Hace varios años que Antonio Banderas había manifestado su
deseo de dirigir. La culpable de que haya dado por fin este paso, es su mujer
Melanie Griffith, que un día le llevó la novela de Mark Childress Locos en
Alabama sugiriéndole que podía ser adecuada para su debut detrás de la
cámara. La película es una comedia dramática que había de la
pesadilla del sueño americano. Ambientada en 1965 en el profundo sur de Estados
Unidos, muestra a un nuño de un pueblecito de Alabama a punto de aprender
nuevos puntos de vista sobre temas como la libertad del individuo, los derechos
de la mujer y los prejuicios raciales. el catalizador de este aprendizaje será
su atractiva y excéntrica tía Lucille, que, harta de los malos tratos
recibidos continuamente de su marido, le envenena, le corta la cabeza y se
marcha con ella metida en una caja a Hollywood, para hacer realidad su sueño de
trabajar como actriz en la serie Embrujada.
/La película, que protagonizan Melanie Griffith como Lucille y
Lucas Black (el niño de El otro lado de la vida) como su sobrino Peejoe,
sigue a ambos personajes, cuyos caminos se separan y sólo vuelven a encontrarse
al final. El viaje de Lucille camino de Hollywood es la típica road movie
en la que la protagonista, buscada por la policía, se va cruzando con
personajes de lo más dispar. Por otro lado, la historia de Peejoe, que
permanece en Alabama, es la historia del aprendizaje de un niño a punto de
convertirse en adolescente y ampliar sus horizontes sobre lo que significa la
vida.
Mezcla de géneros
El actor ha explicado tras presentar la película en el
Festival de San Sebastián que no tuvo demasiada dificultad en unir las dos
líneas de la película, que vienen marcadas por ambos personajes, y que lo que
más le interesó es que toca temas muy universales y que siguen siendo
actuales, como el racismo o los malos tratos a las mujeres.
Para él trata de un collage muy ecléctico, que va
evolucionando de comedia negra a comedia sentimental, a thriller, y a
drama muy emotivo, todo ello con el telón de fondo de la lucha de la población
negra por los derechos civiles, algo que marcó la vida americana de los
primeros años 60.
Antonio banderas no interpreta ningún personaje, reservando
todas sus energías para la dirección, aunque, como actor que es, ha cuidado
mucho el reparto del filme y las interpretaciones de todo el elenco. Junto a
Melanie Griffith (que asegura que esta es la mejor película que haya hecho
nunca) y Lucas Black, intervienen también Cathy Moriarty (a la que Banderas ya
conocía de Los reyes del mambo), David Morse (el padre de Jodie Foster
en Contact), el rockero Meat Loaf, Rod Steiger (un atípico y divertido
juez), Robert Wagner, Elizabeth Perkins y John Beasley.
Profundo sur
Antonio banderas muestra una visión muy especial del profundo
sur norteamericano. Sus ojos de extranjero hacen que se fije y muestre pequeños
detalles que a un director norteamericano le pasarían más desapercibidos.
También ha acentuado más los aspectos del relato que muestran la lucha por las
conquistas de unas libertades que otros directores, por obvias, no enfatizarían
tanto.
Pese a que la acción sucede entre Alabama y Los Angeles,
Antonio Banderas escogió la ciudad de Houma, en el estado de Louisiana,
próxima a Nueva Orleans, para ambientar el pueblecito imaginario de la
Louisiana de los sesenta de donde parte la historia. Tenía unos exteriores
adecuados y además una luz que Antonio compara con las pinturas de Renoir. Los
interiores se rodaron en decorados de Hollywood.
Antonio
Banderas paso a paso |
De promesa teatral...
José Antonio Domínguez Banderas (Málaga, 1960),
tras estudiar Arte Dramático, se inició como actor teatral en Historia
de los Tarantos y La hija del aire. Debutó en cine en Laberinto
de pasiones (1982), de Almodóvar, pero su trabajo más reputado en
la época fue el montaje teatral Eduardo II (1985). |
...a "chico
Almodóvar"
Tras varios papeles secundarios, sus primeros éxitos
relevantes en cine llegan también en 1985 con La corte del faraón
y Matador, con la que inició el asalto definitivo a la fama y su
colaboración continuada con Almodóvar. La ley del deseo (1987),
Mujeres al borde de... (1998) y Átame (1989), a la que
pertenece la foto. |
De emigrante en Hollywood...
El éxito de las películas de Almodóvar en Estados
Unidos le valió la llamada de Hollywood. Tras debutar en el cine
americano en En los reyes del mambo (1991), emprendió una lenta
pero continua ascensión con Philadelphia (1993), La casa de
los espíritus (1994), Entrevista con el vampiro (1994) y Desesperado
(1995). |
...a estrella de acción
La creciente importancia de sus papeles le ha ido
asentando en el firmamento hollywoodense, gracias, sobre todo, a
superproducciones como Evita (1996) y el filme de aventuras La
máscara del Zorro (1998), que le ha consagrado como estrella y
héroe de acción (género que ya había probado en Desesperado y
Asesinos). |
De director
independiente...
Junto a su ascenso al estrellado, ha mantenido una
estrecha relación con el cine independiente, colaborando con el
círculo de Tarantino y Robert Rodríguez (Desesperado, Four
Rooms). En esa línea se sitúa su debut como director con Locos
en Alabama. También ha debutado como productor en White river
kid y The Sparrow. |
...a rey del "couché"
Desde sus inicios ha sido objetivo predilecto para la
prensa del corazón, pero más aún desde su aparición en el documental
En la cama con Madonna (1991) y, sobre todo, tras su romance y
matrimonio con Melanie Griffith, a la que conoció en el rodaje de Tow
Much y por la que abandonó a su primera esposa Ana Leza. |
Crítica
Olvidémonos por un momento de quién es el autor de esta
película, cuyo nombre no citaré en este comentario. Locos en Alabama es, en
primer lugar, un relato divertido sobre una situación dramática que atañe por
desgracia a muchas mujeres y en todas las latitudes. La protagonista, harta de
sufrir desprecios, engaños y malos tratos y repentinamente convertida en
heroína de gore, antes de que la película empiece liquida a su marido, le
corta la cabeza, la guarda a buen recaudo en una sombrerera y emprende el camino
a Hollywood dispuesta a convertirse en estrella invitada de la serie Embruajada.
Porque estamos en los años 60 y concretamente en el Estado de Alabama, en donde
las luchas por los derechos humanos de los negros empiezan a tomar cuerpo.
Y mientras, Melanie Griffith en clave de comedia loca y de
cuento de hadas, atraviesa las carreteras al habla con el espíritu de su marido
decapitado, su sobrino, un adolescente sensible y fascinado con la extraña
aventura de su tía asesina, vive en clave resaliste un hecho trágico de la
segregación racista. Este muchacho, testigo de una injusticia y víctima de un
estúpido accidente, se ve forzado a compaginar la reflexión sobre la realidad
de su entorno con las fugas al a fantasía que propicia la soñada personalidad
de la tía fugitiva, con quien mantiene una relación telefónica y otra, fruto
de su imaginación disparatada.
Estamos ante una magnífica primera película. Original,
inteligente y ambiciosa. El director, que podía haber elegido tanto un relato
más sencillo y directo como un film a la moda, se ha decidido por un guión de
estructura muy peculiar que le obliga en su desarrollo al continuo cambio de
tono, de género e incluso de estilos. Se trata de una película de indiscutible
postmodernidad, concebida como un pastiche de muchas otras revisitadas con una
mirada nuevo, bienhumorada y mejor intencionada.
Un film profundamente cívico, rodado con convicción y
sinceridad, que pisa todos los charcos sin siquiera salpicarse, y que obtiene
resultados tan estimulantes como convincentes. Se recurre en ella al slapstick
y a la road movie, a tomas ralentizadas y a la estética del videoclip, a
Lubitsch y a Arthur Penn, al viejo espíritu del Sur y a la concepción clásica
de la puesta en escena. Todo ello resulto con la sabiduría de alguien que tiene
muy claro lo que quiere transmitir y el punto de vista que debe utilizar en cada
momento para conseguirlo. El lema de este debutante parece ser:
"complícate la vida si quieres ser sencillo".
Basándose en una novela de Mark Childress, adaptada por el
propio autor, el director consigue un sagaz retrato de personajes, algunos de
los cuales están descritos en una breve pincelada, como la gritona cuñada de
Melanie Griffith, estupendamente caracterizada por Cathy Moriarty, un personaje
casi esperpéntico que confraterniza en la misma escena con su marido, el
excelente David Morse, visto por el contrario con la complejidad que requiere el
realismo más estricto, o a la actriz que interpreta Elsiabeth Perkins,
concebida como personaje de una alta comedia de elipsis y equívocos. En el
segmento final de la historia, la película se lanza con valentía hacia el
absurdo y, a la estupenda secuencia en el Golden Gate sucede el giro genial que
un impagable Rod Steiger imprime a toda la película.
/Género: Comedia dramática
Director: Antonio Banderas
Intérpretes: Melanie Griffith, Luchas Black y Cathy
Moriarty
Guión: Mark Childress
Distribución: Columbia
Nacionalidad: EE.UU.
Año: 1999
Duración: 1 h. 48 m. |
Melanie Griffith
Hija de actriz
Nacida en 1961 en Los Angeles, vivió toda su infancia
marcada por ser la hija de Tippi Hedren, la protagonista de las películas
de Alfred Hitchcock Los pájaros y Marnie, la ladrona,
visitando tan frecuentemente los rodajes que Hitchcok la regaló una vez
una muñeca con el rostro de su madre.
Actriz
Aunque de pequeña no quería ser actriz, acabó siendo
la tradición familiar. Su primera película fue La noche se mueve,
de Arthur Penn, aunque la que la lanzó a la fama fue Algo salvaje.
Otros de sus títulos destacados son Armas de mujer, Lunes
tormentoso, Un lugar llamado Milagro y Two Match
Esposa de actores
Tras una juventud marcada por el alcohol y un turbulento
matrimonio con el actor Don Johnson, con el que tiene dos hijos, se casó
con Antonio Banderas, con el que tiene una hija, Estela del Carmen, que
aparece brevemente en el último plano de Locos en Alabama. |