente, y Patti resolvió la situación gracias al "cruzado mágico" que
le dieron en el F.B.I. Al final, todos contentos menos Desmond que tuvo que irse a
rellenar informes, dejando a Patti y a Larry rumbo a un prometedor fin de semana en Camp
Davis, con los gastos pagados por el Gobierno.
Hasta aquí llega la historia, amigos. Larry ha tenido por
fin oportunidad de demostrarle a Patti que vale tanto o más que el inspector Desmond.
Nosotros tendremos que esperar a Larry VI ¿para enterarnos de cómo queda definitivamente
la cosa.
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