Dracula unleashed
Tras la muerte de mi hermano en extrañas circunstancias y
las pesadillas que ésta me causó, me vi empujado por una extraña fuerza a desplazarme a
Londres para investigar los hechos que motivaron la muerte de Quincey. Nunca pensé que la
ayuda de un diario, donde anotaba cualquier dato de interés, del cual no me separé un
solo instante en esos cuatro malditos días, sería tan útil para poder contaros mi
experiencia.
En los primeros meses de mi estancia en Londres, un
influyente amigo de mi hermano, Arthur Holmwood, me ayudó a introducirme en la sociedad
inglesa. Así conocí a mi prometida, la Srta. Annisette Bowen. Cuando empezaba a perder
la confianza en mi habilidad para descubrir algo sobre la muerte de Quincey, los hechos se
sucedieron rápidamente. Pero empecemos por el principio.
PRIMER DÍA: COMIENZAN LOS ASESINATOS
En una agradable velada en Hades Club, se me notificó la
muerte del padre de mi prometida, Andrew Bowen. Me dirigí a casa de Annisette, a la que
encontré llorando desconsoladamente. El médico diagnosticó la muerte como un ataque al
corazón debido a un fuerte shock. El aspecto de Andrew era horrible; el rostro estaba
desencajado y tan blanco como el trozo de tela que encontré entre sus manos. Más tarde,
descubrí por la prensa la decapitación de un individuo y la ausencia de sangre en todo
su cuerpo. Charlando con el repartidor de periódicos, pude saber que la víctima fue
vista por última vez saliendo de un bar de no muy buena reputación, llamado Saucy Jack
Pub. Estos dos extraños hechos me incitaron a enviarle un telegrama a mi mentor, el Padre
Janos, para pedirle consejo.
En una de mis frecuentes visitas a la casa de los Holmwood,
pude enterarme de que la víctima asesinada era un cochero que llevaba un regalo a casa de
un tal Harker antes de que ocurriera la tragedia. Me dirigí a casa de los Harker y les di
las dos terribles noticias. Por cierto, me percaté de la predilección de Mrs. Harker por
las flores. Tomándome un pequeño respiro, me acerqué a Saucy Jack Pub. Uno de los
clientes me contó una historia de las Bloofer Ladies, espectros que se aparecían en
mitad de la noche y se llevaban niños y adultos. Intrigado por el tema, fui a una
librería cercana donde el encargado me amplió la información además de regalarme un
libro sobre estos fantasmas. Al abrirlo, vi una inscripción en la cual decía que el
libro perteneció al Dr. Seward, licenciado en psiquiatría. Me dirigí al manicomio. Una
vez allí, el ayudante del doctor me dijo que éste estaba muy ocupado y que le daría mi
tarjeta. Allí pude presenciar un incidente que me proporcionó otro objeto de gran
utilidad.
Con el regalo que Mrs. Holmwood tenía del cochero
asesinado, me dirigí a la oficina de Mr. Harker. Agradecido, me entregó un regalo para
Annisette: un crucifijo de plata. Agotado, fui a Hades Club y encontré que uno de los
miembros, Mr. Stravinsky, estaba totalmente borracho. Después le llevé la cruz a
Annisette a su casa, donde encontré a su mejor amiga, Juliet, que se comportó de una
manera un tanto extraña... Tras este ajetreado día, me fui a descansar.
Tal y como me indicó el ayudante del Dr. Seward, fui a
visitarlo de madrugada, donde me comentó la gran influencia que últimamente tenía la
luna sobre sus pacientes. De repente, dijo "como la última vez..." y su rostro
cambió de golpe. Me "invitó" a que me marchara, con la excusa de verme al día
siguiente después del desayuno. Luego, recibí un telegrama con la respuesta del Padre
Janos, acompañado de un paquete que contenía un cuchillo, pero sin ninguna explicación
concreta.
SEGUNDO DÍA: RESOLVER UNA LOCURA
Madrugué la mañana siguiente y fui a comprar el
periódico. Por él, me enteré de la hora del entierro de Andrew y de la dirección del
cementerio. Después me dirigí a casa de Annisette, donde encontré a Juliet muy rara. Me
habló de un sueño en el que aparecía el padre de mi prometida. Pero lo más preocupante
fue el mareo que sufrió después. Sin darle importancia, me marché al manicomio, a mi
cita con el Dr. Seward. Entramos en una celda en la cual un extraño personaje, un
demente, no paraba de pronunciar: "la sangre es la vida, la sangre es la
vida...". Al salir de la celda, al igual que la noche anterior, el Dr. Seward me dio
una tarjeta del Sr. Van Helsing. Suponiendo que éste me serviría de gran ayuda, mandé
dos telegramas: uno al Padre Janos para que me explicara algo más sobre el cuchillo que
recibí y otro a Van Helsing solicitando su colaboración.
Me acerqué al Hades Club, y Devlin, otro de los miembros,
me dio una extraña moneda. Charlando con él, denoté cierta enemistad con el propietario
de la librería, así que fui allí para comprar un libro con la esperanza de oír algo
más. Pero lo que sucedió fue que al sacar el dinero para pagar, se me cayó el pañuelo
que cogí de la manos de Andrew. Al verlo el librero me dio la dirección de la
Universidad para poder analizarlo. Por cierto, me hice un pequeño corte en un dedo que
puso bastante nervioso a Mr. Horner. Le enseñé al profesor Briancliffe de la Universidad
la moneda y el pañuelo y su respuesta fue desigual. Mientras que la moneda no le llamó
la atención, aunque me dijo provenía de Transilvania, el pañuelo sí le impactó.
Según un primer análisis, éste tendría más de cien años, así que se quedó con la
prenda para realizar otro análisis más a fondo. Fui a la oficina de los Harker a
preguntarle algo más sobre la muerte de mi hermano. Aunque no quería decirme nada,
cambió de opinión cuando le mostré un objeto que le impresionó. Por esto, me citó en
su casa esa noche. Me dirigí a casa de los Harker para hablar con Mina, y gracias a mi
habilidad y mi regalo me presentó a alguien en el funeral del día siguiente que me
ayudaría.
Fui a ver a mi gran amigo, Holmwood, donde me explicaron
las circunstancias de la muerte Quincey. Murió apuñalado con su propio cuchillo por unos
gitanos. Al anochecer volví a ir a casa de los Harker, tal y como acordamos. Allí me
presentaron a Mr. Van Helsing. Empezó a contarme una escalofriante historia: los vampiros
existen, y no sólo eso, Quincey consiguió matar a Drácula, pero a su vez fue asesinado
por los ayudantes del Príncipe de la Tinieblas. Estaba seguro de que un vampiro estaba
presente en las calles de Londres. Van Helsing indicó que Drácula podía haber atacado a
alguna otra muchacha. Le expliqué el extraño comportamiento de Juliet, por lo que nos
dirigimos a casa de Annisette.
Una vez allí, Van Helsing descubrió un horrible mordisco
en su cuello. Juliet preocupada por su estado, me dio una carta para su novio, Devlin. De
camino al Hades Club tuve un encuentro con una Bloofer Lady del que no hubiera salido vivo
de no ser por Van Helsing. Ya en el Hades Club, descubrí el amor que Devlin tenía hacia
Juliet, consiguiendo unas extrañas llaves. Suponiendo de dónde podían ser éstas, me
dirigí allí aprovechando que la noche me envolvía. Hice otro descubrimiento además de
obtener un antiguo manuscrito rumano. Tras un día tan agitado decidí descansar, aunque
el sueño no fue muy placentero por otra desagradable pesadilla.
TERCER DÍA: EL REGRESO DE DRÁCULA
Por la mañana, recogí otro telegrama del padre Janos que
confirmaba que el cuchillo era de mi hermano. Temprano fui a comprar el periódico y
anoté las noticias de interés. Después fui a visitar a Juliet. Me sorprendió verla
enferma y pálida. Tal y como estaba anunciado, fui al cementerio al entierro de Andrew.
Allí, Mrs. Harker me presentó a un sacerdote que me prometió enviarme algo que me
ayudaría. Tras el entierro, seguí a Van Helsing y al Dr. Seward hasta el manicomio.
Decidí entrar con un objeto utilizado allí con el que salvé la vida a Van Helsing.
Aterrorizado por lo ocurrido, éste se refugió en la bebida. Cuando lo encontré intenté
convencerle de que la única manera de vencer a Drácula era permanecer unidos. La verdad
es que no lo hubiera conseguido a no ser por un antiguo libro.
Para intentar descubrir su significado, fui a visitar al
Dr. Briancliffe a la Universidad. En un primer vistazo, habló de hechizos, de amuletos y
de la forma de resucitar a alguien. Se quedó investigando y me pidió que regresara más
tarde. Me dirigí a la librería para obtener información sobre vampiros, pero Mr. Horner
no quería ayudarme en este tema. Me acerqué por mi casa donde recogí los resultados de
los análisis del pañuelo: en efecto, tenía más de 125 años y presentaba unas manchas
de sangre recientes.
Después de visitar un par de lugares frecuentados por mis
amigos, fui a casa de los Harker, tal y como me indicó Van Helsing. Afirmó que Drácula
estaba de nuevo entre nosotros. El resto del grupo no daba crédito a sus oídos, pues
estaban presentes cuando mi hermano Quincey acabó con la vida del vampiro. Entonces les
hablé a todos del antiguo libro donde se explicaba la forma de volver a la vida por medio
del poder de un extraño amuleto. Esto hizo reconocer a todos la verdad: Drácula había
vuelto. Al salir tuve un horrible encuentro con Drácula; aún no entiendo cómo conocía
todos mis movimientos.
Como me indicó Van Helsing, fui a casa de Annisette para
pasar la noche vigilándolas. Sin explicación aparente, caí dormido. Al despertar
descubrí que Juliet había sido asesinada por el vampiro.
CUARTO DÍA: EL FINAL SE ACERCA
Al dirigirme a la oficina de los Harker descubrí que un
incendio se había producido en el manicomio. Allí encontré, entre los escombros del
fuego, dos valiosos objetos que me serían de gran ayuda. Fui a recoger el envío del
sacerdote a casa de los Harker, que resultó ser una gran y preciosa cruz. Ahora me
sentía un poco más seguro.
Ante la vital importancia que parecía tener el manuscrito
rumano, fui a la Universidad para traducirlo. Pero Drácula no estaba dispuesto a que
obtuviera esa valiosa información. Se ocupó del Dr. Briancliffe, dejándome a mí la
desgracia de descubrir su crimen. Luego, me dirigí al Hades Club, donde Devlin se
encontraba muy afectado por el funeral de Juliet. Una vez en el cementerio, se le vio
emocionado. Después nos reunimos en casa de Annisette, donde Van Helsing se atrevió a
decir lo que todos pensábamos: había que acabar con Juliet. Interesado por el estado de
Devlin, me acerqué por el Hades Club, pero no había nadie. Cuando estaba a punto de
marcharme, oí las voces de Devlin y de Horner que provenían de una pared. ¡Era una
habitación secreta ...!
Fui a mi casa a recoger dos telegramas: uno sobre el
manuscrito rumano y otro del Dr. Seward en el que me mandaba un dictáfono sobre la
última conversación con el demente Renfield antes de que muriera abrasado. Recordé
donde había visto un dictáfono y oí la grabación. En ella, Renfield repetía una y
otra vez: "la vida empieza después de la vida...". Tal y como quedamos, nos
reunimos en el cementerio para acabar con la vida de Juliet. Tuve que ser yo quien la
ejecutara. Después de esa horripilante experiencia, fui a ver a Annisette. Pero los
problemas no hicieron nada más que empezar. Drácula había mordido a mi prometida cuando
Holmwood y Seward dormían. Ante tantos problemas, fui al Saucy Jack Pub a buscar a Van
Helsing, donde encontré un objeto que me dio una nueva pista. Dos visitas de rutina a
casa de los Harker y de los Holmwood me dieron nuevas pistas, por lo que rápidamente me
dirigí a casa de Annisette. Allí tuve mi primer encuentro con Drácula en persona.
Desafiante, tras haber herido a Van Helsing, nos amenazó y desapareció en forma de lobo.
Tal y como me indicó Holmwood en su carta, fui a verlo a
casa, ocurriéndome un nuevo incidente. Pobre Regina... Sin perder un instante, fui a casa
de Harker, donde todos habíamos quedado. En mitad de la charla apareció Mina, que debía
estar cuidando a Annisette. Devlin la había engañado y había raptado a mi prometida.
Van Helsing, entre la vida y la muerte, balbuceó las siguientes palabras: "Holmwood
es el...". Estas palabras me hicieron unir todas las piezas del rompecabezas. Los
sospechosos eran Arthur Holmwood y Devlin. Decidí ir al lugar donde se reunían. Ante la
posibilidad de encontrarme con Drácula en una de sus múltiples formas, decidí entrar
con un objeto que salvaría mi vida y la de Annisette.
El final de Drácula es demasiado horrible como para
contarlo, incluso como para recordarlo. En vuestras manos está revivirlo o dejarlo
eternamente en el olvido.
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