Cruise for a Corpse
La historia comienza cuando una mañana de primavera, el
cartero deja una nota en mi apartamento de París. Una sorprendente invitación a un
crucero de placer a bordo del yate del millonario Niklos Karaboudjan. Aunque no conozco a
este señor personalmente, a mis oídos han llegado historias fabulosas sobre sus
riquezas.
A mí siempre me ha gustado vivir bien, así que tomo unos
días de vacaciones y acudo sin pensarlo a bordo del lujoso barco.
Soy alojado en uno de los camarotes, y cuando apenas he
tenido tiempo de deshacer el equipaje, el mayordomo del Sr. Niklos me llama alarmado.
Alguien ha asesinado a su patrón mientras estaba en su despacho.
Corremos a toda prisa y entramos en la escena del crimen.
El cuerpo está tendido con un puñal clavado en la espalda, y no hay ninguna duda: está
muerto. Cuando pretendo reconocer el cadáver, algo increíble sucede. Un golpe fortísimo
en la sien me manda al país de los sueños, del que no vuelvo hasta pasadas bastantes
horas.
Cuando despierto, lo primero que me asombra es no
encontrarme en una cama. Me han dejado tendido en el mismo sitio donde caí, y el cadáver
ya ha sido retirado del lugar en que lo vi.
Decido empezar lar pesquisas ordenadamente, informándome
de todo el personal que se encuentra a bordo.
EL MISTERIO ESTÁ SERVIDO
Todos los personajes invitados al crucero, excepto yo
mismo, pueden haber cometido el brutal asesinato. No cabe duda de que la investigación
promete ser interesante.
Vuelvo a la escena del crimen para dar un vistazo más
atento, y lo único que encuentro es una nota arrugada en el suelo, que dice:
"Debemos resolver este problema. Encuéntrame esta noche a las 8 pm en el bar. Es un
asunto de vida o muerte." Como firma, sólo aparece una letra "F".
En el bar, el camarero recuerda bien que la noche antes, el
padre Fabiani llegó y al poco rato lo hizo el Sr. Niklos. Aunque hablaron casi en
susurros, el sacerdote parecía estar muy enfadado.
El barman además me entrega un libro de oraciones que
Fabiani dejó olvidado sobre la mesa. Al ojearlo, una carta viene a mis manos. En un tono
serio de advertencia, el Obispo recrimina al sacerdote lo escandaloso de su proceder y le
advierte que se tomarán severas medidas contra él si continúa por ese camino.
Al parecer, el primer sospechoso es el cura y habrá que
hacerle una visita, pero antes, decido dar una vuelta para ir conociendo a los personajes.
Junto al bar, está la sala de fumadores, donde Tom me
cuenta algo de su vida. En la cubierta principal, Suzanne me dice también algo sobre sí
misma. A continuación me dirijo al camarote de Daphne, y la sorprendo discutiendo con
Julio. El chico es muy amable y me cuenta que la pobre está nerviosa desde el terrible
suceso. Me informa de sus pretensiones serias para con la chica.
Ya son las nueve menos diez, y considero que es buena hora
para interrumpir al sacerdote en sus oraciones. No le encuentro en su camarote, así que
aprovecho para efectuar un pequeño registro. En él sólo encuentro algo que me llama la
atención. En una pequeña maleta, que sin duda pertenece al cura, hay una ruleta, cartas,
dados y todos los artilugios imaginables para montar un casino. Parece más el equipaje de
un tahúr que el de un religioso.
Encuentro a Fabiani finalmente en el comedor, donde
compruebo que la gula también parece haber hecho mella en este siervo de Dios. Ya sabe
que el camarero encontró su libro de oraciones, por lo que se lo entrego, sin mencionar
para nada la carta. Por el momento. Según él es muy buen amigo de la familia.
Me dirijo al bar, donde encuentro a Suzanne. Comprendo
ahora el aturdimiento que parecía poseer, y que yo achacaba a su estado de ánimo. Le
pregunto algo sobre Julio, y me cuenta que aparte de gastar el dinero de sus padres, se
dedica a participar en carreras de coches y a aumentar sus hazañas cada vez que las
cuenta. En la sala de fumadores ya no hay nadie, pero justo debajo del sillón que ocupaba
Tom encuentro un papel doblado. Es la factura por la compra de un Brazalete de Diamantes
de Cartier, por un valor de 3.OOO dólares.
Parece que las cosas con Tom tampoco andan nada claras,
así que voy a verle. Le encuentro en su habitación, y le pregunto sobre Suzanne. Para
él es la típica metomentodo, que anda siempre con chismorreos infundados. Además, se
encuentra a bordo gracias a su amistad con el Padre Fabiani, que insistió en su nombre
ante Niklos.
Hablamos sobre la maleta del cura, y me aclara que el juego
es para él una enfermedad, llegando a veces a perder grandes cantidades de dinero.
Busco a Julio en su camarote, y hablo con él acerca de la
amistad entre Suzanne y Fabiani. Según cree, durante algún tiempo se les vio bastante
juntos. Tanto es así, que si no hubiese una sotana de por medio, podría haberse pensado
que había entre ellos algo más que amistad. Según dicen, Suzanne está en tratamiento
médico, y el padre es el encargado de cuidarla. Él fue quien insistió para que pudiese
venir.
Comienza a intrigarme la trama alrededor de Suzanne, así
que voy de nuevo al comedor, e interrogo a Fabiani. Al preguntarle sobre el porqué de su
insistencia para que Suzanne viniese, alega que sólo es una amiga, y que ella tenía
muchas ganas de acompañarlos en este viaje. Le costó convencer a Niklos, pues éste no
parecía sintonizar muy bien con Suzanne. Al parecer, es la única capaz de enfrentarse a
él abiertamente, tal como pasó ayer cuando Fabiani se dirigía a su camarote y les oyó
discutir.
BÚSQUEDA DE DATOS
El calor empieza a apretar, por lo que voy al camarote a
asearme. En el suelo, aunque antes no había nada, encuentro una pequeña llave sobre la
alfombra. Haciendo memoria, recuerdo un sitio donde una puerta del escritorio estaba
cerrada con llave. Voy allí, y al abrir me encuentro con un hermoso collar de Cartier que
parece ser el de la factura de Tom.
Inspeccionándolo con atención, encuentro las iniciales
"R.V.J.". Junto al brazalete, una carta de agradecimiento firmada por Fabiani y
dirigida a Niklos por el generoso gesto del pasado domingo para con su parroquia.
Mi atención vuelve sobre el padre, y lo busco donde suele
estar siempre. Como no está, rebusco por todas partes hasta encontrar en un cajón unas
invitaciones de boda. Son para la boda de Julio Esperanza y Daphne, y las firman Niklos
Karaboudjan y Rebeca Vivian Jones. ( R.V.J.).
El sospechoso sigue sin definirse. Doy una vuelta por
cubierta y sorprendo una escena que ya casi me imaginaba: Tom y Rebeca muy acaramelados.
Sigo con mis registros y en la lavandería encuentro en una
cesta una bata con las iniciales D.K. que parece pertenecer a Daphne. En uno de los
bolsillos, un hermoso collar con una foto dentro de una señora que no conozco, me aporta
un nuevo enigma.
Volviendo a cubierta localizo a Dick, con quien aún no he
hablado. Le pregunto sobre él mismo y me cuenta su desgraciada vida. Creció entre la
calle y un orfanato, pasando por la legión extranjera. Reconoce el medallón como
perteneciente a Daphne, a quien se lo regaló una tía-abuela suya llamada Agnes.
Como abogado de la familia, Tom podrá sin duda darme más
datos sobre esta tía misteriosa, así que pongo rumbo a la sala de fumadores. Me aclara
que fue la tía de Niklos, reconociendo el medallón como el entregado por ella a Daphne
el día que cumplió 18 años.
Este nuevo personaje parece tener una fuerza que me atrae y
me propongo saber todo lo posible sobre ella. Pero antes necesito aclarar lo de la nota de
agradecimiento que estaba junto al brazalete. El remitente de la misma, Fabiani me aclara
que en ella alude al generoso donativo que el difunto entregó para la reparación de la
torre del campanario, que fue destruida el pasado invierno por un rayo.
Como no quedo muy convencido, busco otra versión del
asunto. Julio confirma lo del rayo, y también que el Padre organizó unas actividades
benéficas en las que trabajaron todos mucho. Fabiani se veía muy feliz pues seguro que
recaudaron una gran cantidad de dinero.
La persona más adecuada para contarme algo sobre Agnes
parece ser Suzanne, como vieja amiga de la familia, así que voy a su camarote. Como viene
siendo habitual, la encuentro bebida y aprovecho para registrar la habitación. En su
armario, dentro del bolso de cosméticos aparece una extraña receta médica. La mujer no
está muy elocuente, así que decido buscar algo con que soltar su lengua. Recojo una
botella y un vaso del bar y la busco de nuevo, pues ahora está tomando el fresquito en su
lugar habitual para ello. La invito a un trago y me cuenta que se trata de una vieja
receta de una medicina para Agnes. La pobre anciana vivió sus últimos meses de vida muy
enferma.
TRAS LOS PASOS DEL MAYORDOMO
Pese a que pueda parecer un tópico, aún no había
interrogado a Héctor, el asistente personal de Niklos. Le encuentro haciendo pesas y le
pregunto qué puede contarme sobre la tía Agnes. Según él, la anciana estaba muy
enferma y el patrón le propuso que viniese a vivir con él. Pese a las innumerables
atenciones que recibía, la pobre señora sucumbió a su enfermedad. El Sr. Niklos sufrió
mucho con esta muerte.
Empieza a parecerme sospechosa la muerte de la anciana, y
busco los motivos que alguien pudiera tener para beneficiarse de ello. Tom me dice que
Agnes era enormemente rica, pero que su testamento fue bastante sorprendente, aunque no
puede darme más detalles. Recapacito y concluyo en que quien más puede decirme sobre el
tema es Fabiani.
Cuando le encuentro, me aclara que Agnes dejó casi toda su
fortuna a un hijo ilegítimo que tenía. Un pequeño resto fue para Daphne, su querida
sobrina-nieta.
Este hijo desconocido fue un error de juventud. Tomaba
lecciones de piano y se enamoró de su profesor. Cuando quedó embarazada, el padre de
Agnes lanzó al joven a la calle y encerró a su hija. Lo peor vino cuando nació la
criatura, pues fue colocada en un orfanato y Agnes, enferma de tristeza, se encerró en un
convento.
Después de esta triste historia, su hijo creció sin que
llegásemos a saber nada de él, hasta hace unos meses, cuando el testamento volvió a
sacarlo a la luz. Su nombre es Dick Schmock.
Aturdido por esta historia, salgo a tomar un poco el
fresco, y al pasar junto al camarote de Rebeca, veo a través del ojo de buey una escena
en la que ella habla violentamente con alguien. Está claro que se refiere a Dick y a su
intromisión para cobrar la herencia que ella suponía suya. Profiere hasta amenazas de
muerte. Luego, calla al intuir mi presencia.
Una nueva búsqueda en el camarote de Suzanne me hace
descubrir entre la ropa sucia un sobre, dentro del cual, un recorte de periódico de hace
unos años relata el accidente de coche que costó la vida a una joven conductora. Su
esposo, el Sr. Karaboudjan va a iniciar acciones legales contra el fabricante del
vehículo. ¡Niklos había estado casado antes!
No sé a qué atribuirlo, pero he comprobado que pese a que
mis registros suelen ser muy minuciosos, encuentro algunas cosas que al principio no
parecían estar allí. En esta onda, vuelvo a la habitación de Fabiani y aparece en el
armario un reloj de bolsillo de aspecto bastante valioso. Al salir encuentro a Julio y se
lo muestro. Me dice que pertenecía a Fabiani hasta que en una de las últimas partidas de
póker lo perdió ante Niklos junto con una gran cantidad de dinero. ¿Cómo lo había yo
encontrado entonces de nuevo en poder del sacerdote?
UN NUEVO PERSONAJE SE UNE AL BAILE
Intentando relacionar todos los acontecimientos, mis pies
me llevan de nuevo a la cubierta superior, a la busca de un poco de aire fresco. Encuentro
allí a Rose, la mujer de Tom. Charlando con ella descubro que considera a su marido como
un hombre educado y atento, imagen muy alejada de la que yo me había formado. Localizo a
Rebeca para poner en claro lo del recorte del accidente. Ella me dice que es la segunda
esposa de Niklos.
Daphne me habla sobre la pena que le da Rose, pues no
parece feliz casada, después del gran disgusto que atravesó. Como no me da más datos
sobre cuál fue el disgusto, busco a Suzanne, quien ante un vaso de vino me dice poco más
del asunto. Finalmente, termino frente a Fabiani, que suele conocer cada historia triste
al detalle.
Ante un buen plato de comida, me explica que antes de
casarse con Tom, Rose estuvo prometida a un joven llamado Raphael Lambert. Sólo unos
días después de anunciarse su compromiso, Raphael fue encontrado en un hotel muy bebido
y en compañía de una joven de mala reputación. Se armó un gran escándalo y el padre
de Rose, el abogado Melville, se libró del canalla. Nadie le ha visto desde entonces,
pero la pobre Rose no lo ha superado.
Julio es uno de los que, en caso de casarse, se
beneficiarían de la muerte de Niklos, así que le interrogó sobre esta muerte. Nos dice
que ha sido un terrible golpe para Daphne. Él está abatido porque Niklos siempre le
trató muy bien. Además era toda la familia de Daphne, pues Rebeca no deja de ser una
madrastra, y parece esforzarse en serlo. Fabiani me habla sobre las relaciones entre la
chica y Rebeca, que en realidad no existen, pues ambas se ignoran. Daphne no toleraría
por mucho tiempo el carácter de Rebeca, pues ésta es ambiciosa y arrogante. Es lo más
opuesto a la primera esposa de Niklos, una mujer tranquila y amable.
Intrigado sobre esta mujer, busco a Héctor, que me habla
de que Mercedes fue una hermosa mujer. El señor aún no había superado la desgracia que
supuso que se matase con el coche que le había regalado por su aniversario. Le interrogo
sobre la famosa partida de póker y a regañadientes me cuenta que Fabiani lo perdió todo
y volvió al día siguiente fuera de sí. Exigió a Niklos que le devolviese todo, pero
éste se negó señalando que lo había ganado legalmente. El padre se fue ciego de rabia.
APARECE ALGÚN ARMA
Quería hablar más con Rose y subo de nuevo a cubierta. Se
había ido, pero encuentro su bolso de tejer. Miro un poco dentro de él y salta a mi
vista un anuncio de venta de pistolas. Me sorprende con las manos en la masa, y hablamos
sobre el asunto. Se excusa diciendo que busca un regalo para Tom, que colecciona armas. No
la creo del todo, y me acerco al camarote de los Logan, buscando a fondo en él.
Entre las sábanas del armario, una nota me hace ver nuevos
rumbos en toda la trama. Dice así: "Señora: Mi nombre no le dirá nada, sin
embargo, nuestros destinos están unidos. Comprenderá usted por qué. Un día, un hombre
me ofreció mucho dinero por acompañar a uno de sus amigos. Lo seguí sin sospechar y
descubrí que el joven con el que tenía que pasar un buen rato era muy guapo. Cuando
llegué ya estaba bebido, así que continuamos juntos la fiesta. A la mañana siguiente,
el mismo hombre que me había contratado vino con dos policías y llamó al pobre Raphael
de todo, insultándole y armando un fuerte escándalo. Me di cuenta de que algo raro
pasaba, así que salí huyendo. Hasta unos días más tarde no supe que Raphael había
dejado el pueblo perseguido por su futuro suegro, y que había estado prometido a usted.
Ahora que sabe la verdad, espero que me perdone por todo el daño que haya podido hacerle.
Lola. P.D. El hombre que vino a verme se llamaba a sí mismo Karaboudjan."
Pienso que quizás Sue no buscaba la pistola para un
regalo. De todas formas, aún es pronto para decidir.
En la cubierta superior, un accidente tiene lugar. Suzanne
estaba apoyada en la barandilla, y ésta ha cedido, lanzándola al mar. Mientras unos
marineros la rescatan, me doy cuenta de que hay evidencias para suponer que la cosa ha
sido intencionada.
Suzanne piensa que alguien quiere asesinarla, pero la
única persona de quien desconfiaba está muerta. Me enseña una carta de Agnes que la
puso sobre aviso, pues cuenta que la medicina que su sobrino le da cada día parece ser la
causa de su empeoramiento. Suzanne está segura de que Niklos pretendía controlar la
fortuna de cerca pues se consideraba único heredero.
Suzanne me pide que le traiga su caja de cosméticos para
arreglarse tras el remojón, y por mi cuenta voy a buscarle algo de ropa seca. Una nueva
vuelta por la lavandería me hace encontrar dentro de un jarrón una llave.
En la habitación de Suzanne lo encuentro todo revuelto.
Alguien ha estado allí buscando. Lo único que ha quedado sano es una pequeña caja de
música. Casualmente, la llave que he encontrado ajusta para hacerla sonar. Sujeto a la
bailarina con los dedos y al dar más cuerda, un mecanismo interior expulsa un cajón
secreto, donde hay un papel con una nota: "Niklos, he hecho el trabajito que me
pediste. Vendré esta noche para recoger mi pago. Te lo advierto, ningún truco o lo
lamentarás. Tú sabes quién."
Busco a Suzanne por si puede decirme algo, pero un
escándalo atrae mi atención. Rebeca amenaza a Nick con un revólver y parece dispuesta a
disparar.
Entonces interviene Daphne lanzando su bolso con puntería.
Después del revuelo, recojo el bolso y lo llevo a su propietaria. Daphne me cuenta que su
padre y su madrastra habían planeado matar a su tía Agnes para quedarse con la fortuna.
Sin embargo, ambos se quedaron perplejos ante el testamento.
CADA UNO SACA SUS CONCLUSIONES
Cuando comienzo a atar cabos, parece que todo el mundo hace
lo mismo, pues paseando por cubierta me llaman para contarme sus versiones, que añaden
nuevos datos a mi propio puzzle.
Para Rebeca, el asesino fue Rose, porque la jugada que
prepararon a Raphael Lambert fue realizada por Niklos, por encargo de Melville.
Para Daphne, lo hizo Fabiani. Este había cogido mucho
dinero del de las obras benéficas, y lo perdió al póker con Niklos. Después de la
partida, fue a su casa y amenazó de muerte a su padre si no le devolvía el dinero.
Para Rose lo hicieron entre su marido y Rebeca. Sabía lo
de ellos hacía tiempo y la noche antes les había visto juntos arrojando algo al mar.
Para Fabiani, lo hizo Suzanne, quien estaba convencida de
que Niklos había matado a Agnes, y había insistido en ir a bordo para vengarse.
Por mi parte, necesito saber más sobre la relación entre
Tom y Rebeca, así que busco a Suzanne en el bar que me confirma que hay algo entre la
pareja.
Dick se encuentra junto a la sirena de las escaleras de
subida a cubierta, y hablo con él del mismo tema. Me cuenta que los vio ayer hablando en
susurros, y que Tom llevaba un gran cuchillo.
Cuando me retiro a mi habitación en busca de tranquilidad,
encuentro un sobre en el suelo. Lo abro y compruebo que es una nota de Héctor que me pide
que me dirija aprisa a su camarote. Lo hago sin comentar nada de esto con nadie, pues
presiento que el asesino puede empezar a sentirse acorralado. Cuando llego, lo encuentro
moribundo y entre balbuceos me dice unas pocas palabras: "el cadáver... Niklos.. No
era....el asesino es...." y pasa a mejor vida.
La única habitación que me queda por visitar en el barco
es la cocina, donde una señora gorda se ha empeñado en no dejarme entrar. Decido hacerlo
y echar un vistazo, y me la encuentro vacía. Cojo un abrelatas de encima de un mueble, y
manipulo una especie de trampilla en el suelo, que resulta ser un montacargas.
Con él bajo a una habitación inferior, que debe estar
más o menos sobre la habitación cerrada con tablas claveteadas junto al despacho de
Niklos.
En el sótano encuentro muchas cajas y barriles apilados.
Junto a una de las cajas hay una barra de hierro que cojo. La utilizo con una tabla del
suelo que parece haber sido manipulada, y encuentro una película. Luego abro una de las
cajas y veo que está llena de latas. Ayudado por el abrelatas de la cocina abro una de
ellas, encontrando dentro una especie de granada en lugar del anuncio sobre carne de
cangrejo que lleva en el exterior.
En la sala de máquinas recojo un destornillador y me
encamino a ver qué se oculta en la película. Hay un proyector en la habitación de
fumadores junto al bar. Coloco en él la película y compruebo que en el interior todas
las lámparas funcionan. Vuelvo a cerrar y a dar al interruptor; ante mí se proyectan
imágenes que comienzan a perfilar en mi mente quién puede ser el culpable. Veo a Dick y
a Karaboudjan con un muñeco de ventrílocuo y fotografiándose juntos con una mujer. Los
dos están más jóvenes y tienen entre sí un extraño parecido.
Cuando paso por la sirena para subir al puente, Daphne me
da una nota de Suzanne que me dice que ya sabe quién es el asesino, y que quiere verme.
Por desgracia, cuando llego, el asesino parece haberse adelantado. Con las uñas, ha
marcado en la madera las iniciales "N.K."
Subo a dar parte al capitán del asesinato y encuentro en
su habitación un extraño Manual Técnico de Karaboudjan. Echo un vistazo y encuentro una
página donde aparece un mapa de la nave, y una palabra "INCAL", situada junto
al despacho de Niklos.
Me dirijo allí, comprobando sobre el terreno que en una
estantería existen libros similares al que yo llevo. Además, en el lomo de todos ellos,
incluso en el que yo traigo, hay una letra. Juntas forman la palabra Incal, así que los
ordeno, situando cada libro en su lugar, y sobre los resortes que están ocultos bajo los
libros.
ÚLTIMAS PIEZAS DEL PUZZLE
Me quedo atónito al ver que se abre un pasaje secreto en
la pared. Cuando decido entrar, un tipo sale entre la oscuridad y comienza a amenazarme,
mientras me habla como si yo fuese Karaboudjan.
Después de una dura pelea, consigo tumbarle. Al
registrarle, encuentro en su bolsillo una especie de contrato de la Mafia a nombre de
Karaboudjan. En las paredes de la habitación, varios pósters que me recuerdan a la
película, y un muñeco que me resulta muy familiar.
Daphne está en la sala de fumadores, y es la persona a
quien más podría impactarle la prueba que quiero realizar. Voy junto a ella, y le
enseño el muñeco. El efecto es inmediato. A su memoria viene un extraño sueño que
nunca reveló a nadie. "Era una noche de tormenta, y pese al ruido de los rayos, oí
algo así como una discusión: "Dimitri, no seas loco...." Luego una voz
extraña habló de una nueva vida juntos. Mi padre yacía tendido en el suelo, y cuando
comprendí que estaba muerto, corrí a mi habitación. Cuando desperté sabía que algo
iba mal, pero mi padre se encontraba bien y lo olvidé todo. Sin embargo, por razones que
no entiendo, comenzó a ser frío conmigo desde ese día. Al poco tiempo, fui internada en
un colegio.
Con estas últimas notas estoy en disposición de saber
quién es el culpable, pero decido hacerlo como es debido, así que le pido al capitán
que reúna a los invitados. Hago un resumen de las pesquisas, y al final me decido a
señalar al culpable: "¡Sr.Dick Schmocks, usted es el asesino! ¿O debo llamarle
Dimitri Ostrovitch?" Dick se ve descubierto, y decide confesar en público,
contándome todos los pormenores de la trama.
MISTERIO AL DESCUBIERTO
Todo comenzó con nuestro asesino en un momento triunfal de
su carrera como actor. Por aquellos días, una joven seguidora incondicional de sus
actuaciones fue a verle. Fue un flechazo instantáneo. En poco tiempo terminaron siendo
amantes. El problema surgió cuando ella le confesó que estaba casada. Mercedes era la
mujer de un rico millonario llamado Niklos Karaboudjan y no lo dejaría tan fácilmente.
Al poco tiempo, los amantes planearon la forma de quitar de en medio al marido.
Dado el parecido entre los dos y la habilidad del artista
para disfrazarse y hacer imitaciones, Dimitri cometió el asesinato, y le suplantó. Nadie
echó de menos al actor, y la única que podía plantear algún problema era Daphne, por
lo que pronto fue internada en un colegio. Se mudaron a otra ciudad, y Dimitri comenzó a
saborear la dulzura del dinero.
Pero la felicidad no dura eternamente. Pasado poco más de
un año, el actor descubre que Mercedes tenía otro amante, y ciego de rabia decide
matarla. Le encarga el trabajo a un criminal llamado Héctor. Desaparecida la esposa
infiel, toma el papel de marido afligido y se dedica a dilapidar su fortuna. Llega un
momento en que el dinero se acaba, y empiezan a aparecer acreedores.
Cuando todo va a reventar, Dimitri descubre que Niklos
tenía una vieja tía acaudalada llamada Agnes. Prepara un nuevo plan que consiste en
traer a la anciana que vive sola, a vivir con él. Una vez en casa, comienza a tratarla
disimuladamente con productos venenosos, queriendo acelerar el cobro de la herencia, de la
que se cree único heredero. Sin embargo, cuando Agnes muere, aparece un hijo ilegítimo
que va a disputar a Dimitri su herencia.
El cerebro de un asesino no tiene límites, así que
organiza un crucero al que invita a varias personas, empezando por el desconocido Dick, y
terminando por un policía que diese credibilidad a las historias vividas en el barco.
Cuando Héctor me avisa y voy a ver el cadáver, el muerto
no es otro que el auténtico Dick, y Niklos Karaboudjan sólo tiene que perder el
maquillaje y el disfraz que durante tantos años ha llevado, para pasar a ser Dick ante
gente que nunca le había visto. Luego, se dedica a lanzar pistas falsas que acusen a los
invitados, en colaboración con Héctor. Todo hubiese ido bien si Suzanne no hubiese
descubierto el juego, lo que le obligó a matarla, y si Héctor no hubiera sido tan
codicioso, pues cada vez pedía más por su silencio.
Y hasta aquí la historia. A mí todo esto me sirvió para
aficionarme al Bourbon, y dejar mi trabajo de poli. El resto de los personajes tomó cada
uno un rumbo distinto. El único sin rumbo fue Dimitri Ostrovitch, que tras el juicio, fue
condenado a cadena perpetua.
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